One shots (Multifandom)

59. Cillian Murphy

Advertencia: Debo aclarar que esto de ninguna manera está basado en la vida real de Cillian. Existen similitudes, pero es para que exista una mejor conexión entre la historia y el lector.

Enjoy!

— Lo siento, nosotros fuimos un error y...

Lo miró y fue como ver a un completo desconocido. No había esa calidez en el azul de sus ojos, lo peor era que no pudo encontrar nada de ese amor que él le juraba cada vez que compartían sus cuerpos. 

Colgó la video llamada porque no podía seguir escuchando su voz, aventó el celular a alguna parte de la habitación sin importarle si se rompía. Era como si alguien hubiese borrado todo en su interior, era incapaz de sentir, pero muy en el fondo de su mente de su mente sabía que tarde o temprano todo el dolor le haría pedazos.

A lo lejos podía escuchar el sonido de una llamada entrante y su cuerpo apenas podía reaccionar, su mente tratando de comprender cómo todo su mundo había cambiado en un segundo, el suelo bajo sus pies se estaba rompiendo y su caída al abismo era inevitable pues la mano que creyó que estaría para ella ya no estaba. 

No era ninguna estúpida, sabía que su relación con Cillian no sería fácil y que uno de los mayores impedimentos sería la diferencia de edad entre ambos. Tarde o temprano su relación saldría a la luz, sin importar lo reservado que fuese Cillian respecto a esta y, cuando eso sucediese, la prensa se encargaría de manchar su reputación tanto o más que la sociedad porque ambos serían muy rápidos en juzgar algo que ni siquiera serían capaces de comprender. Sim embargo, ingenuamente creyó en que lo que había entre ambos sería más fuerte, que podían luchar contra ello porque sí, había una gran diferencia de edad, pero ella estaba a la mitad de sus veintes, no era ninguna adolescente en plena juventud.

Se quedó ahí, sentada en la cama que ambos compartían. Ojos revoloteando por cada rincón de la recámara que antes se sentía como su refugio del mundo exterior y que ahora parecía un cascarón frágil. Entonces poco a poco la realidad se apoderó de su ser y fue cuando el dolor comenzó a cortar profundo. 

Nunca había experimentado ese grado de agonía, no sabía cómo hacer que se detuviera, lo único que pudo hacer fue hacerse un ovillo entre las finas sábanas que aún conservaban el aroma de la persona que le había destrozado. 

Tal vez así debía ser.

Tal vez ella y Cillian no estaba destinados, no como ella había creído. 

Tal vez todos tenían razón, él tenía razón. Ella todavía no era lo suficientemente madura emocionalmente porque solo una persona así sería tan ingenua como para caer por alguien sin reservas, sin medir consecuencias. 

Tal vez ese fue su error, pensar que era lo suficientemente buena para estar con alguien como Cillian cuando la realidad era que lo último que él necesitaba era a una chiquilla tonta que se dejaría llevar por su corazón en lugar de escuchar a su cabeza.

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Las fotos de Cillian en una aparente cita con Annabelle Wallis se esparcieron como la pólvora en redes sociales, algo que él había visto venir, pero que cuando lo vio hecho realidad le dejó un amargo sabor de boca. 

Faltaba poco para que el taxi aparcara en su hogar, le quedaban minutos para prepararse mentalmente a lo que encontraría. No sabía si sería lo suficientemente fuerte para enfrentarla o si sería capaz de repetir las mismas palabras que dijo en la videollamada. Sin embargo, la voz de Annabelle retumbó en su mente, alentada por sus propios fantasmas y por enésima vez se dijo que era lo correcto. 

Al entrar a su casa no esperó ver a sus hijos junto a su ex esposa esperándolo en la sala. Tampoco cruzó por su mente que sus chicos le mirarían terriblemente decepcionados y mucho menos que serían ellos los que intentarían hacerle entrar en razón y no dejar ir a la castaña. ¿Qué había sucedido durante esas tres semanas que estuvo fuera? Hasta donde él recordaba sus hijos no habían tomado muy bien su relación, ¿qué había cambiado?

Su ex esposa también estaba decepcionada, pero ella sabía lo que sucedía en su mente pues lo conocía lo suficiente como para darse cuenta de lo que había detrás de su decisión. 

— ¿Dónde está? – Finalmente hizo la pregunta que quiso hacer desde que puso un pie en la casa. Sus hijos se cruzaron de brazos sin siquiera querer mirarlo, ellos habían visto el chisme en redes sociales sobre su papá y su compañera de reparto.

— No lo sabemos, los chicos quisieron venir cuando... – Titubeó sin saber muy bien cómo llamarle al chisme de su ex esposo. — bueno, cuando vieron tus fotos. Llegamos y solo encontramos a Lucy. Ella tampoco sabe nada. – Aclaró antes de que Cillian preguntase. — Nos dió las llaves y nos dijo que ella le llamó hace una semana para que hoy viniera a hacer la limpieza y te entregara las llaves. 

Su mandíbula se tensó al escucharla, mirando su regazo se cuestionó todo. Algo en su interior le decía que algo estaba pasando y tal vez ya fuese demasiado tarde para él. ¿De verdad era lo mejor? 

— Ella siempre ha estado enamorada de ti papá. – Cillian miró a su hijo, sorprendido de que rompiese su juramento de no volverle a hablar. — Me refiero a tu compañera, incluso si aun era un niño cuando íbamos contigo a las premier o al set, era bastante obvio y mamá está de acuerdo con nosotros. 

— Hijo, Annabelle no... – Quiso refutar a su hijo, pero no pudo cuando cada pequeño detalle puso a su cerebro a trabajar. Recordó cada gesto, acción y palabra por parte de Annabelle que él había pasado por alto porque en ese entonces él estaba casado, ignorante a todo que no fuese su familia. — Mierda.

Se olvidó de evitar maldecir frente a sus hijos, pero todo en su mente había hecho clic y ahora se sentía como  un idiota. La sensación del frío vació le dificultó la respiración y todo empeoró cuando Lucy se acercó a ellos con una caja de cartón entre sus manos. 

— Señor Murphy, estaba sacando toda la basura de los botes de la parte trasera cuando la bolsa se rompió y esto cayó. – Le entregó una caja cuadra de cartón, ligeramente adornada con cinta dorada y frases escritas al azar. Era la caja donde ella guardaba sus recuerdos más importantes... una parte de sí misma. — Iba a tirarla, pero se abrió y vi cosas que tal vez usted quisiera conservar. 

Lucy dio media vuelta y hasta que estuvo fuera de la vista de todos se permitió suspirar con tristeza. Había mentido, la bolsa de basura no se rompió y la caja nunca cayó. Lucy vio la caja cuando abrió el bote de basura, al instante la reconoció y tal vez se había propasado, pero cuando vio el contenido de la caja no pudo simplemente tirarla.

Cillian abrió la caja con la seguridad de que lo que vería le rompería el corazón. No se equivocó. 

En ese instante Cillian sintió que todo estaba colapsando a su alrededor, alguien estaba arrancando su corazón, sus pulmones con el único propósito de dejarlo vació y así tuviese que vivir toda su vida; frío, hueco y con un inmensurable dolor. Ella no solamente se había deshecho de las fotos de ambos, también se había deshecho de las cartas que él le había escrito, de los pequeños regalos, de todo, pero lo peor fue ver esa cajita rectangular sin abrir.

"Tenemos que hablar de algo, pero tranquilo, no es nada malo... o eso creo, bueno, no sé. Honestamente ni yo misma sé qué sentir." Fue lo que ella le dijo a los tres días de que él se había marchado a filmar. 

Ahora lo entendía y quiso tener ese poder de regresar el tiempo atrás y no haberle dicho que fue un error, deseo poder borrar todo eso y simplemente decirle todo lo que sentía por ella, lo mucho que la amaba y que nunca la dejaría ir.

Sin embargo, el hubiera no existe, no podía borrar sus acciones y ahora tendría que lidiar con las consecuencias.  

Cillian sabía que ella no estaba segura de querer ser mamá. Tal vez conociendo a la persona indicada, aquella que la hiciera sentir segura, solo con su alma gemela; eso fue lo que ella había dicho. La prueba de embarazo que yacía en el interior de la caja solo demostraba lo mucho ella lo amaba porque eso indicaba que lo consideraba su persona, su único y él le había dado la espalda. 

¿Les gustó?
Perdón por ser tan deprimente jaja les prometo que algún día escribiré otro OS con un final más feliz.