Tiempo después.
La alarma resonó por toda la habitación, no quería abrir los ojos, simplemente quería seguir durmiendo, pero en el fondo de su mente sabía que no podía hacerlo. A regañadientes se despojó de las sábanas azules y se sentó en su cama mientras restregaba sus ojos en un intento por borrar el sueño de ellos. Algo se removió a sus espaldas, pero ella ni se inmutó pues sabía que no había dormido sola en aquella cama.
— ¿Te desperté, amor? — Preguntó cariñosamente mientras se giraba para enfrentarse a un par de ojos cafés mirándola con el amor más puro que pudiese existir. — ¿Quién te quiere, hermoso? — Sabía que no obtendría otra respuesta que no fuese un tierno lenguetazo en su mano, pero eso no le impedía hablarle al dueño de su corazón. La luz de sus ojos se estiró sobre la cama, acercándose más a su cuerpo con la intención de recibir sus cariños mañaneros. La chica sonrió, olvidándose del sueño, hablándole como si fuese un bebé a Neo, su muy preciado perro.
Era increíble lo mucho que una mascota podía cambiar la vida de alguien, lo mucho que todo cambiaba en cuestión de segundos, días, meses. Su departamento se sentía menos solitario, menos frío cuando Neo llegó a su vida.
Después de hacerle unos cuantos cariños a Neo, se levantó finalmente de la cama para ir al baño con la única intención de darse un baño para poder comenzar con su día. Sin embargo, sus planes se vieron interrumpidos cuando vio su reflejo en el espejo sobre el lavamanos. Si le preguntaban, ella podía jurar que se quedó mirándose a sí misma a través del espejo por horas, pero la realidad era que apenas unos minutos habían transcurrido. Esperó a que las aquellas voces familiares hicieran su aparición dentro de su cabeza, esperó los reproches destructivos, pero nada sucedió.
Era la primera vez que veía su reflejo, que se veía a sí misma sin sentir alguna emoción negativa en su contra. Miró cada detalle de su rostro, cada parte de su cuerpo que era reflejado en el espejo y, por primera vez en su vida, se sintió cómoda en su propia piel. No deseaba ser alguien más, el deseo de cambiar alguna característica suya ya no era tan fuerte como antes, entonces comprendió. El tiempo que transcurrió no fue en vano, aquellas noches sin descanso, aquel desgaste emocional y mental finalmente estaban dando resultados.
Sonrió. Le sonrió al espejo, a la vida, a todo porque finalmente su alma estaba curándose.
.............
Neo corría libremente por el césped de aquel parque, varios niños habían decidido que sería su compañero de juegos y tanto su dueña como el perro estaban bien con eso. La castaña observaba de reojo que su Neo no se metiese en problemas mientras entablaba una amena plática con su mejor amiga.
— Sí, la psicóloga me dijo que ya no será necesario seguir con las terapias. —Contestó a la pregunta de la pelinegra. — Prácticamente me ha dado de alta, aunque me dijo que, si volvía a sentirme mal, podía programar una cita.
—¡Ahhhh! — Gritó emocionada, aventándose al cuerpo de su amiga para envolverla en un fuerte abrazo. — ¡Estoy tan feliz por ti! Sabía que podías lograrlo, siempre has sido fuerte, solo tenías que darte cuenta de que lo eras.
— Gracias, aunque la que debe agradecerte soy yo, siempre estuviste ahí, al igual que me familia. — El agradecimiento que sentía por sus seres queridos era infinito. — Siempre me apoyaron, incluso cuando traté de alejarlos. Honestamente, no sé qué hubiese hecho sin ustedes. Me siento como si fuese una persona diferente, ¿sabes? No sé describirlo, pero siento que todo estará bien.
La chica de ojos claros sonrió al escuchar a su mejor amiga con esa convicción, la castaña había salido triunfante de esa batalla consigo misma. Se veía feliz, pero tenía que preguntar.
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One shots (Multifandom)
FanfictionOne shots con los personajes que quieras. Puedes pedir en los comentarios! * Pedro Pascal * Ben Hardy * Norman Reedus/Daryl Dixon * Paul Wesley/Stefan Salvatore * Tom Holland * Noah Centineo * Shawn Mendes * Matty Healy * One Direction * Dylan...