Capítulo 17

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Evy

Margaret y Terry subieron a la habitación de los niños un cómodo sillón. Cuando ese par de traviesos dormían yo aprovechaba y también lo hacía. Estiro mis brazos y miro en dirección a la cuna. Me había despertado el sonido de las risas de los bebes.

Una figura cubierta de una gabardina oscura me hace erguir rápidamente. Carga en brazos a Susan y Sebastián uno en cada brazo sin que parezca difícil para él. Ambos sonríen mientras el desconocido le hace muecas divertidas.

—Con el poco tiempo que tengo para visitar, la próxima vez que los vea estarán en la universidad —vuelve su rostro en mi dirección y entiendo me habla a mí —espero no haberla despertado.

—Lamento mucho que me descubriera en mi lado holgazán —guarda silencio hacia ese comentario y mira a los niños que tocan su rostro.

—No nos han presentado.

Deja a cada uno en el suelo, mientras yo me levantado intentando no demostrar lo que intimida su imponente presencia en la habitación. Dudo que necesite presentación, últimamente la prensa y cualquier nota sensacionalista tiene su rostro en la portada. Bien sea por los avances de su industria, los ataques que sigue recibiendo o simplemente por el éxito de la empresa que dirige.

—Gregory Frederick y es un placer conocerla...al fin —toma mi mano mientras sonríe hacia las dos figuras que abrazan cada una su pierna —¿Quieren jugar al robot?

—Evy Becker y dudo que sepan que es.

Ni yo se que es.

—Lo saben por instinto —comenta sin dejar de reír a los niños —lo sabremos en unos minutos.

Alza el talón de su pierna izquierda en segundos, Sebastián arropa su pierna con su pequeños brazos y piernas. Regresa la pierna a su lugar y hace lo mismo con la derecha, con el mismo resultado. Los tres no dejan de reír en lo que dura el juego que acaba en el sillón con los pequeños encima de él.

Hay ciertos rasgos entre mis hijos y el mayor de los hermanos Frederick, a punto de cumplir un año se nota con claridad. Por un instante me siento una intrusa al verle participar en los juegos de los pequeños.

—Resulta extraño que sean de cabello oscuro —comenta viéndome por encima de los niños —Isabella no se sentirá sola después de ellos ¿No caminan?

—Aun no y espero que lo hagan cuando el señor este —afirma dejándolos en suelo firme.

Los niños dejan caer en el suelo y gatean hacia la zona de los juguetes, con su tío siguiendo sus pasos. Se incorpora dirigiéndose a los cajones de la ropa de los bebes. En los siguientes minutos me hace preguntas sobre las tallas y lo que suelen usar. Cuando pregunta el lugar en que lo hago o gustos no sé qué responder. Mi silencio lo hace girar hacia mi y verme intrigado.

—¿No lo hace usted? —niego y mira a la ropa —Jason lleva cuatro meses por fuera, por experiencia sé que cada mes hay que cambiar guardarropa.

—¿Tiene hijos? —afirma orgulloso tomando un par de pantalones diminutos y riendo.

—Addison y Allison gemelas —señala a los niños — Gregory, que hoy cumple dos años. ¿Tienen algún problema en acompañarme?

—Las fiestas infantiles necesitan manos y ojos extras —niega divertido doblando ambas prendas. —será un verdadero placer ayudarles.

—Hablo de ir de compras—corrige —usted y mis sobrinos son invitados a la fiesta, no se le permitirá ayudar.

—Me temo que no entiendo a donde quiere que le acompañe entonces señor —me excuso.

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