Sonrío al ver que se han dormido, los cubro con la cobija y tomo el monitor. Desde que supe los resultados de ese ADN, conservo la duda. En ningún otro lugar estarán más seguros y felices que aquí.
En caso de querer pelear por ellos ¿Qué posibilidades tengo de ganar? La amenaza recibida aquella noche antes de partir es una clara muestra de cómo me iría si llego hacerlo.
Su felicidad debería ser suficiente para mí, el señor Frederick los ama. Lo demuestra al llamarme cada noche para leerle un cuento o hablarles. Pide registros de videos de cualquier novedad, se desvive por ellos.
¿Por qué son hijos de Susan? Cambiará el trato hacia ellos si sabe lo que mi tío hizo. Sacudo mi cabeza saliendo del lugar con el monitor en mis manos y el móvil en otra.
—¿Se durmieron? —pregunta Margaret al verme salir del estudio y afirmo.
La mujer cruza el salón y se dirigía en mi dirección, se detiene sonriendo, viéndome llegar a ella. El señor lleva por fuera dos meses y no hay un solo día en que no llame a saber de sus hijos.
—Gracias por darme un espacio en el estudio.
—El joven me pidió hacerlo, lo hizo cuando le dije que pasabas horas encerrada en la habitación con ellos.
—No me molesta...
—Pero a él sí, si te enfermas ¿Quién los cuidará? —toma mi mano llevándome al comedor sin dejar de verme y sonreír —¿Hay algo que desees decirle a esta negra?
—¿Algo como qué? —pregunto y sonríe abrazándome.
Me detengo en mitad de la entrada al ver el decorado del comedor. El regalo en mitad de la mesa justo al lado de una tarta y el mensaje "Feliz cumpleaños Evy".
—Feliz cumpleaños cariño —deja un beso en mi mejilla y me abrazo a ella fuerte.
La última vez que vi algo así, mis padres estaban vivos y yo tenia toda una vida al lado de ellos por vivir. Avanzo hacia una silla dejándome caer, desde los quince años nadie tuvo ese detalle conmigo.
—Es demasiado lindo para ser real —le digo en medio de tartamudeo —gracias, Margaret.
—No lo hubiera hecho si el señor no me lo hubiera comentado anoche —me confiesa rodando el regalo hacia mi —me encomendó hacerte sentir en casa y eso hice. Esto es para ti de parte de él y los niños. —me deja el regalo cerca y Terry entra con un arreglo de flores y fruta.
—¿Más? —pregunto extasiada.
—No es nuestro. —comenta Terry dejándolo en medio de la mesa y acercándome un pequeño sobre.
La tomo entre mis manos y leo el mensaje, es de Damián. Lo dejo a un lado tomando el obsequio del señor y rasgo el envoltorio de cualquier forma.
Por un momento es como regresar a la época en que mamá y papá me daban obsequios. La risa de mi padre al verme destruir el papel regalo y las críticas de mamá porque le tomó horas armar lo que yo destruí en minutos.
—¡Oh! —la exclamación de sorpresa de todos a mi alrededor no se compara con la mía.
Es un mosaico de fotos de padre e hijos desde pequeños. Hay una gran variedad de imágenes que causan risa y algunas hacen llorar. Les da de comer, los tiene en brazos o están en la cama los tres dormidos. Tomó el pequeño sobre que esta pegado en el porta retrato con la intriga de que pudo escribir allí.
No conocía su letra, salvo su firma que he visto dos veces, una el día que descubrí era el padre de los niños y la otra cuando me contrato. La firma del cheque que me daban mes a mes era totalmente distinta. Me habían dicho que era del CEO de la multinacional.

ESTÁS LEYENDO
INEFABLE
RomanceLibro IV Saga Frederick Jasón Frederick Jr. Solo quería cumplir la última voluntad de Susan, su mejor amiga. Tener un hijo y enseñarle que pudo contar con la mejor de las madres, pero que la ignorancia se lo impidió. Una vez lo logra, contrata los...