Capítulo 2

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Perderme para volver a encontrarte

Siempre supe que los sueños cuestan. Y estaba dispuesto a pagar lo que fuera por cumplir los míos. Pero la felicidad de mi familia nunca formó parte de los planes. Se suponía que ellos eran intocables.

Me marché de Everlake hace tantos años que dejé de pensar en esa ciudad perdida como un hogar.

Pero era lo correcto.

Iría en busca del gran quizás y mi familia estaría lejos de los reflectores.

Pero ahora todo ha cambiado...

No sé quién dijo una vez que la culpa puede parecer pena cuando ocultas algo. Yo estoy repleto de ella. Actúa como un animal rabioso y sediento de sangre y devora cada parte de ti, te consume y destroza desde dentro.

Desperté hace unos minutos y las voces no han cesado. Son reconfortantes y familiares, tienen sabor a pasado y a los recuerdos que he mantenido enterrados durante años.

Me recuerdan a él.

No, no vayas allí.

No ahora.

Mejor nunca.

Mis padres susurran cosas que apenas entiendo y mi hermano intenta calmarlos con más palabras que no se filtran a través de mis oídos.

Pienso en cuando era pequeño, solía tener muchas pesadillas y ellos se turnaban para dormir a mi lado hasta que mis párpados caían nuevamente y los espasmos cesaban.

Me prometieron que mantendrían a los monstruos lejos. Fue una mentira. Porque el monstruo vino y me destruyó.

Cuando escucho pasos acercarse y siento a Rhett pasar su mano por mi frente, abro mis ojos y le suplico con una mirada que los expulse de la habitación.

Les doy un vistazo fugaz a mis padres, tienen bolsas debajo de los ojos y las mejillas sonrojadas de tanto llorar, además de un profundo ceño fruncido que ambos comparten, ese que suele aparecer cuando alguien hace daño a los suyos.

Escucho los sollozos de mi madre y la voz rota de papá al decir que matará a quien me hizo esto.

¿El problema? Esto me lo hice yo mismo.

Ese hombre giró a la izquierda y yo..., perdí el control de todo al pensar en que ese sería mi final. No quiero morir. Pero, en ese momento, creí que sería la decisión correcta. Cuando entré en razón ya estaba sobre su auto y perdí la noción de todo.

El mundo se volvió oscuro y luego, nada...

Ahora sería mucho más fácil volver a dormir y eliminar este día de mi vida. Pero ya no soy un niño. Ellos ya no me tienen que proteger.

—Lo siento mucho hermanito.

La voz reconfortante de Rhett calma un poco el fuerte palpitar de mi corazón. Lágrimas caen de mis ojos mientras el dolor comienza a filtrarse por mis huesos.

Hace cinco años, tres meses y cinco días dejé escapar al gran amor de mi vida.

Hace dos días y cuatro horas perdí el sueño por el que tanto he trabajado.

Hace un minuto comprendí que, quizá, nada de lo que he hecho valga la pena si no tengo a mi lado personas con las que compartirlo.

Pero, ¿Quién está contando, no?

☆☆☆

Enfrentarme a mi familia ha sido la situación más difícil por la que he atravesado en los últimos años.

Un beso por tus pensamientos -FINALIZADA- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora