Capítulo 5

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Descubrir que ninguna estrella brilla como tú

Septiembre de 2006

El calendario siguió su curso...

Y Roan sentía que ya se estaba volviendo mayor. A la tierna edad de ocho años, se le permitía tener algunos ataques de madurez. Su familia se divertía mucho con ellos, sobre todo su siempre sobreprotector y querido hermano Rhett.

Pero mientras el pequeño Roan estaba en su habitación, seguía siendo un niño. Amaba los cómics, sobre todo los de superhéroes. Se descubrió enganchado con la vainilla después de perder una apuesta con Arthur. También comenzaba a escuchar algo de música.

Algunos días oía a los Beatles, por ser una tradición familiar amar a los chicos de Liverpool. Pero él prefería a Whitney Houston, en ocasiones se encontraba cantando I will always love you.

No sabía por qué, pero esa canción se sentía como una premonición de que algo pronto sucedería.

Una revelación.

Al otro lado de la calle, un chico de rizos castaños y ojos cafés se encontraba reposando en el marco de la ventana de su dormitorio. Las letras de la nueva canción favorita de su mejor amigo podían atravesar el silencio de la tranquila calle, y sonrió inevitablemente al pensar en él sobre su cama y con un micrófono imaginario pegado a los labios.

Y mientras los segundos pasaban, él también se encontró cantando...

I'll think of you each step of the way... And I will always love you...

Arthur también había cambiado algo desde que se conocieron dos años atrás.

Había perdido el miedo a las tortugas luego de ver un documental donde se mostraba que a pesar de que algunas tienen gran tamaño no le harían daño.

Algunos días se veía tímido y retraído, pero es difícil dejar las viejas costumbres atrás, sin embargo, cuando Roan aparecía, enseguida se transformaba en alguien más brillante y cálido.

Se encontraba fascinado por las películas de María Félix y su nueva obsesión eran los macarrones con queso.

Todos sus pensamientos quedaron en nada cuando una cabeza rubia se asomó por la ventana con un walkie talkie en la mano.

Él también tomó el suyo mientras la voz de su amigo ya resonaba por todo el lugar.

–Inicia misión encubierta –hizo un sonido raro y luego...–. Cambio y corto.

–Copiado mi general –repitió el sonido que ahora se le daba un poco mejor–. Cambio y corto.

Ese día decidieron atacar la despensa y ya habían planeado la ofensiva y contraofensiva en caso de que sus padres los encontraran. No las utilizaron, sin embargo. Todo salió como habían imaginado.

En la noche tenían el fuerte rodeado de un gran tesoro.

Y mientras se acostaron y comenzaron a observar las estrellas en el firmamento, pensaron que sus padres estaban equivocados, no estaban a tres metros sobre el suelo, sino tres metros más cerca del cielo.

Y cuando Arthur elevó su mano para señalar una estrella fugaz, ambos pidieron un deseo.

Años después, se preguntarían que pidieron, pero ninguno lo confesaría.

Sin embargo, Roan siempre lo recordaría.

Deseó, que si en algún momento se separaban, el universo los trajera de vuelta al otro nuevamente y luego pensó en la constelación que se marcaba en el rostro del chico a su lado.

Quizá, las estrellas ya habían trazado su camino.

Para siempre...

Un beso por tus pensamientos -FINALIZADA- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora