Un beso por tus pensamientos -FINALIZADA-

Capítulo 3

Observarte sonreír por primera vez

4 de julio de 2005

Un minuto puede cambiar una vida.

Un minuto significa la llegada de un nuevo año y también el cambio de una estación.

Un minuto puede significar que alguien nace y también su muerte.

Un minuto estás ahogándote y luego alguien toma tu mano y te ayuda a respirar nuevamente.

A la edad de siete años, Roan podría no recordar muchas cosas, pero él sí recordaba el minuto que cambió su vida. También que su corazón comenzó a latir con fuerza cuando lo vio.

Thud. Thud.

Thud. Thud.

Thud. Thud.

Esa tarde, ese primer momento donde sus miradas se cruzaron, era 4 de julio. El Día de la Independencia. La celebración que se realizaba cada año en su vecindario se detuvo para darle la bienvenida a los nuevos vecinos.

Cuando el hijo de la familia se detuvo frente a él, Roan pensó, que, quizá, había encontrado a su persona.

—Mi nombre es Arthur —se presentó el chico—. Me dan miedo las tortugas y amo la vainilla.

—La vainilla es aburrida —susurró Roan y sus padres rieron con algo de incomodidad—. Pero las tortugas no me dan miedo, así que puedo protegerte de ellas.

Desde ese momento, ellos siempre habían estado ahí. En la vida del otro.

Como las canciones de las películas infantiles que se empeñaban en cantar, con mala sincronía y pésima voz.

Como el agua del lago, que olía a naturaleza y a hogar, un aroma con el que se acostumbraron a vivir.

Como los atardeceres en la azotea y las noches en las que contaban estrellas, esas que Arthur se empeñaba en descubrir y que Roan solo veía a través de sus ojos.

Cuando el cielo se iluminó de colores, Arthur sonrío, y lo único que Roan pensó es que todo..., debía ser aquel instante, donde un simple gesto cambiaría el rumbo de una historia.