Capítulo 40

30 13 0
                                    

Advertencia de contenido +18

Primeras veces

—Date la vuelta —aunque planeaba que sonara como una orden termina siendo una súplica.

A pesar de todo quería tomarme mi tiempo, asegurarme de que esta noche será perfecta para ambos.

He esperado durante seis años este momento y aunque todo parece demasiado surrealista, la música que resuena a través de mi teléfono me obliga a detenerme.

Recordándome la importancia de lo que estamos a punto de hacer.

Cuando su cuerpo está completamente tendido frente a mí, mis piernas tiemblan, tanto que siento que fallarán y me dejarán caer.

Me siento dolorido y necesitado.

Y justo ahora, creo que me correría solo viéndolo.

Especialmente cuando sus músculos ondulantes se estremecen mientras deja escapar una respiración áspera.

Enrollo mis brazos alrededor de sus muslos y lo muevo hasta que queda al borde de la cama.

Se apoya sobre sus codos gruñendo y jadeando mientras me observa lamer su polla.

Mi primer sabor de él desestabilizó mi mundo.

Pero esto…, ver como se abre permitiéndome tener todo el control sobre él, supera cualquier cosa que haya vivido antes.

Lo llevo hasta el fondo de mi garganta mientras con mis dedos lubricados acaricio su pliegue, buscando que se relaje para permitirme entrar.

Lamo y succiono mientras un dedo penetra hasta el primer nudillo.

Su gruñido cuando lo muevo me obliga a resoplar mientras lamo su raja.

—Joder, más…, quiero más.
—Tus deseos son órdenes —susurro soltando su polla con un suave pop.

Sigue suplicando cuando añado un segundo dedo y vuelvo a lamer y chupar su pene rígido.

Cuando dirige sus manos hacia mi cabello follando mi boca, un sonido animal escapa de él.

Siento su necesidad por mí.

Y hace que todo desaparezca.
Incluso mi miedo de no ser suficiente.

—Ro…, bebé, ya estoy listo.

—Aun no.

Me mira con ira parpadeando en su rostro, pero soy fiel en no querer hacerle daño.

Así que lo distraigo introduciendo un tercer dedo y chupando sus bolas.

Mi polla esta goteando cerca de su muslo cuando me inclino sobre él para besarlo con fuerza.

Nuestras durezas se rozan mientras el súplica: Más, más, más. Fóllame, por favor. Estoy listo.

Cuando introduzco nuevamente mis tres dedos de una estocada dentro de él, gime y arquea su espalda.

—Ahora.

Sí.

Ahora.

Recojo el lubricante que dejamos caer al suelo y dejo caer una buena cantidad sobre mis manos antes de envolverlas alrededor de mi polla con suaves caricias.

Mientras me preparo vuelvo a probar sus labios.

Porque me es imposible no tocarlo.

Arthur sabe a hogar, a amor y joder, sabe a mío.

Un beso por tus pensamientos -FINALIZADA- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora