Verdad o Reto
Verano de 2014
—¿Verdad o Reto? —preguntó Oren.
Arthur permaneció en silencio durante unos segundos considerando que respuesta dar.
Cuando finalmente hablo había una emoción extraña en su voz.
—Reto.
Roan parpadeó ligeramente sorprendido.
Y los cinco chicos que formaban el círculo junto a ellos también.
Arthur Halle no creía en los retos.
Para él, tomar riesgos innecesarios no otorgaba adrenalina o emoción a su vida, era más bien un modo de actuar como un anarquista.
Lo cual no apoyaba.
El chico que preguntó sonrió de una forma que los hizo estremecer a ambos.
Inconscientemente Art se inclinó hacia Roan, buscando la calidez de su cuerpo y el confort de su compañía a sabiendas de que había cometido un error.
Cuando la voz de Oren rellenó el silencio de la habitación que permanecía expectante, enseguida supo que se arrepentiría de ese error por el resto de su vida.
—Besa a la persona que más te guste dentro de este círculo.
Era algo simple.
Besar a alguien nunca debería ser un problema.
Sobre todo cuando a su lado estaba la persona que, no solo le gustaba, sino de quien creía estar enamorado.
Pero…
¿Besar a un hombre? No.
Eso jamás podría suceder en un lugar como Everlake.
No eran homofobos o intolerantes, ellos simplemente no tenían la cultura necesaria para hacer frente a todo aquello que saliera de la norma.
Arthur se vio moviéndose del lugar que ocupaba junto a Roan.
Se vio dando varios pasos hasta detenerse frente a Audra.
Se vio uniendo sus labios a los de ella.
Se vio impactado por lo que sintió.
No era como si por fin todo tuviese sentido, se trataba de…, vacío.
Una absoluta nada.
Cuando se alejó, ella lo observaba con una sonrisa que podría haber enamorado a cualquier hombre.
Y se se sintió culpable.
Pero rechazó el pensamiento al darse cuenta de que no podía responsabilizarse por lo que otros sentían.
Cuando volvió al lugar donde se encontraba, bebió algo de la soda que estaba a su lado intentando que el sabor de sus labios desapareciera.
Quería arrastrar a Roan hasta un rincón oscuro y alejarlo de todos ellos.
Besarlo hasta que su aroma y sabor fuesen lo único que sintiera.
Pero a medida que el tiempo pasaba supo que nada de eso sucedería.
Cuando la noche terminó y juntos emprendieron su camino a casa, Arthur buscó la calidez de la mano de Roan, como hacían siempre y este lo rechazo, algo que nunca había hecho.
—¿Qué sucede? —preguntó entonces, sabiendo la respuesta pero deseando escucharla de sus labios.
—No quiero seguir haciendo esto.
—¿Esto?
—Sí, Arthur, esto. Acepté guardar el secreto de lo que somos, de lo que hacemos. Pero…, no puedo pensar siquiera en que toques a alguien más, que te acerques a alguien más, solo porque en esta ciudad nadie aceptará que sea yo quien te guste.
Permaneció en silencio durante unos segundos y la realidad se estrelló contra él como un desastre natural que desestabilizó su mundo desde los cimientos.
—¿Nunca podremos ser solo nosotros? —cuestionó con voz débil y derrotada.
—Siempre hemos sido solo nosotros —susurró Roan—. Pero siempre has sido lo suficientemente cobarde como para no darte cuenta.
Segundos después se retiró hacia su casa, fue entonces cuando Arthur notó que ya habían llegado a su vecindario.
Estuvo observando el lugar por el que Roan desapareció por lo que parecieron horas hasta que finalmente se giró y se adentró en su propia casa.
No había calidez en ella.
Ningún signo de que una familia viviera alli.
Pero estaba acostumbrado a ello.
Cuando estuvo en su habitación listo para dormir, tomó su teléfono, que le habían regalado la navidad del pasado año y envió un mensaje a Roan.
Arthur: Eres lo único que quiero en el mundo.
Roan: Y también soy lo único que no puedes tener.
Arthur: Entonces… ¿Por qué me alejas?
Roan: Porque puedes querer mucho a alguien. Pero si esa persona comienza a fallarte y hacer cosas que te duelen…, pierdes el interés.
Arthur: ¿Ya no me amas?
Roan: Te amo. Y espero que nunca dudes de mi amor por ti.
Arthur: Yo también te amo y no quiero vivir sin ti. No puedo vivir sin ti.
Roan: Le prometí a mi abuela que nunca soportaría nada que no me haga feliz.
Arthur: Lo siento.
Roan: No lo hagas.
Roan: Solo necesito aprender a amarme con la misma pasión con que te amo a ti.
Arthur: Prometiste que seríamos para siempre.
Roan: 687¹.
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.¹. En numerología este número (687) significa lo siento
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Un beso por tus pensamientos -FINALIZADA-
RomansaMe enamoré de mi mejor amigo... Por lo que dejé mi vida atrás para intentar que mi amor desapareciera. Pero la distancia no cambió nada. Mi corazón aún late por él. Así que cuando vuelvo a casa intento fingir que nada pasó. ¿El problema? Muchas cos...