Capítulo 56

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Palabras al viento

Navidad de 2017

18 años

Carta no entregada a Roan Sheldon:

Comenzaré por dos palabras que nunca pensé saldrían de mis labios: Lo siento.

Me amaste, sabiendo mis perfectas imperfecciones, porque eso hacemos los seres humanos, nos enamoramos de lo que es diferente, de lo que se hace llamar único. Tú eres único. Por ese motivo mereces a alguien que entienda que no eres una opción, eres una única oportunidad en la vida. Esa que sabes que no puedes rechazar.

Necesitas a una persona que a la mínima posibilidad de perderte se le quite el sueño, que te presuma ante el mundo y que te demuestre que a pesar de todo estará a tu lado.

Yo no puedo ser esa persona.

No puedo amar y no merezco ser amado.

Eres para mí ese camino de esperanza que ve el preso cuando se le otorga su libertad, el proceso que convierte en realidad un anhelado sueño y el olor que desprende la lluvia al caer sobre el suelo.

Eres eso y más.

Pero como sabes, no siempre es primavera en el corazón de las personas, a veces sus corazones se encuentran sumidos en lo que parece un invierno eterno y entonces llegan personas como tú, que con el simple tacto de su piel ya derriten lo que parecía un bloque irrompible del más fuerte hielo. Lo intentaste, hiciste todo de ti para que yo pudiera amarte, pero a veces y como ya sabes, la vida te presenta la persona correcta en el momento equivocado. Yo opino que era el momento, simplemente yo no era la persona.

Nos convertimos en mejores amigos, mientras en silencio mi corazón latía por ti. Dejé de oír el repiqueteo de la lluvia cuando tu sonrisa se convirtió en mi sonido favorito. No necesitaba ver las estrellas porque en tus ojos encontré el brillo que ellas jamás portarían.

Poco a poco el sentimiento entre ambos fue creciendo y yo aun así no pude entregarme a ti, no completamente.

Ver como cada día hacías hasta lo impensable por mí, me demuestra el porqué de esta carta. No puedo darte lo que mereces, lo intenté, juro que lo intenté, pero no fue suficiente. Y el amor, como la felicidad, no se exige, no se pide y menos se mendiga.

En estos momentos me encuentro frente al lago donde solíamos caminar en las noches, luego de escapar de casa, pensé que habría cambiado desde la última vez que lo vi. Que las estaciones habían hecho de las suyas y lo habían despojado de su belleza. Para mi suerte no es así, el invierno ha cubierto con nieve todo el pasto, los árboles lucen un hermoso velo blanco y el pequeño lago tiene el agua cristalizada en una fina capa de hielo. Nada ha cambiado, porque incluso cuando las personas se alejan, los recuerdos se mantienen intactos y no sabes cuan feliz me hace eso.

He recorrido cada parte con mi vista y grabado en mi mente el último lugar que compartimos.  No solo me despido de ti, también lo hago de nuestro lugar. Y estando aquí entiendo eso que dicen que a veces no es dónde te encuentres, sino con quien, lo que realmente importa.

Siempre hay un momento donde el camino se bifurca. Ambos tomamos direcciones opuestas pensando que nos volveremos a ver, haciendo promesas que romperemos y diciendo palabras que irán al aire. Por eso prefiero despedirme de esta forma. Sin dudas eres el sitio donde la vida duele menos.

Siempre tuyo, Arthur.

PD. No dolerá para siempre aunque así lo parezca.

Un beso por tus pensamientos -FINALIZADA- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora