Capítulo 33

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Bogotá, Agosto 2016

- Narra Villamil -

-De verdad, no tengo idea de qué podemos hacer- Dije después de unos minutos de silencio en la habitación-.

-Ya se nos ocurrirá algo Papo, no se preocupe- Intentó animarnos Martín-.

En eso, entró Alejo a la habitación, estando algo intrigado por la repentina desaparición de escena de sus amigos...

-¿Y ahora ustedes, qué hacen aquí?- Preguntó el recién llegado-.

-Estábamos pensando en cómo hacer para que Susan nos vuelva a hablar- Respondió Simón-.

-¿A ustedes, no les habla?-.

-No, ¿a usted sí?- Pregunté con una curiosidad peculiar-.

-Sí, hoy no hemos hablado pero solemos hablar por llamadas por las tardes, cuando no sale con su novio- Respondió Alejo, y sentí un nudo en el corazón al escuchar lo último-.

-¿Novio? ¿Susan tiene novio?- Habló Martin, estando algo consternado ya que ella no le mencionó eso-.

-Sí, creí que les había dicho... Después de que supo de lo de Villamil, quiso rehacer su vida- Contestó Alejandro-.

-Joder, ¿qué tanto nos habremos alejado pata para llegar a ésto?- Simón cubrió su rostro con sus manos, señal de que se encontraba frustrado-.

-No sabía su situación, pero vean ésto como algo positivo. Aquí estoy yo, si tienen algún plan, puedo ser una herramienta clave, ¿saben?- Alejandro nos dió algo de esperanzas para recuperar eso que perdimos-.

-Tiene razón, mañana pensaremos en qué hacer- Dije, sintiendo un poco de dolor de cabeza-.

Pasó la tarde y cuando ya estaba anocheciendo, todos nos fuimos de la casa de los Vargas de regreso a nuestros hogares.
En casa, me fui a mi habitación. De cierta forma, me encontraba triste por lo que mencionó Alejandro... ¿Será que ya me olvidó?
No podía evitar pensar en que, definitivamente ella puede sola, sin nadie. Demasiado independiente, y eso la hace fuerte. La admiro. Pero, la extraño. Quisiera ser yo el que estuviera con ella...
Si tan sólo pudiera contarle la verdad de frente, sabría que en ningún momento dejó de ser importante para mí...

- Narra Susan -

Ya era un martes por la tarde. Es decir, ya había pasado un día desde la llamada de Isaza. Sin embargo, yo no había podido hablar de nuevo con él. Estaba ocupada, y cuando marcaron las 4 de la tarde, me fui regreso a mi casa, pero como era de costumbre Dani y yo nos fuimos caminando a mi departamento, lugar que se encontraba vacío.
Algo extrañada, dejé mis cosas en mi habitación y tomé mi teléfono, prendiendo el internet y revisando mis mensajes, sentándome a un lado de mi novio, que se encontraba en el sofá de la sala de estar.
Como era de esperarse, tenía mensajes de mis hermanos, de Isaza y de... ¿Villamil?
Eso me puso nerviosa, y mi único instinto fue archivarlos. Luego hablaría con ellos, no cuando estaba centrada en otras cosas.
Además de dichos mensajes, tenía de mis amigas. Los abrí y leí...

Tori♡︎:

¡Hey preciosa! Perdón por no avisarte, pero me encuentro con mi ex... Sí, luego te explico, no me mates. Nos vemos en la noche 3:12 p.m.

¡TORI! NO ME DIGAS ESO 3:36 p.m.

Sofi♡︎:

Susuuuuuu, hoy estaré un rato más en la facultad, nos vemos en la noche. Te tengo noticias 3:23 p.m.

¿Noticias? Ahora qué pasó._. 3:37 p.m.

Nam♡︎:

Ola, me quedaré con Sofi haciendo un trabajo de la carrera, nos vemos juntas en la noche. ¡Cuídate! <3 3:25 p.m.

Ustedes cuídense mis amores<3 3:38 p.m.

Luego de responder, mi novio me sacó de mis pensamientos...

-¿Y qué pasó con las chicas, amor?- Preguntó, mientras yo me levanté por un vaso de agua-.

-Parece que van a llegar tarde, y tengo el presentimiento de que hablaremos de tantas cosas- Respondí, mientras servía agua-.

-Hablando de manzanas. Mi amor, quiero invitarte a un concierto- Dijo de repente, levantándose para venir conmigo a la cocina-.

-¿Ah sí? ¿A uno de José Madero?- Pregunté, con una sonrisa-.

-Aparte, es una banda que está emergiendo y son demasiado buenos- Dijo mientras él tomaba otro vaso-.

-¿Cómo se llaman? Me interesa- Dije, para luego empezar a tomar agua-.

-Morat- Me helé ante su respuesta, y mientras tomaba agua, casi me ahogo. Luego de toser, hablé-.

-¿Morat? ¿Y desde cuándo...?-.

-Me gustan desde que escuché Cómo te atreves, es buena canción. Te la recomiendo- Dijo mi novio, con una sonrisa-.

-Eres... ¿Fan?-.

-Puedo decir que sí... ¿Por qué? ¿Está mal?-.

-¡No! ¡Qué genial que te gusten! Su música es... Linda-.

-¿También los haz escuchado? ¡Qué genial! Hace poco escuché Aprender a Quererte y es hermosa la letra- No pude evitar toser. ¿Agregaron la canción que Villa compuso hace tiempo? Sólo éramos unos niños...-.

-¿Estás bien, mi amor? - Preguntó él, algo preocupado-.

-Sí, sí. Sólo... Me acordé de mis hermanos, nada más es eso- Dejé el vaso en la mesa, sentándome en el sofá, algo aturdida-.

-¿Qué hay con ellos? Hace mucho que no los mencionabas- Se sentó a un lado mío, abrazándome-.

-Yo sé, sólo que... Dani- Lo miré a los ojos, con cierto nerviosismo-.

-¿Qué pasa, Susan?- Dijo serio, viéndome con un semblante serio-.

-Yo conozco a los chicos de morat- Solté de repente, notando su sorpresa-.

-Era de esperarse si son de Bogotá, pero eso, ¿qué tiene que ver?-.

-Dos de ellos, son mis hermanos- Dije tan de pronto, que sus ojos se abrieron como platos-.

-¿De verdad? ¿¡Y nunca me lo dijiste?!- Alzó la voz estando alterado, cosa que me asustó un poco-.

-No lo ví necesario...-.

-¡Obviamente era necesario!- Me interrumpió, levantándose del sofá. Parecía molesto-.

-Hey hey hey, quieto. A mí, nadie me grita, ¿sí?- Dije algo molesta por su comportamiento-.

-¡Y a mí me ocultaste algo importante de tu vida. Estamos a la par!- Empezó a gritar, cosa que me hizo sentir mal-.

-No es algo relevante, Daniel-.

-¡Oh! ¡¿Entonces ocultar cosas no es algo relevante?! ¡Perfecto! ¡Yo no ví como algo relevante el informarte cómo empecé a salir con otra chica!- Gritó tan fuerte, que mi enojo aumentó-.

-¡Ja! ¿Quién te crees, Daniel? Mis hermanos me trataron como princesa toda mi vida... ¿¡Y crees que yo dejaré que me trates así?! ¡Vete!- Alcé la voz, sacándolo de mi casa. Parecía que me quería tomar de las manos, pero un portazo todo lo arreglaría -¡No vuelvas!-.

Cerré la puerta fuerte, poniendo seguro. Ignorando si él me hablaba o intentaba entrar.
Después del golpe de adrenalina, me dió un ataque de pánico y tristeza. Me sentía mal por lo que él había dicho.
A pesar de que yo no le dije quiénes eran mis hermanos, no había necesidad de tratarme así.
Me senté en mi cama, y me hice bolita, llorando. En eso, sonó mi teléfono, contesté pensando que era Daniel...

Querida Vargas menor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora