Capítulo 14

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Bogotá, Noviembre 2010

- Narra Susan -

Martes por la noche. Todos se habían ido y solo quedábamos nosotros. Mi mamá nos reunió en la mesa y habló...

-Mis niños, esta situación fue muy rápida y para nada esperada. Ya nada será igual sin Juan. Pero ahora más que nunca debemos estar unidos. No hay que dividirnos. Cualquier cosa, estoy yo mis pequeños- Dijo algo entrecortada-.

-Yo igual, ya casi soy mayor de edad, pueden contar conmigo para todo, y hasta ser su tutor- Dijo Simón-.

-Mi vida, créeme, no los dejaré solos. Esta situación será insuperable, pero para eso estamos- Dijo mi mamá-.

Cenamos y nos fuimos a nuestras habitaciones. Me puse la sudadera de Simón, que ahora es mi pijama. Nos acostamos y yo no podía dormir.
Martín no sé si estaba dormido.
Los fantasmas que me atormentaban cuando era pequeña, regresaron.
Mi miedo a perder a alguien de mi familia, se hizo realidad.
Mi mente no era mi amiga, ya que, traía recuerdos de mi papá una y otra vez. Llegó un punto en el que me hice bolita en mi cama, lloré y hablé sola conmigo...

-Susan, papá está bien. Esto solo es un sueño. Duerme una vez más y estarás con él una vez más- Dije llorando en voz baja-.

-¿Susan? ¿Estás bien?- Dijo Martín, yo no dije nada. Las palabras no salieron. El nudo en mi garganta era enorme -Ven, vamos con Simón- Dijo levantándome de la cama-.

Agarré mi peluche favorito, igual que una niña con temor a la oscuridad en la noche. Martín y yo tocamos a la puerta de Simón y nos abrió. Nos dejó quedarnos en su cama y nos abrazó...

-Me destroza verlos así- Dijo Simón viendo cómo los dos llorábamos como si niños pequeños fuéramos-.

-Simón... Si hubiera sido mi abuelito o alguien mayor lo hubiera asimilado y mi mente estaría más tranquila. Pero a mi papá aún le quedaban cosas por vivir. Nunca pudo vernos graduados y con nuestro título o pasar esta navidad con nosotros- Dije aferrada al torso de mi hermano mayor -Mi mayor miedo se hizo realidad y me atormenta...-.

-Pequeña, a todos nos duele. Pero, papá... Papá ya está en otro lugar más bonito- Dijo Simón-.

-Ni siquiera va ni una semana de esto y ya lo necesito a mi lado- Dijo Martín-.

De tanto llorar juntos, nos quedamos dormidos...

Miércoles por la mañana y decidimos ir a la escuela los 3, aunque estemos más que devastados, solo para no tener que dar explicaciones sobre por qué no nos presentamos.

Nos alistamos pero nuestros ojos estaban muy hinchados. Y mi corazón roto.

Ninguno quisimos desayunar y nos despedimos de mamá, que lucía peor que nosotros, pero siempre con su característica sonrisa.

Caminamos y por primera vez, ninguno estaba con ánimos para hablar.
Llegamos a la escuela y no quería despegarme de mis hermanos. Ellos eran los pilares de mi vida en éste momento.
Entré a mi salón y estaba más que callada.
Pasadas dos clases, me hablaron para ir a dirección. Fuí y ahí estaban mis hermanos, el director y la psicóloga de la escuela...

-¿Puedo pasar?- Dije abriendo la puerta-.

-Adelante señorita Vargas. Tomen asiento- Dijo el director -De verdad siento mucho su perdida. Y como saben, éstas cosas no son fáciles de asimilar, entonces la psicóloga Saraí quiere que ustedes asistan a psicología dos veces por semana. Una de ellas será una sesión individual y otra con los 3 juntos-.

-Así es muchachos. Yo quiero ayudarlos, más porque no es fácil y créanme que los entiendo. Por favor accedan- Dijo amablemente la psicóloga, los tres solo asentimos -Muy bien, iniciamos el lunes con una los 4 juntos, para que me conozcan y demás cosas-.

Nos dieron más indicaciones y nos dejaron irnos.
Entré al salón y estaba la maestra de inglés. Se acercó a mí y hablamos afuera...

-Yo también estoy devastada igual que tú- Me dijo-.

-Tía, lo voy a extrañar- Dije abrazándola-.

-Yo también, era mi hermano favorito, y verlos a ustedes llorando me rompió aún más el corazón- Dijo entrecortada-.

-No te vas a distanciar de nosotros ¿Verdad?- Pregunté-.

-No, de hecho Juana me cae bien, así que no dejaré de visitarlos-.

Entramos después de limpiarnos las lágrimas.
Me senté y pasó la clase de inglés, entonces, empezó el descanso.
Me fuí al mismo lugar de siempre. Ahora no leí. Solo sentí un dolor muy intenso en mi corazón y me puse a llorar con mi cabeza escondida entre mis rodillas. En eso sentí unos brazos abrazándome. Y cada vez más. Levanté mi cabeza y estaban Alejo, Isaza, Villa y mis hermanos abrazándome...

-¿Qué hacen aquí?- Dije limpiando mis lágrimas-.

-No pensamos dejarte sola en esta situación- Dijo Isaza-.

-No sabemos cómo se sienten en estos momentos, pero tenemos empatía y nos podemos imaginar el dolor- Dijo Alejo-.

-De verdad, ustedes son los mejores amigos, hermanos y novio de la vida- Villamil me abrazó-.

-Todo esto será difícil pero no están solos- Dijo Villa-.

-Por siempre juntos- Dijo Isaza-.

Después de esa emotiva charla, llegó la hora de ir a clases, y Villamil me dio una carta más. En mi aula, tuvimos libre una clase porque el profe no fue, así que leí la carta...

Bogotá, 7 de Noviembre del 2010

Querida Vargas menor...

Hola mi niña hermosa...

Sé que estás triste y tus ojitos están rojos por llorar.
Sé que tú corazón está más que destrozado.
Sé que no hay forma de que regresar y el tiempo cambiar.
Sé que necesitas a tú papá a tu lado.

Crees que no puedes escapar
e inventas un lugar
en tu mente para refugiar.

Deja de sentirte así.
Todo vuelve a sonreír.
Tarde o temprano todo será
una nueva experiencia.

Si crees que no puedes más.
Si crees que tú vida acabó.
Si crees que no hay nada más.
Si crees que ya nada tiene sentido.

Solo piensa en todos los que te amamos.

Deja de llorar así.
Deja que vuelva a nacer en ti,
esa bella sonrisa
que yo te salvaré de mil tormentas.

P.D: Te amo mucho❤️

Atte. JPVillamil<3

Sentí lágrimas caer porque sus palabras tocaron mi corazón...

Querida Vargas menor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora