Querida Vargas menor...

Capítulo 39

Ciudad de México, Agosto 2016

- Narra Susan -

Luego de terminar mis clases, que para mí fortuna, acabé a la 1 de la tarde. Y mucha más suerte tuve al no toparme a mi ex. O tal vez pensé muy rápido...
Me puse mis audífonos, luego de hablar por teléfono con Simón, quedamos en vernos en la biblioteca. La cual, quedaba algo lejos de mi facultad, en consecuencia tenía que caminar una larga distancia. Pero, no era mala idea a fin de cuentas.
Despejarme un poco por todo lo que ha pasado, sería lo mejor.

Escuché mi música favorita en aleatorio, me llamó mi atención cómo se puso una canción que hace tiempo no escuchaba. No porque no me gustara, sino que me recordaba a Juan Pablo Villamil. Adheridos Separados, la dejé de escuchar por no pensar en él. Sin embargo, hoy la dejé; recordarlo hizo que mis nervios surgieran. Recordar cómo quería hablar conmigo en poco más de un mes, llamaba mi atención.
Para ser sincera, extrañaba hablar con él, era el niño que más me entendía y sin duda, escuchar esa canción me hizo recordar por qué me enamoré.

Seguí caminando, y parecía eterna la llegada, mientras que la música hacía que reviviera esos sentimientos y memorias congeladas.
No pude resistirme, me detuve en una banca, y me arriesgué. Tal vez saldría mal, pero esperaba que esa llamada no se perdiera, no quería que quedara en llamada perdida.
Busqué su número entre mis contactos, y lo hice...

- Narra Simón -

Luego de hablar con Susan por teléfono, la esperé en la misma mesa que me había quedado. Esa pobre silla ya me ha de odiar por el tiempo que estuve ahí. Sin embargo, era increíble la cantidad de libros que existía a disposición de muchas personas, y sólo pocas aprovecharan ese privilegio.

Esperé a Susu junto a Martín, el cual se encontraba muy perdido. No quise preguntar, podría ser desde el jet lag hasta que ya está envejeciendo. Pobrecito, luego hablaría con él.
Me comentó que ese día comeríamos con las amigas de Susan, y a decir verdad, eso no me molestaba. Conociendo a mi hermanita, ella ha de tener unas amigas muy conversadoras y alegres, así como extrovertidas.
Siempre me ha llamado la atención cómo Bachi parece adoptado, por el hecho de que Susu y yo nos parecemos mucho en cuanto la interacción social. Introvertidos, serios y que casi no hablan, hasta que por fin agarramos confianza. Una vez que tenemos ese grado de confianza, podemos desatarnos a hablar y bromear.
Por el contrario de Martín, que resultaba ser más como mi mamá; platicador, llevándose bien, integrando y extrovertido.
Sin duda, si resulta que uno sí es adoptado, sería Bachito.

Susan llegó a la biblioteca y se notaba extrañamente feliz, con una sonrisa. Pero a su vez asustada, como con una explosión de sentimientos.
Hasta que salimos de la biblioteca, ella habló sobre qué le pasaba...

-Le hablé- Soltó de repente, estando emocionada. Parecía adolescente nerviosa pero alegre por algo-.

-¿Cómo que "le hablaste"? ¿A quién?- Preguntó Martín, impactado-.

-Eso mismo, ¿a quién?- Tenía la ceja levantada, por la intriga-.

-A Villamil- Dijo con una sonrisa demasiado enorme al pronunciar dicho nombre-.

-Espera... ¿¡Qué?!- Martín empezó a estar igual de emocionado que Susan, parecían dos niños chiquitos-.

-Pero, cuenta. ¿Cómo surgió? ¿Se sintió bonito? ¿De qué hablaron?- Pregunté porque de cierto modo, también me emocioné-...

- Narra Susan -

Como mis hermanos y yo solíamos pensar, lo mejor es arriesgarse y llorar por un fracaso y no torturarnos por algo que no pudimos hacer.
Por lo tanto, llamé a ese número que tanto ansiaba por hacerlo desde hace tiempo, pero mi tristeza era mayor...

-¿Diga?- Dijo él a través del teléfono, parecía que no había leído el nombre del contacto-.

-¿Villa?- Es lo primero que pudo salir de mi voz, luego de escuchar su linda voz después de tanto tiempo-.

-¿Bonita? Cuánto tiempo... No esperaba una llamada tuya- Al escuchar cómo seguía llamándome como desde hace 6 años, hizo que me pusiera algo nerviosa pero feliz-.

-Lo sé, discúlpame por alejarme... Sólo no sé qué me pasó... ¿Cómo estás?- Empecé a caminar, escuchando su voz. Esa melodiosa voz-.

-Espectacular con la banda, pero... En secreto, sé que me falta una personita para estar completo, ¿y tú?-.

-También me ha ido bien, ahora que estoy estudiando casi no pienso tanto en cosas que me den ansiedad. Sé que estarías orgulloso de ver cómo he controlado ese ámbito- Sonreí con algo de nostalgia-.

-No estaría, estoy orgulloso bonita. Es lindo saber que haz podido- Parecía como si jamás hubiéramos dejar de hablar. Podíamos hablar sin temor ni nada... Se sentía tan cálido-.

-No sabes lo bonito que se sintió el escucharte decir eso- Me sentí feliz, mientras una lágrima caía por mis ojos. Escucharlo era una experiencia inigualable-.

-Y tú no sabes lo lindo que se siente escuchar tu voz que no podía oír desde hace meses- Dijo él, y yo casi sin dudarlo podía saber que se encontraba igual de emocionado que yo -A todo ésto, ¿y ese privilegio que me diste de hablar? Es decir, no puedo negar que te extraño pero, ¿pasó algo?-.

-Ugligli- Dije y él sólo rió. Era una palabra que usábamos con el significado de que uno de nosotros extrañaba al otro. Era una palabra rara, pero con sólo decirla, sabíamos qué quería expresar el otro, cuando no encontraba las palabras-.

-A decir verdad, también te extraño. Como no tienes una idea... Y realmente ya deseo que sea septiembre para poder hablar de frente- Dijo él, mientras yo ansiaba más ese día-.

-Créeme que yo también ya quiero que llegue esa fecha, niño. Pero en lo que llega, te tendré una sorpresa- Dije, teniendo un plan que se me había ocurrido en la noche. El cual, sí o sí tenía que poner en práctica-.

-Ay no me dejes con la intriga, no seas así bonita- Villa dramas había aparecido más rápido de lo que imaginé, provocando una risa en mí-.

-Sí te voy a dejar, sino no sería una sorpresa- Reí, divisando la biblioteca cerca -No quisiera colgar, pero debo irme Villita. Fue muy lindo escucharte... Verás que es la primera de muchas más llamadas sorpresivas-.

-Y yo con gusto contestaré cada una, cuídate mucho linda. Te amo- Soltó de repente, para colgar casi al instante. Dejando en mis labios atrapado un "también te amo"-...