Capítulo 41

252 21 11
                                    

Ciudad de México, Agosto 2016

- Narra Susan -

Empezamos a comer, y fue inevitable para Sofía hablar sobre Daniel, mi ex. Tanto ella, como Tori, Mía y Nam, estaban intrigadas por lo sucedido, así como la inesperada visita de los dos Vargas mayores...

-¿Andabas con el odioso de Daniel? Susu, cualquiera es mejor que él- Dijo Mía, a lo que yo pude asentir. Era cierto lo que ella decía-.

-¿Qué te puedo decir? Lo hice más que nada por superar a Villamil, pero no puedo- Dije, mientras que Simón y Martín quedaron asombrados, no sabían esa parte de la historia-.

-Es que Dios, chica, no seas boluda. Tu relación con Villamil está mil veces mejor, además ya son años. ¡Es insuperable! A lo que me haz dicho, Juan Pablo Villamil es el amor de tu vida- Contestó Mía, y yo sólo reí ante sus palabras. Pero una vez más, tenía razón-.

-¿Tan mala era esa relación?- Cuestionó Simón, y a lo que pude notar, parecía que su lado paternal iba a salir-.

-Joder, demasiado mala. Nada más Susan no se daba cuenta y, ostias. Nos caía mal a todas- Respondió Sofi, a lo que yo sólo pude verla seriamente. Era el final, mis hermanos me iban a fusilar. Y posiblemente se una Isaza-.

-Realmente es un pendejo, pero de los grandes- Soltó Nam, a lo que sólo rieron porque fue lo primero que dijo-.

-Yo sé, yo sé. Y por eso les tengo buenas noticias- Dije, para calmar la furia de mis amigas-.

-Habla, ahora- Dijo Nam, estando emocionada-.

-Entre ayer y hoy, he hablado con Villamil. Ayer me dijo que cuando vinieran a su concierto en México, nos viéramos para hablar. Y hoy, yo le llamé y me dijo "te amo". Morí- Mi sonrisa era demasiado grande, no podía borrarla. El que Villa vuelva a ser mi tema de conversación, me hacía ilusión. Algo en mí no quería ilusionarse, pero otra parte tenía la esperanza de estar con él. Jamás lo he dejado de amar-.

-¡Por fin! No sé ustedes, pero yo soy team Villamil, caso cerrado- Rió Nam, siempre era la que animaba el ambiente-.

-A decir verdad, todos en esta mesa- Agregó Martín, emocionado-.

-Eso es cierto, Papo es mejor partido, Susan date cuenta- Dijo Simón, viéndome fijamente-.

-Es que yo sé, pero... También debo hablar con Daniel, no quiero que dejemos las cosas mal-.

-Dios, por qué eres tan amable con un pelotudo- Dijo Mía, y yo no supe qué decir-.

-Desde siempre queriendo tratar bien a los que no merecen, pero está bien. Sin embargo, no irás sola, por si acaso- Habló Martín, el cual estaba algo más nervioso al pensar que yo hablaría con Daniel-.

-Susan Vargas, donde regreses con ese wey, entre todas te vamos a agarrar a golpes- Nam solía ser algo agresiva pero era advertencia y ella nunca miente-.

-Calmaaaa, no voy a regresar con él, ¿sí?-.

-Eso esperamos, Susu- Sentenció Simón-.

Luego de esa plática para nada favorecedora para mí, acabamos de comer y recogimos la mesa. Ordenamos un poco la cocina para así decidir que saldríamos a un bar juntos. Era buen plan, así podía despejarme un poco y lo mejor era que irían mis hermanos, no estaríamos solas y el miedo de regresar por la madrugada a casa, era menos aterradora.
Además sería en uno que nos gustaba ir por lo tranquilo que era el ambiente, sólo que mis hermanos tal vez no tenían idea de cómo yo era para tomar, ahora que nosotras éramos foráneas, es tremenda la resistencia que a veces podemos tener. Sin embargo, no tomábamos tanto por cumplir en la universidad.

Luego de arreglarnos, salimos del departamento cerca de las 8 de la tarde para así irnos al bar que se encontraba relativamente cerca.
Fue así como una noche de plática y diversión llegó. No importaba el día que era, lo importante era la compañía.
Con el paso del tiempo, Simón sacó a bailar a Sofía, así como Martín a Mía.
Mientras que Tori, Nam y yo nos quedamos en la mesa, para así plantearles lo sucedido con la sorpresa de Villamil...

-Así que... ¿En el momento se te ocurrió algo, pero ya se te olvidó?- Rió Nam, sabiendo lo olvidadiza que soy-.

-Sí, ya me conocen. Y ahora no tengo idea de qué hacer- Dije riendo, mientras tomaba de mi bebida-.

-Ay Su, debemos planear algo pronto. Deben estar juntos, si tú quieres y él también, ¿por qué perder el tiempo?- Respondió Tori, siendo que ella era fan de nuestra relación-.

-Eso es verdad, pero sé que era algo como de cartas. O no sé, ya no me acuerdo- Poco a poco mi frustración crecía-.

-Pues las cartas no son mala idea eh, puede que si le empiezas a escribir algo lindo, también le guste. Y junto las cartas, un regalo diferente por carta- Propuso Nam, siendo la creativa del grupo, además de yo-.

-Puede ser, o junto a las cartas, una pintura linda que me recuerde a él. O algo que nos recuerde a esas lindas memorias que tenemos juntos. No sé, la vez que fuimos al parque por primera vez y pintarle algo que me haga recordar eso- Dije, luego de pensar ya tranquila-.

-Eso sin duda es realmente una buena opción, y tierna- Dijo Tori -Me gusta, pero pilas mamita que se te va el mejor hombre que conocerás-.

-Tienes razón, no quiero perderlo ni que sea una causa perdida. Mañana inicio, ustedes tranquilas-.

-¡Así se habla!- Felicitó Nam, estando más entusiasmada que todas-.

-Dios Nam, Bachi y tú son iguales, no cambien- Reí, viendo cómo mis hermanos parecían felices de estar bailando. En especial Martín, al cual se le daba mucho el bailar por horas-.

-Imposible ya cambiar a estas alturas- Respondió Nam-.

-Eso es verdad, si Susan, desde que la conozco es así de callada pero graciosa, y nomás no cambia- Agregó Tori, a lo que yo reí-.

Seguimos platicando hasta que dió la 1 de la mañana, que decidimos irnos porque al día siguiente tendríamos clases, cosa que al principio no nos importó pero hasta la mera hora, sí nos dió algo de pánico.
Regresamos a casa, donde volvimos Simón, Martín y yo a dormir juntos en mi habitación...

Querida Vargas menor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora