Capítulo 9

772 42 31
                                    

Bogotá, Noviembre 2010

- Narra Susan -

El miércoles pasó muy rápido, y recibí otra carta del tipo anónimo. Lo mismo el jueves y llegó el viernes. El viernes fuimos a la escuela e iba a haber una presentación de los de 11° con las canciones que compusieron para su clase de música.

Llegado el momento de sentarnos para disfrutar el espectáculo, yo me senté hasta atrás, donde, casi nadie notara mi presencia, o eso creí, ya que Martín me vió y sentó a mi lado, llamando la atención de las niñas que están locas por él y yo intenté que no me vieran.

Aproveché el que aún no iniciara el evento y leí la carta que me dio Isaza...

Bogotá, 2 de Noviembre del 2010

Querida Vargas menor:

Hola mi niña linda ¿Cómo estás? Espero y bien.

Te escribo hoy con una simple propuesta. Sabes que hoy es el evento de los de 11°, y yo soy de 11°. Mis amigos y yo vamos a pasar. Entonces ¿Recuerdas la letra de la canción que te escribí el martes? Esa canción la vamos a interpretar, y me gustaría que estuvieras atenta al escucharla.

Acabando el evento nos vemos en las jardineras...

P.D: Te amo mucho <3

Atte. Anónimo <3

La carta era muy pequeña pero sentí nervios al leerla.

Empezaron a pasar equipos y equipos, y como número final aparecieron mi hermano y sus amigos que se presentaron como "Malta"...

-Buenas tardes, nosotros somos Malta y queremos que escuchen está canción que compuso el Papo Villamil para la niña que le gusta, espero y les guste- Dijo Isaza por el micrófono. Los gritos de las niñas no faltaron-.

-Esto es "Aprender a Quererte"- Dijo Villamil con un ¿Banjo?. ¡Villamil con un banjo! Wow, esté niño sí que me sorprende-.

Villa empezó a cantar y quedé atónita. La letra era la misma que la de la carta del martes. A mi mente empezaron a llegar recuerdos de ellos diciéndome que Villa escribió esa canción para la niña que le gusta. De mis ojos empezaron a salir lágrimas, la canción era muy linda, pero, ¿De verdad Villamil sentirá algo por mí?

Acabaron su presentación y yo aplaudí, me gustó de verdad la canción.

Pude escuchar cómo niñas hablaban y decían lo mismo "ojalá y esa canción sea para mí".

Acabó el evento, y los nervios estaban a punta de flor en mí. Le dije a Martín que me iría sola a casa y que no me esperaran. Él solo asintió y se quedó hablando con sus amigos.

Caminé entre la multitud de gente que se dirigía a la salida.

Fuí a las jardineras y pude ver a un joven alto, de espaldas y recargado en un árbol. Sentí miedo y lentamente me acerqué a él. Con delicadeza toqué su hombro con mi dedo, y él se giró.

No podía creérmelo. Era Villamil. A lo mejor se equivocó o algo por el estilo...

-Hola- Dije con la voz temblorosa-.

-Creí que no ibas a venir- Dijo sonriente y pasando su mano por su cabello, señal de que estaba nervioso-.

-¿De verdad tú eres el de las cartas o te equivocaste?- Pregunté-.

-Ahhh me equivoqué- Dijo serio y sentí en mi corazón una punzada -¿De verdad te la creíste?- Dijo sonriendo -Bueno ya, 0 bromas. Susan, en serio, yo las escribí- Dijo acercándose lentamente a mí y mi corazón estaba al borde de explotar-.

-Esa canción... ¿La escribiste para mí?- Pregunté con mi voz temblorosa-.

-Sí, la escribí hace unos meses- Dijo tomando mi mano -¿Quieres ir al parque?

-Vamos-.

Villa entrelazó sus dedos con los míos y caminamos así hasta el parque.
En la escuela quedaban estudiantes, y nos vieron así. Yo estaba al borde de la vergüenza porque, por primera vez, muchos notaban mi existencia...

-No les hagas caso a las miradas, tú solo disfruta el momento conmigo e ignora a todos- Dijo susurrándome en el oído y eso hice ignoré las miradas-.

Seguimos caminando y platicando, yo me sentía más segura pero mi corazón se aceleraba cada vez más. Seguía sin creer que Villa fuera el que escribió esas cartas.
Llegamos al parque y nos sentamos en el césped, y quedamos uno frente al otro...

-Me gusta lo bonito que está el día- Habló Villamil-.

-A mí también. Es muy chévere- Dije muuuy nerviosa y con un poco de frío, así que saqué la sudadera que me dió Villa y me la puse-.

-¿Tienes frío?-.

-Un poco ¿Tú no?-.

-No, pero solo por ti me pongo la misma- Dijo quitándose el suéter del uniforme y poniéndose la sudadera idéntica a la mía -Te traje aquí, porque quiero hablar contigo-.

-Yo te escucho-.

-Susan. La verdad, iré al grano. Me gustas y mucho. Desde que tengo 15. Eres una niña muy linda hablando física y psicológicamente. Tú forma de ser, tu sonrisa, tu timidez. Todo de ti es perfecto. Me gusta verte cuando te sonrojas cuando alguien te dice un halago. Me gusta pasar tiempo contigo y solo contigo.
Al principio no sabía qué era lo que me pasaba, pero me gustaba pasar tiempo contigo.
En serio, sueno muy cursi, pero quiero que sepas que de verdad, quiero aprender a quererte y ser yo quien cuide tú corazón contra todos lo que quieran lastimarlo- Dijo tomando mi mano y acariciando suavemente mi mejilla izquierda-.

-Villamil, no sé qué decir. No me esperaba que el señorito más popular de la escuela se fuera a fijar en mí- Dije algo sonrojada-.

-Jajaja te conozco desde que eres una bebé, y aunque sea el más popular y aunque fuera famoso, nunca me fijaría en esas niñas mimadas que son para nada humildes-.

-Villa, si te soy sincera, yo también disfruto de tu compañía, y demasiado-.

-Yo solo quiero darte una vida con más sumas que restas, así que señorita Vargas menor ¿Le gustaría usted ser mi novia?- Dijo viéndome a los ojos. Pude sentir como mi corazón se detuvo. Mis mejillas ardían. Mi mano y la suya entrelazadas, era como de película-.

-Señorito Villamil menor, con gusto acepto ser su novia- Dije muy feliz-.

Él se levantó y me cargó y empezó a darme vueltas, yo solo reía y de repente se detuvo.
Se acercó lentamente a mí y me dió un abrazo.
Pasó sus manos por mi cintura y yo las mías por su cuello.
Él se agachó un poco más, hasta quedar su cabeza a mí altura.
Coloqué mi cabeza sobre su hombro y así duramos un rato.
Yo no quería que esté abrazo terminara.
Era perfecto...

Seguimos un rato más en el parque y fuimos a una heladería. Ahora yo insistí en pagar los helados ya que él pagó los cafés del martes.
Nos sentamos en una de las mesas del establecimiento y nos pusimos a platicar...

-¿Así que Isaza fue tu cómplice?- Pregunté-.

-No solo Isaza. También Alejo, Simón y Martín- Dijo viéndome-.

-Vaya y yo ni cuenta jaja-.

-Jajaja ay mi niña linda. Y oye, yo en la primera carta dije que sería la primera de muchas. Y de verdad, a pesar de que ya seamos novios, no quiero descuidarte y te seguiré dando cartas- Dijo guiñándome el ojo y una vez más, me sonrojé -AWWW mi tomatito lindo-.

-Villa, no quiero sonrojarme más jaja-.

-Jajaja te ves hermosa así-...

Querida Vargas menor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora