DIECIOCHO encuentros seguidos

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POV Katsuki

Todo este tiempo pensé que tener sexo con el bicolor me haría disminuir cada vez más mi deseo por él, que al igual que muchas otras veces, a la segunda vez ya estaría lo suficientemente satisfecho para no pensar en volverlo a buscar por meses o nunca.

Pero ahora estaba recién intentando que su cuerpo se acostumbrara a mi presencia dentro de él, y las ganas de hacer esto miles de veces no disminuía, por el contrario, aumentaba cada vez más a medida que lo acaricia, que veía sus ojos, que escuchaba su voz y olía su aroma.

Solo quería tenerlo así cada vez más.

Sé por el camino que va esto y no quiero, pero tampoco tengo la fuerza para negarme a ello.

Este beso tan apasionado que nos estabamos dando no dejaba de recordarmelo.

Esto es mas fuerte que incluso yo mismo.

¿Debería solo aceptarlo ya?

Mi brazo que usaba de apoyo para no aplastar al contrario se estaba acalambrando, pero en esta posición podía besarlo tanto como quisiera y también acariciar su rostro junto a sus cabellos.

Parecía que cuanto más pasara con él, más lo deseaba.

Putos desgraciados todos los demás que me hicieron pensar que no era así. Que esto era imposible.

Me separo un poco del beso dejando nuestras narices a roces para mirar sus ojos.

De saber que terminarían siendo las cosas así, yo definitivamente no te hubiera buscado.

Comienzo a mover mis caderas con lentitud hacia atrás unos centímetros para después volver hacia delante, apreciando en todo momento las expresiones del bicolor, como abría su boca sin dejar salir mas que su respiración y algunos quejidos, como arrugaba su entrecejo y parte del puente de su nariz.

Lo hacia ver tan tierno.

Apreté mis dientes un poco ante la impaciencia que me dominaba, esta lentitud era tortuosa aunque muy malditamente necesaria.

Quería hacerlo rápido y fuerte, quería hacerlo pero sin miedo a lastimarlo.

Me levanto lo suficiente para mirar su entrada apretando alrededor de mi miembro, suspiro de forma lenta acariciando sus muslos y llevando una mano a su entrepierna, tal vez esto podría relajarlo y hacerlo olvidar el dolor.

En cuanto mis dedos enrrollaron su duro pene se sobresaltó llevando una mano a mi muñeca, me mirada nervioso y algo asustadizo.

De cierta forma era lindo que se sorprendiera. ¿Es que piensa que no me gusta ver su rostro tan jodidamente hermoso soltando placer por cada uno de sus poros? Sé que embestirlo no le causa placer hasta que se acostumbra a mi pene, pero ya no soportaba verme solo a mi tan malditamente sobrepasado de placer.

- Relájate, Bastardo. - comienzo a mover mi mano haciendo que cubriera su boca con la palma debido a los sonido que su cuerpo queria soltar. Una sonrisa se adueño de mis labios al ver su gran fuerza de voluntad para esconder aquellos gemidos. Sin dejar de masturbarlo con mi mano derecha, utilicé la otra para acomodar su pierna en mi hombro y seguir moviendo mis caderas.

Porfavor ya relájate...

Muerdo parte de su pantorilla intentando contenerme ante lo estimulante que es su interior apretando mi miembro.

Luego de algunos movimientos de cadera lentos y repetitivos pude darme la libertad de comenzar a hacerlos mas rápidos.

Me inclino hacia él para poder aunque sea escuchar sus gemidos ahogados por sus manos, en su miembro intentaba hacer las acciones mas intensas para evitar que se concentrara en como mis embestidas iban subiendo su intensidad.

MateloT | BakuTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora