TREINTA Y DOS balas para la huida

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POV Shoto

Treinta balas en sus cartuchos, dichos objetos los devolví a aquel baúl lleno de espadas y armas para luego cerrarlo con llave. Saco la pistola que descansaba en mi cinturón, revisando que efectivamente aun contenia su única bala. Llevo mi mano al bolsillo de mi chaqueta que estaba ubicado en mi pecho comprobando al sentir algo duro y pequeño que aún tenía una bala de repuesto en caso de emergencia.

Suelto un suspiro colocandome de pié y devolviendo a su lugar mi pistola, para luego mirar a mi alrededor.

Creo que efectivamente ya había revisado todo y no faltaba nada.

Camino a la puerta de la cabina saliendo de ésta, al hacerlo veo a Tamaki ocupado organizando unas cajas mientras Mei y Monoma discuten de quién sabe qué, Shinso aparece con una caja que deja junto a las demás.

- Capitán. - miro a un costado encontrando a Tokoyami, quién se acerca con un papel en mano. - Todo el inventario, munición y suministros están a su máxima capacidad, como lo pidió. - Asiento satisfecho

- Bien.

¿Porqué huía?

Por que a lo que estaba haciendo en este momento no se le puede llamar de otra manera.

No había hecho nada malo.

Por el contrario, debería seguir mi vida sin preocupaciones, podría tener la seguridad de que Katsuki no volverá hasta encontrar al Heteróclito y, sé muy bien que es imposible que cumpla su objetivo alejado de mi.

Por ende, jamás lo encontrará ni volverá a mí.

Sin embargo, lamentablemente la realidad es otra.

La casi nula paciencia que tiene Bakugou lo hará buscarme, a pesar de lo que prometió.

¿Porqué creo que no cumplirá su promesa?

El simple hecho de ser capaz de mentirme en la cara, hizo que la poca fiabilidad que me quedaba en su palabra, y a la que tanto me estaba aferrando, se desvaneciera como el mar desaparece las huellas en la arena.

Literalmente, el mar se llevó mi confianza en él.

Desconfio.

De su palabra.

De lo que esté haciendo.

De lo que será capaz de hacer con tal de acercarse.

De lo que piensa.

De lo que realmente quiere.

De él.

De si alguna vez realmente me quiso, o tenía un plan detrás de todo.

¿Venganza?

¿Planeaba una venganza contra mí por esos dos años de arrebatos?

Talvez nunca tuvo un interés amoroso en mi, y por ende nunca se vuelva a acercar. ¿Para qué? Si su plan de venganza ya se estropeó, o... ya lo cumplió.

Si lo que quería era atormentarme, lo cumplió. No he podido estar en paz pensando en él.

Han pasado dos días.

Tengo ojeras debajo de mis ojos, ya que el simple hecho de cerrar mis ojos me trae imagenes claras y detalladas de nuestros momentos.

De sus expresiones tan temperamentales, de su mirada tan penetrante, de su sonrisa tan coqueta, de él estando cerca de mí; todo es tan real que juro sentir su tacto al recorrer mi cuerpo, su lengua, su aroma, su voz.

Todo se hace tan real, que al despertar me duele el golpe de vuelta a la realidad, tanto que no quiero volver a intentar dormir por temor a que pase lo mismo.

MateloT | BakuTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora