MateloT | BakuTodo

VEINTINUEVE golpes ganados

POV Katsuki

Mis manos cosquilleaban por llenarse de sangre de ese idiota que había enamorado a mi bicolor.

Ya habíamos zarpado y por lo que me dijo Kirishima había conseguido asegurarle al idiota de Inasa de que todo estaba bién.

Paso mi lengua por mi labio inferior humedeciéndolo un poco.

He pensado qué hacer.

Quería en un principio torturarlo como nunca. Arrancarle dientes, uñas, cortarle dedos, azotarlo, colgarlo, ahogarlo. Nada parece suficiente para mi herido orgullo y corazón.

Pero hay cierta vocesita en mi cabeza que me dice que me controle, que la tortura jamás a sido algo que yo goce.

Asi que...

- Aquí está Capitán. - veo la puerta abrirse apareciendo Kirishima e Inasa, ingresan colocándose de pié frente a mi. Yo estaba sentado en la silla de mi escritorio mirándolos con atención.

Aquí ese imbécil no puede liberarse de mi.

- Bien Kirishima, puedes irte.- el pelirrojo se sorprendió y miró a Inasa, quién entró en pánico. Obviamente no tiene buenos recuerdos de quedarse a solas conmigo. Kirishima hace una mueca y se voltea saliendo por la puerta.

Inasa me mira muy dudoso a lo que una gran sonrisa apareció en mis labios.

- Bién. - me coloco de pié apoyando una mano en el escritorio para luego de un salto subirme a éste y sentarme como indio. - Esto será sencillo. Te haré un cuestionario, y según cuantas yo considere sinceras, la cifra de golpes que te has ganado disminuira. - queria hacerlo sufrir hasta la muerte, pero jamás he sido un monstruo, y por celos ahora tampoco lo seré. Tampoco creo que el al bicolor le guste. Solo lo dejaré moribundo, como ese pirata Tomura que parece muerto en vida. Solo eso.

Inasa retrocedió un paso bastante asustado.

-¡¿Golpes?!¿qué hice ahora?

- Te acercaste a lo que claramente te dije que no lo hicieras.

- No me quedaré a ser golpeado. - el idiota estaba a punto de girarse sin embargo logré alzar mi espada y colocarla en su cuello, lo hago mirar nuevamente al frente con el filo de mi arma en su mandíbula.

- No te he preguntado, ni tampoco te he ofrecido alguna otra alternativa. Y agradece, pues lo que realmente te quiero hacer no es ni mínimamente comparado a unos cuantos golpes. - veo su manzana de adán moverse lo cual indicaba que había pasado saliva de lo nervioso. - Primera pregunta: ¿Te gusta o atrae Shoto? - su mirada era de sorpresa por unos segundos pero luego fue seria.

- No.- una sonrisa amplia apareció en mis labios.

Me complacia que el enamoramiento del bicolor no fuera correspondido, más que nada por mi egoísmo, si no fuese tan arrogante posiblemente me sentiría mal por él.

- ¡Bién! ¿Ves que fácil? Ya solo obtendrás veintinueve golpes. - hace una mueca. Me habia puesto un número humano de golpes que puedo darles, treinta parece una buena cifra, con la que disfrutaré sin matarlo. - Siguiente pregunta: ¿Qué le dijiste o mostraste para que ahora ya no quiera que nisiquiera lo toque? - su rostro mostraba asombro, desvia la mirada hacia los costados. Eso ya me indicaba que estaba buscando una excusa. Suspiro comenzando a sacarme la chaqueta y el cinturón con armas.

- Nada. - suspiro y lo miro.

- Error. Se acabaron las oportunidades, gracias por no disminuir tanto la cifra. - apoyo ambas manos en el escritorio y alzo una de mis piernas dandole una patada en el cuello que lo hace caer al suelo. Salto del escritorio doblando las mangas de mi camisa. - Va uno, faltan veintiocho. - lo veo soltar algunos quejidos mientras intentaba mover su nuca. Escucha como avanzo hacia él.