VEINTICINCO minutos al sol

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POV Shoto

En la oscuridad del lugar la música alegre llegó a mis oídos.

¿En qué momento había comenzado a caminar?

¿En qué momento aparecí en este lugar con tanta multitud?

Todos se ven felices, el sonido de sus risas llenan el lugar, sin embargo, de golpe el silencio se hace presente mientras las personas me abren el paso dedicándome miradas de asombro y miedo.

Frente a mí se alzan unos tronos en los cuales descanzan unas siluetas negras de personas que no logro distinguir pero si se me hacen familiares.

Comiemzo a caminar en contra de mi voluntad.

Por mí, me alejaría. Nos encontrabamos dentro de un castillo, como en el que crecí y no quería estar allí.

- ¡El nacimiento de una criatura siempre es digno de celebración! - grité, pero esa no era mi voz. ¿Quién era? Frente a mi aparece una cuna con otra silueta de sombra que parecía la de un bebé. Me inclino y tomo su pequeña mano. - Incluso si a nacido del dolor. - dicho aquello sentí una punzada en mi pecho, rabia y tristeza. Me levanto apuntando a las personas que estaban sentadas en el trono. - Hoy el mundo le da la bienvenida, pero, hay un ser que a sido el mas impaciente por que este momento llegase. - apunto en exclusiva a la silueta mas grande que parecia ser un hombre. - Tú has traido a este mundo una criatura mucho antes que ésta, un engendro que a nacido del sufrimiendo, dolor y agonía de millones de personas inocentes y sus familias. Esos sentimientos le han dado el tremendo poder que posee ahora para cumplir su venganza. - sentia la satisfacción fria de la venganza calar mis huesos. Esos no eran mis sentimientos. Alzo mis brazos. - Has matado a sus familias, y ahora tu familia te ha de matar a tí... - No. Detente. - Enji Todoroki.

Extiendo mis brazos al bebé, escucho un llanto de esta criatura cuando todo se vuelve negro y ya no podia respirar.

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Abro mis ojos de golpe inhalando algo de oxígeno con brusquedad.

Sentía mi brazo pesado, lo alzo lentamente y veo unas escamas negras en éste.

Mi cuerpo se tensó de golpe y un escalofrío me recorrió, mis ojos se estaban empañando y es que yo no queria volver a verme así.

No de nuevo.

Me senté en la cama de golpé sacudiendo mi brazo con algo de terror rogando con desesperación de que aquello desapareciera antes de que se expandiera a todo mi cuerpo.

Afortunadamente mi brazo volvió a la normalidad, o bueno, en lo posible.

¿Y esas heridas?

En ese momento recordé que aquellas heridas que se veían tan horribles habían sido hechas por un prisionero de los negreros, y después de aquellos recuerdos las imágenes de un rubio ceniza con ojos rubís y expresión preocupada llegó a mi mente.

Katsuki...

Quería saber que había pasado.

¿Por qué estaba allí?

Y ¿Dónde estaba él?

Levanté la manta de la cama que me cubria bajando un pié al suelo para levantarme rápidamente, sin embargo fuí atraído a la cama nuevamente por un tirón en mi mano.

MateloT | BakuTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora