"En el mar todo se vale"
Esa frase todo Pirata la conoce bien.
Mas solo Katsuki Bakugou la ha padecido a plenitud.
Venganza, peleas, deseo, amor y secretos.
Bakugou en busca de mantener lo poco de honor que le queda como pirata, solo se hunde más en...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
POV Katsuki
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Y allí estaba.
Como un idiota completamente embobado mirándo cada facción de su rostro.
Hace solo unas horas había logrado besar y tocar al bastardo que dormía plácidamente frente a mi.
Luego de aquello este imbécil se desmayó.
Lo cargué hasta la orilla y lo vestí con su camisa, por que aunque debo admitir que anoche me hubiera gustado hacer más con él, no era lo suficientemente pervertido para intentar hacerle algo desnudo e inconsciente.
Había colocado la chaqueta de él en el suelo para recostarlo encima y luego cubrirlo con la mia. Yo me vestí y estaba bastante cómodo en el césped mirando su rostro de idiota.
Mi mente me explotaba.
Miro el cielo que comenzaba a tomar color.
Mi barco hundido, pidiéndole favores al bicolor y sin mi tripulación. La peor suerte del mundo.
Suelto un suspiro y vuelvo a mirar al idiota.
Miro sus labios e inconscientemente lamo los míos.
Quería besarlo.
Devorarlo.
Y me estaba conteniendo desde hace horas.
Todoroki frunce ligeramente el ceño y suelta un suspiro. - Katsuki...
Aprieto mis dientes haciéndolos rechinar ligeramente. - ¿Me estas tomando el pelo bastardo? eso es desvergonzadamente provocativo. - Llevo mi mano a su rostro despejándolo de los pequeños cabellos que estorbaban en mi mirar a sus rasgos. - ¿Me estas poniendo a prueba? Demonios... te haré pagar cuando despiertes... - Me levanto sentándome en mi lugar, paso las manos por mi cabello. Miro alrededor. - ¿Dónde se metieron eso avariciosos de mierda?
La única isla más cercana era ésta. Y era pequeña, si hubiesen llegado lo sabría.
- ¿Aún no llegan? - Volteé mi rostro rápida al escuchar la suave voz del bicolor.