"En el mar todo se vale"
Esa frase todo Pirata la conoce bien.
Mas solo Katsuki Bakugou la ha padecido a plenitud.
Venganza, peleas, deseo, amor y secretos.
Bakugou en busca de mantener lo poco de honor que le queda como pirata, solo se hunde más en...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
POV Katsuki
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Debemos encontrar alguna forma de distraerlos y poder acercarnos. - Comentó Shoto mientras sus orbes dispares saltaban entre mí y la tostada humana, buscando que alguno diera una solución.
Claramente en una batalla a larga distancia ganarían los que portan armas, no un trio de piratas que solo llevan de defenda unas viejas espadas.
Acerco mi rostro al del bicolor con una pequeña sonrisa que se reflejaba en la comisura de mis labios a causa de la reacción nerviosa y sonrojada del contrario a medida que me acercaba.
- ¿Tienes calor? - pregunté viendo la manzana de su garganta moverse indicando que había pasado saliva. - ¿o porqué tan rojo? - su semblante serio tambaleaba al sentir el roce de nuestras narices.
- ¿Pueden seguir cuando no tengamos una armada real gastando todas sus municiones disparándonos? - dijo el pelinegro con un semblante que demostraba cansancio, aquella frase hizo enrrojecer aún más al medioalbino que sin dudarlo me apartó de un empujón.
- É-Él tiene razón. Ya para de hacer eso. - dijo un Shoto abochonado.
- Yo solo estaba buscando la solución a nuestros problemas. - con una sonrisa levanto mi mano mostrando una bomba de humo.
- Pero... ¿De dónde sacaste eso? - pronunció el bicolor aún con el rastro carmesí en sus pómulos.
- De mi chaqueta... - alcé una ceja mirando fijamente el rostro confundido del heterocromático, luego de la inteligente observación de "Pero tú no tienes chaqueta" que pronunció la tostada humana y que hizo el entrecejo de Shoto arrugarse mientras se abrazaba a si mismo. Con un movimiento de cabeza apunté al bicolor. - La esta usando él.
La mirada celeste del pelinegro viajó entre ambos.
- ¿En qué moment--
- Yo no sentí nada. - la mirada desconfiada del bicolor volvió a mí.
- ¿Cómo la ibas a sentir si estabas muy ocupado mirándome? - muestro mis dientes en una sonrisa pícara mientras él arruga el puente de su nariz molesto. Lanzo al aire la bomba de humo atrapándola con mi otra mano. - Pero bueno, en los bolsillos internos tienes cinco bombas de humo y tres granadas. - me coloco de rodillas volteándome hacia la gran roca. - Úsalas con cuidado, Bonito. - acomodo la bomba en mi palma y estiro mi brazo hacia atrás tomando impulso. - Corran tanto como puedan antes de que se disperse el humo, sin importar si ven a un soldado. Talvez logremos aparecerles por la espalda. - lanzo un suspiro para luego lanzarla por sobre la roca y ver como el polvo rápidamente se exparcia obstruyendo toda visión. - Ahora vamos.