CAPÍTULO 41: EXPANDE TU MUNDO

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Ver a su amiga de regreso de la mano de ese joven con lágrimas secas de felicidad mientras pedía volver a casa era una de las alegrías más hermosas que vivía ese tiempo. El joven Kim no se iría a ningún lado y se quedarían un poco más en el país de los tulipanes. Pedía disculpas a todos y también a su padre. Pero Rissa sabía que no quedaría con unas disculpas para su progenitor. Más cuando ese hombre le dio una sonrisa escalofriante.

-Papá... -dijo unos días después del incidente en el despacho de su padre, pero el señor no levantó la mirada del periódico- ¿Pá...?

-Rissa... -suspiró- Es bueno que por fin te dignes a hablar conmigo. -la joven tragó saliva- ¿Cómo están ellos? ¿Sirvió tu ayuda... "romántica"?

-Ah... sí, sí. Ellos están mejor que nunca. Se... salvó el día. -intentó sonreír, pero sabía que había cometido varias impertinencias al ayudar así a Isa. Como conducir en un país donde no tenía licencia, romper varias reglas de tránsito, estacionarse en un lugar prohibido, conducir a un exceso de velocidad y traer a su amiga casi en paños menores. Sin mencionar el tiempo que le hicieron perder por llevar a aquel fotógrafo al aeropuerto- Ya dilo. -suspiró resignada.

-Bien. -el señor dejó el diario sobre su escritorio- Tú amigos... ese peliblanco...

-Se llama Hyun y no es mi amigo. -suspiró. No había forma de que tenga alguna amistad con ese chico.

-Como sea. Amigo de tu amiga, no me importa. Pero él se ha estado encargando de la limpieza d ellos establos y así como la cocina...

-No creo que espere que le pagues. -La verdad es que Zen había tomado diversos trabajos en aquel lugar sin que se lo hallan pedido. La primera razón parecía ser evitar a la hermana mayor de Rissa que le proponía ser su mánager a cada momento. Le era molesto cuando él ya había dejado todo eso atrás. Y otra, era eso mismo. Él no tenía ya un fin o motivo que por ello daba igual sí sus manos se lastimaban o su se caía a un charco, daba igual. Pero en sí eso no era problema de ella.

-Peor aún. Traes invitados a esta casa y te da igual que uno de ellos actúe como un peón para ti. -sus ojos eran firmes.

-¡A mi no me da igual! ¡S-solo que... solo que él es muy cerrado! Además, ¿no sabes lo que pasé por culpa de él? -recordando el incidente con esa bailarina en un callejón o la balacera hizo por rescatarlo.

-Eso debiste pensar antes de traer. -su voz era firme- Así que, hoy harás las labores de él. -suspiró- Tú hermana me tiene harto con ese chico y ahora resulta que trabaja como un peón sin salario... -suspiró.

-... -Ya entendía porqué el enojo era mayor.

-Dile que se tome el día libre. Que vaya y conozca la ciudad o el campo. Lo que sea...

-¿Y sí se pierde?

-Rissa... -el hombre tomó aire. Estaba perdiendo la paciencia- has lo que te digo y soluciónalo. Recuerda los principios de la familia. Y no saques ningún caballo.

La mujer dio un gran suspiro sin decir nada. Solo media vuelta y sus pies fueron en la dirección que se le indicó. El trabajo sería pesado y creí morir en ello, ¿pero podría evitarlo? No.

-¿Rissa?

-¡V! -la mujer guardó su teléfono- ¿Isa?

-Ella está descansado. Creo... -una sonrisa se dibujó en su rostro- Aún está cansada con lo ocurrido.

-Fue un día, pero... parece una eternidad. Felicidades a ambos.

-Gracias a ti. -le sonrió.

-No, quien debe dar las gracias soy yo. Sí no hubieras estado en esos momentos... no sé que hubiera sido de Isa... -al final ella no estuvo en esos peores momentos.

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2022 ⏰

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