...Un caleidoscopio es mi corazón, luz de luna guía a mi amor... Destellos mil de la constelación... cuento uno a uno y me pregunto... por el... destino de mi amor...
Cada palabra era más difícil de pronunciar, de cantar, de recordar un pasado que se sentía tan irreal, distante. Esa canción que tiempo atrás era tan hermosa. Con toques de amor y ternura, cuando pensó en él. En cada gesto desde el momento que lo vio, que lo amó. Ahora dolía, tanto que las lágrimas salían solas, sin respetar ni un poco la poca dignidad que le quedaba. Esa noche, esa maldita noche ella se arrodilló ante él, se humillo por su amor. Por todos esos recuerdos, promesas que se dieron. Para Isa lo valía, Jumin lo valía todo. Y aún así, no fue suficiente. No lo fue. ¿Qué tenía ahora? ¿qué quedaba de todo eso? ¿por qué ella seguía tarareando esa canción?
...Recordaré siempre tu mirada... la primera vez... en que nos vimos...
¿El amor era así? Una maldita arma de doble filo. Una que te daba los mejores momentos de la vida, con risas, con caricias, besos y abrazos. Pero su otro lado era tan cruel, tan oscuro y doloroso. ¿Valía la pena amar? ¿lo valió? Isa ya no lo sabía. No sabía en qué falló. Solo tenía su teléfono en mano, esperando un milagro que no ocurría. Ella esperaba algo, lo que fuera de Jumin. Solo pequeña y rota esperanza en el amor que él alguna vez le tuvo era lo que la mantenía ahí. Esperando. Sin embargo, eso no quitaba el dolor que sentía en su pecho, el dolor de sentir que ella era solo el pasado de Jumin. Ya no era su "cariño", ella ya no era nadie.
No supo cuántos días pasaron ni qué hora era. No quería saber nada. Solo sentía cuando alguien iba a su habitación. Acariciaba su cabeza, la cubría con una manta, le daba un beso y se iba. Isa sabía que tenía que encarar a su familia, lo sabía. Pero sus fuerzas no daban o simplemente aún tenía fe en que él volviera por ella. Ya no lo sabía. Solo se quedaba dormida después de llorar un rato. Lo que había ocurrido el día que llegaron empeoró todo. Sabía que su tío se pondría así, pero ir contra V fue demasiado para ella. ¿En qué momento su vida se había vuelto así de oscura? Ver a V en el piso, con la sangre saliendo de su boca, Zen gritando que él no tenía la culpa, Jiro intentando detener a su papá y su tía sujetándola. Eso no se supone que debía pasar. Ella, en esa semana, se iba a casar. Ella debía estar alistando su vestido y ahora estaba ahí, tumbada en su cama como una completa perdedora.
Sintió cómo una mano iba acariciando su cabeza de manera tierna, tranquila mientras tarareaba una nana. Como cuando era niña y tenía miedo. Era relajante y por un momento le hacía olvidar todo, como si nunca lo hubiera conocido o como si nunca hubiera salido de Japón. Capaz nunca debió hacerlo, debió conformarse con lo que tenía. Y quedarse bajo el cuidado de su familia. Era hubiera sido lo mejor. O capaz, dejar de ser tan ingenua, ser una tonta que creyó en simples palabras de amor que ahora eran como cuchillas, a cada movimiento dolían más.
-Mi niña... debes comer, por favor. -escuchó.
Pero ella seguía con los ojos cerrados, no quería. Prefería mantenerse así, sin moverse, sin pararse ni decir nada. Capaz inconscientemente buscaba algo más, ¿morirse? ¿Eso quería ella? Y un miedo sacudió su cuerpo. Ella no quería eso, no quería. Solo quería que Jumin volviera a ella. Solo eso, pero pensar que la muerte sea la forma de traerlo de vuelva la hacía sentir como una porquería. ¿Cómo podía desear la muerte? En especial ella, por quien su madre dio la vida. ¿Qué diría?
-Isa... por favor. -escuchó la voz de su tía. Salió de sus mantas y vio esos ojos tan familiares y tiernos. Se tiró a los brazos de ella y lloró. Aún había mucho dolor en su pecho para decir que se acabó y tenía miedo. Su cabeza no era su mejor consejera, su corazón la estaba arrojando más y más en el dolor. Y no sabía qué hacer. ¿Debía dejarlo ir? ¿era simple? ¿se podía?- Mi niña, está bien. Todo está bien. Llora. -la abrazó- Mamá está aquí.
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PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]
FanfictionSecuela de "Miles de Pétalos". Ha pasado un tiempo desde esa noche en donde todo acabó, los pétalos en los árboles han caído. Dando paso a unos nuevos, intentando florecer mejor que antes. Porque ante todo; si el tronco se mantiene firme, florecerá...