PRÓLOGO

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"En otras noticias, el CEO de C&R, Jumin Han vuelto de su viaje por Europa. Se especula que fue para cerrar negocios con los grandes magnates de la industria alimentaria. Pero según el fuerte rumor que corre, se dice que estuvo de viaje con su actual pareja: Ling Tha. La actriz de nacionalidad china. Con la cual llevaría un mes de relación." -dijo la conductora de espectáculos."

"-¿pero no estaba hace dos meses con una actriz inglesa? -preguntó un panelista."

"-Jajaja ¡Es Jumin Han! Puede lo que sea y con quien sea ¡Todo un playboy!"

Suspiró. Apagó aquel televisor, no era necesario escuchar más ni saber nada sobre Jumin. Las cosas habían cambiado tanto en esos años. No solo Jumin, también él. Ya no eran las mismas personas de antes. Ni podrían volver a eso y él no quería.

-Jihyun, ¿ya vamos? -le decía una voz muy familiar afuera de la casa.

-¡Sí ya voy! -una sonrisa se dibujó en su rostro.

El hombre dejó el control del televisor en la mesita y se salió. Al momento en que estaba afuera por el umbral, la luz del sol lo cegaba por completo. Hasta que sus ojos turquesa se adaptan a esa mañana resplandeciente. Y la vio, ella estaba ahí, con un hermoso vestido color melocotón ondulante con unos ligeros estampados de pétalos como ligeros relieves. Eran muy tenues, pero resaltan más su belleza. Le sonrió feliz, de poder ver cómo sus ojos cafés le correspondía dedicándole una cálida sonrisa, tomando su mano, entrelazando sus dedos.

- Demoró señor Kim -dijo con gracia.

- Lo lamento señorita Ishiguro -se acercó a ella para besar su frente- no volverá a pasar.

-Más le vale -acarició su mejilla con ternura.

Era tan cálida y hermosa. Ella era más de lo que pudo pedir a la vida. Mucha más. Solo podía mirarla, saber que estaban juntos en ese momento, con sus vidas entrelazadas. Sin esperarlo, sin quererlo ahora eran uno. Acarició su mejilla y pudo ver ese rubor en ellas. Podía estar todo el día y la noche así. Mirándola mientras sentía que cada segundo la amaba más y más.

- ¡Ay! ¡No vayan a empezar de nuevo! -escucharon.

- Lo confirmo -decía un albino divertido que se sacaba los lentes de sol.

- ¡J-Jiro...! -se separó de V sonrojada- ¿...Zen t-tú también?

- Bien por ustedes, pero el festival ya va a empezar y quiero instalar el puesto de telas. Seré un éxito. ¡Le ganaré a ese tipo!

- Mis fans irán, te lo aseguro. -decía Zen feliz. Últimamente las fans nipones habían aumentado.

- Jaja no lo dudo.

- Si así lo crees, deja de besar a mi hermana y ayúdame... c... cuñado. -aún le costaba decir esas palabras.

- Yo también. -decía la mujer algo apenada, pero con el ánimo a tope.

- No, tú no -la detuvo Jihyun con delicadeza.

- P-pero... comprendo. -le sonrió- Pero tendrás que compensarme después. -hizo un puchero.

- Esta bien -se acercó a ella para susurrarle algo que solo ella debía escuchar, solo ella. La besó y siguió ayudando con los productos.

La mujer estaba sonrojaba como un pimiento. No cabía duda de que cuando él se proponía ser atrevido, lo lograba. Pero le encantaba. Saber que a pesar de todo lo que vivió, había un amanecer que la esperaba en esos ojos turquesa. ¿Cuándo surgió ese sentimiento? ¿en qué momento dejó de llorar para volver a sonreír así? Y más aún, feliz de que su vida vuelva a un rumbo agradable, como las olas de un mar tranquila. No podía decirlo, pero en su mente la imagen de aquel antiguo amor era tan borrosa. Que no le importaba estar a semanas de volver a Corea, pero de una manera distinta de mano de Zen.

O capaz aún habían cosas que no debían ser olvidadas solo que aún no se daba cuenta y era la calma antes de continuar con la tormenta.



Notas del autor: Creo que ha pasado una semana, o no se cuando habrá pasado para decidir que era tiempo prudente para publicar el prólogo (¡ando emocionada!). Pero diré dos cosas: Pétalos Caídos se dividirá en dos tiempos. La primera empezará en el primer capítulo con un asterisco. La segunda (que será simple de reconocer cuando pase) con otro asterisco o algo así haré. Solo diré que tomará tiempo actualizar, aprovecho que nuevamente ando enferma para escribir y dejar mis lecturas de la universidad lejos. Y claro, tener la inspiración para escribir, sino odiaría esto. En fin, cuidense y los espero en el capítulo primero.

PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora