CAPÍTULO 6: AROMA A MENTA

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Él simplemente dejaba que las luces inundaran sus ojos, que cada destello de iluminación lo bombardeara, marcara el momento. Su mirada no dejaba el hecho de verla ahí distante. Capaz no debía o capaz simplemente no quería entender las palabras que le dijo, pero cómo podría. Isa fue clara con él y el hecho que se fuera, lo comprendía perfectamente. Esa noche lo entendió fuerte y claro su pedido por eso estaba molesto. O lo estuvo. Demasiado que no podía decir palabra alguna.

No era culpa de ella y tampoco suya, sin embargo, saber que no tenía nada que ver con el accidente y el accionar del Han, lo dejaba con un "vacío". Es decir, nada podía hacer y solo mirar cómo las cosas iban por su caudal, ver a Isa así de destruida lo destruía a él. Pecó de esa manera, amándola en silencio. Dándole su corazón y lo aceptaba. Estaba bien, pero verla así sola y mal era peor. Mucho peor. Quería ayudarla, cuidarla, lo que fuera y solo podía mirar. Un enojo se posicionó en su pecho, uno que no lo dejó dormir hasta muy amanecida y los tenues rayos del sol le anunciaban un nuevo día después de verla. El mediodía se imponía, no supo cuánto durmió ni si Zen volvió. A horas indescriptibles escuchó la puerta sonar y al mirar por la ventana pudo verlo irse.

V salió de su habitación y fue por los pasillos hasta otra que se encontraba en el extremo de la casa. Tocó la puerta y no recibió respuesta. Al entrar pudo ver que la cama estaba intacta. Capaz él volvió y se fue como era costumbre o capaz, no pasó la noche ahí. Suspiró. Quien menos debía cargar con todo era Zen, quien lo había ayudado. Buscó su teléfono ni bien volvió a su habitación y le envió un mensaje, esperando que responda a la brevedad. Aunque de igual manera lo llamó y era enviado a la casilla de voz. ¿Hyun se habría molestado con él? Suspiró nuevamente. Tendría que disculparse con él cuando lo viera, pero miró su teléfono. Ahí estaba el número de Jumin y la última conexión que tuvo, ¿tenía algún caso pensar en él ahora? Ni un mensaje recibió desde el incidente en la oficina. Absolutamente nada. Y también vio a Isa. Su número de contacto, la foto que ella puso ni bien entró a la RFA.

Ese día que supo de ella por primera vez en su vida no pensó qué tan impactante e importante sería en ella. Simplemente no podía ignorarla y pedirle que se vaya. No si él sabía que ella estaría por ahí, rondando, esperando algo. Fue duro. Lo recuerda bien. El día en que todo acabó con Rika. Él suplicándole que no lo deje, humillándose como Isa, pidiendo ser llevado con ella al mismo infierno, no importaba, pero con ella sería la gloria. Se lo pidió y ella simplemente lo miró con desprecio y lo dejó. "Los odio a todos. A todos ustedes.", le había dicho. Ella simplemente se mató. O eso creyó él cuando todas las pruebas indicaban eso. Su corazón se partió en mil pedazos, lloró y maldijo todo. Se maldijo, pero a las semanas ella volvió. Ella que le decía que él era su sol, que era su vida completa estaba ahí con Mint Eye. Delante de ella no iba a negar que estaba feliz, demasiado, ¿pero era necesario hacer todo ello? Que todos lloren por ella, que la den por muerta.

Demonios. Eso era. Los demonios que veía en ella y que podría controlar, que podría ser contenedor y salvarla con su entrega absoluta, pero todo fue más enfermo que no pudo decirle a los demás que estaba viva. Él simplemente se alejó de ella, lejos donde no pueda lastimar a los demás y donde ella pueda ser Rika: El Salvador. Capaz sabiendo todo eso, él debió intuir que Isa nunca estaría segura con ellos. Que ella no debía quedarse ni un segundo más allí. A menos al no saber cómo llegó, pero los días pasaban, sus temores fueron alejándose a no saber más de quién la metió, los demás iban aceptándola y agradeciéndole que "reviviera" la RFA, y poco a poco se iba dando la relación con Jumin. ¿Acaso él podía ya detenerlos? ¿Podía detener el sentimiento que iba creciendo en su amigo? Esa "explosión de sentimientos" era nueva y de algo que el Han decía con orgullo y angustia sentir. Hasta que lo iba comprendiendo.

Esa mujer era muy diferente a Rika, era una pureza que no tenía descripción y al leer cada conversación de la RFA comprendía que fue la mejor elección dejarla dentro y darle en puesto de coordinadora. Lo era. Y ¿por qué ahora maldecía ese momento? Hubiera sido firme y le hubiera dicho a Seven que la quite, que se encargue de la bomba en el departamento de Rika y todo estaría bien. Todos con sus vidas sin ningún cambio y sin ningún dolor, pero no lo hizo. En eso él falló. Él se equivocó en eso. Creyendo que nada malo podría pasar, pensando en su amigo que necesitaba un apoyo en el momento de crisis y su compromiso con Sarah. Lo pensó así. Y cuando la vio el día de la fiesta pudo ver que era una joven muy hermosa, con unos ojos brillantes que miraban con inmenso amor al Han, las dudas y miedo habían desaparecido por completo. Eran ellos y en ese momento sintió una envidia a su amigo. Si bien el Kim encontró primero el "amor", Jumin era quien tuvo la suerte de ser amado así, de encontrar el verdadero amor, uno puro sin condiciones. Y ahora estaban ahí. Después de todo, ¿de qué servía encontrar el amor si terminas así? Se lamentó por él, por su poca decisión y ese sentimiento que no debía tener en el pecho. Sintió que un ruido lo sacó de sus pensamientos, era Seven.

PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora