PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]

CAPÍTULO 23: SALVAVIDAS LISTO

Sus pies no captaban el andar, cada paso que daba era más difícil y extraño. Solo fue a desahogarse con su amiga y ahora era tomada de la mano por ese joven albino en medio de esa mañana. Intentó detenerlo o decirle algo a su amiga, pero aquel chico simplemente se disculpó con Isa y se fue con ella. Su tacto era gentil y sabía que no la estaba lastimando, pero se notaba firme.

-¡Hey! -volvió a insistir- ¡Oye! ¡Escúchame!

Y era inútil. Aquel chico seguía caminando sin mirarla ni disminuir el paso. "Contaré hasta tres... sino no respondo" pensó cuando seguía insistiéndole en que se detenga. Y ya sea por miedo, pavor, inseguridad Zen no le hacía caso. Simplemente sus piernas se movían solas mientras se llevaba a aquella joven muy lejos de los demás.

¿Cómo pasó eso? ¿Qué preguntabas debía hacerse? Ni él sabía. Simplemente se dejó llevar por Becca esa tarde. Él insistió que no era el lugar ni momento, pero de un momento a otro ella lo estaba besando mientras sus manos se metían debajo de su ropa y lo tocaban. Iban desde su pecho hasta el cierre de su pantalón. Le insistió, pero tanto esas manos como los labios de su novia le hacían perder la razón. Fue peor cuando quedó a merced de ella en ese callejón. Él en la pared mientras sentía la lengua de esa mujer recorrer su cuerpo y la presión en su ropa interior era fuerte.

¿Lujuria? ¿Amor? El término no era claro, pero cuando los labios de ella empezaron la lamer su pene simplemente perdió la razón y quería más. Esa escena era mortal. La tenía casi desnuda, metiendo su miembro en su boca y con esas ganas de penetrarla. Él a la justa podía mantenerse en silencio para que nadie escuchara esos gemidos y fue cuando vio a esa joven. Era como un corte preciso e inesperado. ¿Qué vieron los ojos de esa joven? Un hombre sometido a la lujuria y placer en una calle donde podía transitar cualquiera mientras la luz se iba acabando dándole paso a la noche. Se congeló. Ella los miró de pies a cabeza hasta quedar con la mirada abierta del impacto, mientras Becca seguía con lo suya. Dio media vuelta y se fue corriendo. Terminó eyaculando, pero fue por mera reacción de su cuerpo, pero ¿qué era eso? ¿por qué hacía eso? Sí él sabía que ese lugar no era para eso, ¿por qué dejó que pasara?

Miró a su novia y ella solo parecía divertida. "Tranquilo" le hacía dicho, pero ¿se podía? ¿se podía estar tranquilo ante ello? Solo tenía la mirada de esa joven se asombroso y miedo. Intentó quitarse de la cabeza y pensar que era normal. Eso pensó, pero tuvo pesadillas de ello durante varias noches. Becca se enojaba con él porque eso incluso afectaba a sus encuentros, pero había un remordimiento en él. Zen no era un mal tipo o de esos hombres callejeros que se sentía un "campeón" por algo así, pero él no sabía quién era esa joven. Hasta que los recuerdos fueron cayendo y recordó que era la chica con ese niño. Fue peor, ¿si ella hubiera estado con ese pequeño? ¿qué hubiera hecho? ¿cómo podría explicarlo?

Y fue ese día, ese preciso día cuando vio a Isa rodeada de unas manos. Pensó que era una amiga, en especial de una, pero nunca pensó que esa amiga era la misma joven de esos dos encuentros: Rissa Tanaka. Se quedó en blanco y todos los recuerdos fueron más vivos que nunca. Se disculpó con su coordinadora y después le daría explicación de caso y se llevó a la joven, pero ¿ahora qué tenía que decir o hacer? No sabía. Solo seguía caminando por más que la joven pedía que se detenga.

-¡TRES! -fue lo último que escuchó cuando sintió su cuerpo un jalón de golpe y pudo verse en el aire mientras esa chica lo miraba molesto.

Zen cayó al piso después de dar una vuelta. Su cuerpo impactó en la nieve y su mente en blanco, ¿qué le había pasado? ¿ella hizo eso? Sus ojos rojos como el rubí parpadearon mientras la miraba sorprendido. ¿Enserio ella había hecho eso?

-¡Te lo advertí! -le gritó- ¿Eres sordo? ¿estúpido? ¿no escuchas?

-Ah... -Zen parecía no creerlo, pero se de inmediato se puso de pie sacudiéndose la nieve- Yo...