CAPÍTULO 12: MÁS EVIDENTE

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Era nieve. Lo que significaba que el invierno se hacía presente en su máximo esplendor. Todo era cubierto por su frío manto por donde mirase. Lo único que no se salvaba, a lo lejos, era el mar. Que aún con ese aire frío se seguía moviendo. Mostrándose independiente de todo, libre de cualquier cosa. Sus ojos volvieron a lo más cercano, miraba por la ventana y podía verlos en el jardín cubierto de blanco. V hablaba con su tío con respecto a un álbum. Aún le resultaba extraño todo eso. La noche anterior, cuando por fin después de mes y medio él volvió, le contó que fue por un chequeo médico a sus ojos.

-¿Tus ojos? ¿estás bien? ¿por qué no dijiste? -eran muchas preguntas arrojadas.

-Tranquila. -Él sonreía- Solo era algo rutinario, no había tenido tiempo.

-Pero... -se sentía apenada- Has... has estado ocupado por mi culpa... debí pensar en tu salud...

-Isa. -se detuvo- No digas eso. Nada fue tu culpa. Además, fue algo rutinario. Solo eso.

-Aún así... -ella se sentía apenada.

-Y... me encontré a tu padre.

-¿Qué? -su cuerpo se puso en alerta- ¿Mi padre? ¿Por qué? Espera... -lo recordó- Él... iba por cuestión de negocios. Lo recuerdo, Jiro nos lo dijo.

-Sí. -asintió- Fue casual, nos encontramos en el mismo hotel. -le mintió, pero no tenía sentido decirle sobre el incidente con Jumin, ¿qué ganaría diciéndole?

-Ah... -la joven sujetaba su bolso. Era bueno saber que su papá había vuelto, pero recordó la máscara que tenía. Rogaba que no la buscara- ¿pasó... algo malo?

-No. Nada. -le sonrió tranquilamente.

-Mientes. -V se sorprendió y la joven lo miró a los ojos- Mi padre... cuanto te ve solo quiere golpearte, ¿me dirás que no pasó nada?

-Ah... -suspiró aliviado- Tuvimos una plática extensa.

V le comentó todo, excepcionando lo de Jumin, él fue sincero. Sobre lo que hablaron, la visita de negocios que tenía con esa familia noble como el nuevo "cargo" que se le había dado. Hasta el hecho que tuvieron que viajar para ver a varios distribuidores de seda. Era necesario ver las pinturas como los bordados que se darían. Un grupo en conjunto donde los Ishiguro eran necesario para satisfacer a la familia que era mano derecha del actual emperador.

-¡Lo lamento tanto! -fue lo único que podía decir en ese momento.

-Descuida... fue divertido. -V parecía feliz con eso.

Pero para Isa no era así. Sabía que su padre era exigente con el negocio familiar, más si se trataba de gente como los Won. Siempre era meticuloso y prefería él encargarse de eso siempre, pero arrastrar a V en todo eso la deja sin palabras. ¿Fue una tregua o simplemente lo estaba explotando? Sabía que V no le diría nada. Él simplemente le sonreía y le decía que todo estaba bien, que fue divertido y pudo sacar buenas fotografías, pero ¿cómo un fotógrafo como la reputación que él tenía podía hacer simples fotos a telas? ¿en qué cabeza cabía algo así?

-¿Y tú? ¿Por qué... volviste a ese sitio? -su voz había cambiado como su mirada. Isa se sentía apenada, era como si ella hubiera roto la confianza que él le tenía.

-Puedo... puedo explicarlo. -le dijo apenada- Pero... ¿puedes ayudarme? -El Kim no entendía- Dices que mi papá está de vuelta... -mientras sacaba aquella máscara de su bolso- Necesito esconder esto.

-¡Isa! ¿Q-qué es eso? -parecía sorprendido y asustado, esa máscara de demonio era muy impactante y tener una que podía cubrir su rostro no era nada agradable.

PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora