CAPÍTULO 10: DEJANDO ANCLAS

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-¿Cómo dijiste?

-Sí, eso mismo. -le sonrió- la idea es que... sea algo rústico. Aunque aún no defino, mi sobrino quiere que sean como la casa de Iroman. -suspiró- terminaré haciendo la casa de un comic.

-Jajaja. Recuerdo que él miraba tus maquetas y decía que era un héroe de esa pequeña ciudad. -rió Isa.

-Sí, lo peor es que si salgo por un tiempo de casa debo de cerrar bien mi habitación. -su amiga suspiraba- Los niños son un peligro andante. Aún recuerdo cuando de la nada vino y le preguntó a mi hermana de dónde vienen los bebés. La pobre estaba tomando un jugo y terminó por escupirlo por la nariz.

-¡JAJAJA! Pero... ¿no me decías que estaba preparada para ese tipo de preguntas?

-Lo estaba, Isa. Mi hermana creía estarlo. -la joven meditó- Pero supongo que cuando tienes un hijo no es simplemente "tus padres tuvimos sexo, eyaculó en mí y de ahí tú fuiste concebido". -la chica hacía una cara extraña. Isa empezó a reír nuevamente.

Era agradable tener una conversación así de tranquila y normal con su amiga de universidad, poder estar sentadas en un café de aquella ciudad y hablar de todo lo que se perdió en ese tiempo que estuvo lejos de Japón. Un claro ejemplo era sobre cómo explicarle al pequeño Jim sobre de dónde venían los bebés. Ella recordaba que días antes de irse, su amiga le había dicho cómo todo estaba planificado, pero al igual que el tiempo mismo, todo es cambiante. Se definían cosas y al día siguiente simplemente eran otras. Ella mejor que nadie lo sabía con tantas cosas que cambiaron con el tiempo, en su tiempo, pero por suerte algunas seguían igual de intactas.

-Entonces, ¿qué pasó? -quería escuchar más.

-Isa. -la joven la miró- ¡Mi hermana quiere que le haga dos maquetas para explicarle a Jim cómo vienen los bebés! -la mujer parecía alterada- ¡Isa no me estoy graduando para que venga y me diga que dibuje eso! -suspiró- un pene y una vagina. -le susurró lo último.

-Jajaja. -¿Cuánto extrañaba eso? Ella solo podía reír mientras la escuchaba- Pero Rissa... capaz si dibujas en papel y así ella le explica. Digo, a los niños hay que explicarles desde chicos para que no crean cosas sin sentido.

-¿En serio? Te creía mi amiga, ¿sabes? -la joven dio un sorbo a su bebida- Para eso debía estudiar medicina o algún curso de anatomía, no pienso hacer eso cuando ella tiene a su esposo para meditar y decirle de dónde vienen los bebés. Ellos hicieron a Jim, que ellos se encarguen.

-Solo digo que ella capaz querrá tu apoyo. -decía mientras jugaba con su popote.

-No pienso dar mi brazo a torcer. Suficiente tengo con esconder mis maquetas de Jim.

-Jajaja. Bueno, algún día pasarás por eso. Y... ¿Has... seguido escribiendo? -Isa sintió una melancolía por la pregunta, su amiga se dio cuenta.

-Solo porque tú me ordenaste, pero solo cuentos infantiles para Jim. "Rissa, no pierdas la chispa." -cruzó los brazos- Además, tú misma dijiste que yo era tu musa. Cada tontería que te contaba le ponías música e historia, por eso decía: Yo soy el títere de Isa Ishiguro.

-Jeje. Perdón, nunca fue mi intención. Aunque, sí... lo eres... siempre tú me has inspirado a componer. -Isa bajó la mirada. Rissa era su amiga, así como su inspiración. Era una chica muy alegre y enérgica, pero que se metía en líos a más no poder por ese temperamento. Aunque eso era lo que le gustaba a Isa. Sin mencionar que cuando se conocieron fue por un concurso de una historia leve. Ambas quedaron empatadas, aunque cada una siguió caminos distintos.

- ¿Cómo sigues? -le preguntó al ver su mirada baja.

-¿Yo? -Ella como V lograban ver cuando estaba mal- Pues... voy a terapia. Ya sabes. Es cansado y a veces quisiera dejarlo, pero hay algo que me lo impide. Además... -movió dos dedos y un poco el hombro.

PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora