CAPÍTULO 32: LAS CARAS DE ISA

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"Entonces... ya no quiero verte."

Nuevamente esas palabras eran dichas. Nuevamente sus labios se movieron para decirlas y quedar solo. Con una opresión inexplicable si receptor se hacía polvo. Desaparecía por completo. Se veía a él mismo de pie diciendo con derrota aquello. Y entonces, nuevamente era cubierto de polvo. Escuchaba gritos y llanto. Podía ver gotas de sangre, pero por más que sus ojos buscaban "algo", no había nada. Nadie. Por más que corrió y corrió estaba solo.

"¡Por favor! ¡Se los suplico! ¡Ayúdenme!"

Por más que él se veía a él mismo pidiendo ayuda mientras sus manos se manchaban de sangre, no lo entendía. No entendía por qué actuaba así. ¿Qué era? ¿Qué lo tenía de esa manera? ¿Acaso... era Becca? ¿Aún había historia por contar de ellos? ¿Era eso? Solo podía verse desesperado en ese mar de polvo y dolor.

Zen solo podía preguntarse si de verdad aún sufriría más. Al fin y al cabo, Becca lo destruyó. Lo dejó en el piso por completo pisando los pocos retazos que quedaban de él. ¿Podía compararse con una flor que fue pisoteada hasta que no quedó nada? Porque si era así, ni sus raíces quedaron.

Al abrir los ojos comprendió que todo fue un sueño. Como muchos que tuvo, como muchos que fueron bueno y malos. Sentía su cuerpo temblar. Eso quería decir que aún seguía en un sueño, ¿verdad?

-Tranquilo... -sintió unas cálidas manos en sus hombros mientras esos ojos cafés iban apareciendo en su panorama.

-¿I-isa...? ¿dónde...? Todo... tiembla...

-Sí, es normal. Tranquilo. -sus ojos lo miraban con ternura- Solo es un temblor... aquí es normal. Ya pasó, Zenny. -le apartó unos mechones de su rostro- Estás en casa... con nosotros.

-Isa... -el cuerpo dolía tanto. Sus ojos se empezaron a nublar- Todo... ¿fue real?

-Zen...

-¿Ella... ella de verdad me...? -todos los malos recuerdos venían.

-Ya pasó. Ya pasó. Estas en casa. -la mirada de esa mujer era ternura- Estás con nosotros. A salvo.

-Isa... -cerró los ojos por completo- Me duele... tanto...

Escuchó el llanto de su amigo. Un llanto conocido para la joven. Isa mejor que nadie sabía qué era ser basureado por la persona que era dueña de tus sentimientos. ¿Qué podía decirle? ¿Cuál era la palabra "mágica" para frenar ese dolor? No lo había. Solo podía estar ahí con él y dejar que esa herida se drene por sí sola, aunque no tenga fecha límite.

Al final la joven dejó que el llanto como el cansancio de ese cuerpo lastimado volviera a llevarlo a un sueño profundo. Capaz a sueños tranquilos, o capaz a aquellos del cual eran futuro. Isa terminó por cerrar la puerta cuando el joven quedó dormido.

-¿Se volvió a dormir?

-Sí... -bajó la mirada- Él... -lo miró.

-Nos tiene a nosotros.

No supo en qué momento las palabras o él mismo era la clave para su cordura como su consuelo. Isa fue a sus brazos por simple acto reflejo. Hundió su rostro en su pecho sintiendo el calor y la gentileza. Quería preguntarle algo simple: ¿así se veía ella tiempo atrás? No sabía el por qué pensaba eso, pero tenía tanta curiosidad de saberlo. Aunque no era momento y... ¿por qué preguntaría eso?

"¿Aceptarías que alguien más tenga su atención?"

-Yo... -se aferró a él- Soy egoísta... -dijo esto último por lo bajo que él no entendió. V simplemente la abrazó más mientras sus dedos recorrían sus cabellos- Se supone que... empezaríamos un buen año.

PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora