Incómodo. Esa era la mejor forma de decirlo. El ambiente como el lugar y las circunstancias hacían todo incómodo. Solo podía escuchar el "tic tac" del reloj indicando que el tiempo seguía avanzando aunque no se sintiera así. Más aún cuando tenía esos ojos firmes delante de él. Como esperando ver su siguiente movimiento, pero ¿cuál debía ser? ¿Cómo debía de empezar a hablar? Él simplemente quiso sacarlo de ahí y evitar más problemas. Que sí merecía hacer el escándalo que quería: Sí, lo merecía. Lo sabía mejor que nadie, pero sentía que no era el momento o capaz, pensaba en Isa. Que aquel altercado podría llegar a ella y ser peor.
La había dejado dormida esa mañana después de lo sucedido en el barrio rojo, después de verla así, de cómo ella estaba y más que nada ver lo frágil que podía ser cuando no se contenía, ¿en qué etapa podría ponerla? Él, por su lado, hubiera preferido quedarse y prepararle el desayuno. Saber si podía acertar o no con respecto a sus preferencias, también ver si era de las que tenía los estragos de tomar tango alcohol o simplemente era tolerante. Cómo hubiera deseado eso, pero una simple idea hizo que cambiara de planes. Un simple violín con unos diarios tan viejos le hizo comprar un vuelo de regreso a Cora.
Pensó en su madre y cómo sus vivencias podrían ayudarla. Habían cosas que ni él aún entendía, pero capaz Isa podría sentir el apoyo en esas palabras, vivencias plasmadas y en aquel violín. La terapia estaba ayudando. Lo pudo ver en sus dedos. Sentía que poco a poco aquella chica estaba levantándose del suelo, recuperando lo suyo, pero no era la misma que conocía. Había algo distinto que ni él podía describir con palabras. Solo esperaba estar ahí para ella. Por eso sintió la necesidad de hacer ese viaje lo más pronto posible, no iba a negar que quería revisar su vista. Había sentido pequeños incomes, pero por suerte el doctor le dijo que era normal. Solo le recomendó unas gotas por un mes. Además, trasladó su expediente a Japón. Con lo cual solo tenía que ir en tren para sus consultas. Era lo mejor. Sin mencionar que se alejaría de Corea por un tiempo.
Ver a su amigo así, de la manera en cómo ahora vivía su vida lo dejaba sin palabras. No tenía cómo explicarse eso. Era verdad que por Jaehee había tenido información sobre Jumin durante esos meses desde que se fueron, pero no pensó que fuera de esa manera las descripción. Pensó que sería algo ocasional o que en unos pocos intentos dejaría de frecuentar a tantas mujeres, pero sí que estaba equivocado. Mucho. No quería ni pensar qué haría si Isa lo viera así. Tan libre y ajeno a todo lo pasado, a aquel hombre que una vez tuvo una prometida que juró amar toda la vida. Aunque también descubrió algo no tan grato en él mismo, algo que lo hacía odiarse.
Eso era el hecho que esperaba que las cosas no cambiarán. Que su amigo se quede con esa vida que ahora quería tener y mientras él estaba al lado de Isa. No pedía mucho. Solo eso. Tiempo, mucho tiempo a su lado para compartir y vivir. No esperaba ser correspondido ni consideraba esos sentimientos adecuados, incluso los odiaba; pero si había alguien que pudiera entenderlo, pedía solo tiempo al lado de ella, verla feliz. Solo eso. Y no lo iba a negar, que Jumin se comporte así daba más posibilidades a ello. Y sentía que una pequeña mala hierba estaba sembrado en su pecho.
"Pero he intentado de todo porque la recuerde" se decía. Eso se decía siempre porque ya no sabía qué más hacer o decir. Le habló tantas veces, le comentó esos once días, la pérdida de Elizabeth III, lo de su padre y aún así nada. Incluso, él fue a tanto que Jumin había ordenado que no lo dejarán entrar. Sabía que en un tiempo ese impedimento no estaría, pero ¿cuando? ¿para qué? Él no quería escuchar nada de ella, ni una sola palabra. Entonces, ¿estaba mal su actuar? ¿Estaba mal sus pensamientos? ¿Estaba mal desear un poquito de esa sonrisa radiante como primavera? ¿Era malo? Era claro que se iba a ganar un pase directo al infierno mismo.
Sin embargo, su problema más concreto era el hombre que tenía enfrente. Sentado con los brazos cruzados. Había sacado al señor Ishiguro de las afueras de C&R. Fue difícil y capaz él pudo ver al Jumin con otra mujer, no lo sabía, pero prefería asumir lo peor para ver qué hacer. Sabía que quería encargarse de ese hombre y ahora que sabía sobre ese secreto que habían ocultado, temía lo peor. No era solo por Jumin sino también por Isa y todo lo que implica. Un lío de esa magnitud perjudica a todos. Y sabía que aunque sea, de manera legal, ganaría el Han. De la otra forma, era impreciso.
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PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]
FanfictionSecuela de "Miles de Pétalos". Ha pasado un tiempo desde esa noche en donde todo acabó, los pétalos en los árboles han caído. Dando paso a unos nuevos, intentando florecer mejor que antes. Porque ante todo; si el tronco se mantiene firme, florecerá...