Yoosung: ¡Es sencillo!
Zen: Claro, ¿acaso ya viste si hay disponibilidad?
Yoosung: ¡Sí! Hice una reserva. Solo necesito ir a comprar unas cosas y ya.
Isa: ¿seguro no necesitas ayuda?
Yoosung: ¡Isa! ¡No seas como Zen!
Zen: ¿Qué? ¿Yo qué? ¡Solo veo que no termines en Alaska!
Jaehee: ¿hasta cuando tienes la reserva?
Yoosung: Para la próxima semana. El pago en sí se configura cuando lleguemos al aeropuerto.
Seven: ...
Yoosung: ¿Seven? ¿Qué ocurre?
Seven: Yo... aún no he dicho que iré. Un agente como yo tiene misiones incluso en fin de año.
Zen: ¡Ja! ¡Claro! ¡Ya le prometieron a Isa que vendrían!
Yoosung: ¡Seven! ¡No puedes hacernos esto! ¡Tenemos que pasar las fiestas con Isa y los demás!
V: Anímate, Luciel. Un cambio de aire les hará bien.
El mensaje de Seven tardaba en escribirse y ella tenía que ser rápida. Su mente intentaba estar en dos lados a la vez. En ese chat para las coordinaciones de fin de año como en esa cena con su jefe. Si bien ella siempre lo acompañaba de un lado a otro anotando todo lo que le pedía, no entendía qué hacía ella ahí. Estaban en un restaurante sumamente lujo con luz tenue mientras los mozos iban de un lado a otro con los platos pedidos. Ella entendería que si es por una necesidad de negocios de la C&R su presencia era necesaria, pero no era una cena de negocios. Por el contrario, hacía mal tercio.
Jaehee podía ver a su jefe delante de ella mientras aquella mujer le daba besos en el cuello dejando una leve marca de su labial. Los ojos de Jumin quedaban absortos ante la coquetería de esa mujer de piel canela. Ya se había acostumbrado a ello (muy a su pesar), pero ¿por qué ella tenía que ir con ellos? Ver en todo lo que se había convertido la relación de su jefe con Isa en nada era igual o peor que verlo a él con diferente mujer cada cierto tiempo. Siempre con regalos, invitaciones, salidas, cenas y demás. Su agenda también se hacía un espacio para enviar todo ello a la nueva fémina que atraía los ojos de su jefe.
La mujer parecía ver su molestia que le dedicó una leve sonrisa de victoria. Mientras volvía a captar la atención de Jumin. Él simplemente se perdía ante ella recibiendo sus caricias y mimos. Jaehee suspiró. Por donde lo mirara no tenía sentido que ella estuviera ahí. Había escuchado que esa mujer quería ir a un restaurante en específico donde la comida estaba entre las mejores y los músicos que asistían eran muy reconocidos. Jaehee antes de que escuchara las palabras del Han ya estaba apuntando todo lo que la señorita quería, cuándo lo quería y dónde lo quería. Terminaron en ese restaurante donde tenía cinco estrellas Michelin, pero claro, nadie de la RFA podía saber. Y mucho menos Isa. Podía notar una gran mejora de la joven desde que se fue que por ello no era necesario decir de las penurias que estaba pasando para responder ese chat. Miró cómo los músicos se preparaban para el artista que se presentaría esa noche. Aquel lugar se caracterizaba por no decir en sí quien vendría por esa semana para dar una sorpresa, pero los ojos de la castaña miraban de un lado a otro mientras todo iba quedando listo. Y sintió que su teléfono volvía a vibrar.
"¿Al final fueron a ese restaurante? Él no se escatima en gastos." Era lo que decía ese mensaje.
Suspiró al leerlo. Solo había a una persona en todo Corea a quien le contó sobre la cena de esa noche y era a aquella mujer. Esa pelirroja de una sonrisa cautivadora y sofisticada: Ena Yong. Era una alta ejecutiva que había sido nombrada unas semanas atrás como la CEO de la compañía familiar a sus cortos 28 años. El problema no sería ninguno y a Jaehee no le importaría en lo más mínimo si no fuera por el suceso del cuarto de servicio. Desde ese día se sintió tan extraña, su cuerpo sentía un hormigueo indescriptible que recordaba las manos de esa mujer sobre ella. ¿Qué era eso? Pensó que podría ser una reacción alérgica o el estrés mismo, pero esa noche en vez de pensar en su amiga y el infierno que estaba pasando, pensó en esa pelirroja y sus labios. Sus ojos se mantuvieron cerrados mientras sus manos intentaron recordar cómo la tocó. Llegó al orgasmo como nunca lo hizo cuando se complacía a sí misma, pero no era lo mismo. Estaba loca que prefirió dejarlo así. Sin embargo, la vida no era así de simple, aquella mujer volvió por cuestiones de negocio, aunque le dedicada cada mirada que podía y a veces se lamía el dedo. ¿Sería impresión suya verlo de forma lasciva?
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PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]
Hayran KurguSecuela de "Miles de Pétalos". Ha pasado un tiempo desde esa noche en donde todo acabó, los pétalos en los árboles han caído. Dando paso a unos nuevos, intentando florecer mejor que antes. Porque ante todo; si el tronco se mantiene firme, florecerá...