El entrenamiento con su cuñado nuevamente la dejó muerta. Solo había salido por una emergencia de su amiga como para que le mandara a dar 50 vueltas a toda la base. ¡Cincuenta! ¿Acaso no contaba que eran familia? Algunos son más blandos cuando de familia se trataba, pero Rissa sabía que su familia no era así. Todos sus ascendientes eran de la rama militar y no había descanso ni tregua en ello. Y claro, era doble pecado más para ellos ir en contra del país.
¿Pero qué de malo era ir a ver a la linda Isa? Ella era como un cachorrito indefenso que cuando le pedía ayuda no podía decirle que no. Y ahora tenía el cuerpo molido. Miró cómo el color del cielo iba cambiando. De un color negro a uno morado. El día iba llegando poco a poco.
-Rissa...
-Cuñadito... -le sonrió.
-¿Molida? -sabía que la estaba probando.
-Ridiculeces. No fue nada. -empezó a saltar- Además, mira. Este uniforme se me ve fenomenal.
-Ja, ja, ja. No cabe duda que los Tanaka llevan la milicia en sus venas.
-Eso es nuestro atractivo. -le sonrió- No ves a tú hijo. Jim ya grita a todo pulmón que quiere ser como padre o como tú. Incluso como mi hermana... eso si me da miedo.
-Ja, ja, ja. Supongo que es algo que no se puede evitar.
-Sí, ¿ya irás a casa?
-Sí, Jim quiere que juguemos un rato y compraré fresas, ¿quieres?
-¡Porfi!
-Bien, ¿Cuándo vuelves al trabajo?
-Ah... me había olvidado.
-Eres arquitecta.
-Sí... -se rascó la cabeza- Tengo que ver con el ingeniero unos planos. Supongo que... mañana. Quisiera ver a Isa.
-¿Tú amiga está bien?
-¿Eh?
-las últimas veces que ella te llamó, saliste corriendo. -se notaba preocupado.
-Ah... Isa... ¡novio! -gritó- Ya sabes, el amor la tiene así y pues es mi obligación como su amiga ir a socorrerla. Pronto lo conocerás. Se nota en la cara de Isa que lo quiere.
-Que bueno. -le sonrió- Después de lo que le pasó... -Si bien pocos sabían de los detalles de la vida de Isa, los Tanaka llegaron a saber que tuvo un accidente y terminó su relación- Es bueno que se abra a alguien. Ojalá sea feliz.
-Lo será. O se las verá conmigo. -le sonrió. "V no me decepciones".
-Bueno, ya terminó el entrenamiento. Puedes irte. Nos vemos al rato en la casa.
-Sí, cuídate. -le sonrió.
Rissa corrió a los dormitorios para darse un baño y cambiarse. El único problema es que como estuvo de un lado a otro por los asuntos de Isa y el pervertido que se olvidó de su ropa normal y solo tenía la ropa militar de la base. Suspiró. No tenía de otra. De nuevo andaría con el uniforme de la milicia. No era malo, pero a este paso dejaría la arquitectura por el ejército.
Cuando ya estaba cambiada y lista, se puso unas benditas en la mano y una en la mejilla. El entrenamiento de su cuñado era horrible, pero lo aceptaba. Si bien era arquitecta; su otra parte, por su familia, era del ejército. Un trabajo duro y matado que le complacía demasiado.
Envió un mensaje a Isa. Aunque no simpatizaba con el pervertido, no iba a reconocer que tenía pena por él. Amar a alguien y que esa persona te lastime así debe ser muy duro. Más cuando comparó esa situación con Isa. Imaginó a su amiga en un mar de llanto y dolor por su exprometido. Así que, solo podía prestar su ayuda en lo que fuera necesario.
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PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]
FanfictionSecuela de "Miles de Pétalos". Ha pasado un tiempo desde esa noche en donde todo acabó, los pétalos en los árboles han caído. Dando paso a unos nuevos, intentando florecer mejor que antes. Porque ante todo; si el tronco se mantiene firme, florecerá...