Caos. Esa palabra podría describir de mejor manera todo lo que sus ojos veían. Un caos total se instauró en ese mercadillo a las afueras de la ciudad. Ni la nieve ni el mismo frío detenían a los comerciantes que tenían variedad de cosas por la ocasión. Desde simples decoraciones hasta vegetales peculiares para la noche buena. Bullicio de un lado a otro, aromas mezclándose como muchos de colores. La nieve era pintada como un cuadro blanco por todas las personas.
-No esperaba...
-¿Tanta gente? -le sonrió.
Aquel joven solo pudo asentir. El camino para regresar fue tranquilo y parecía un día común sin mucha gente, pero cuando llegaron a la estación de tren vieron que no eran los únicos que tenían los mismos planes: compras navideñas. Al llegar fue claro cómo todo se desarrollaba por eso. El aroma a mar como de comida recién hecha se mezclaba mientras él, un joven coreano, no sabía cómo moverse o por dónde ir. Su japonés era bueno, pero había terminaciones que no entendía en sí. Solo podía mirar a Isa y mostrarle su sorpresa.
-Tranquilo. Estas con una local. -le volvió a sonreír.
-Eso me alivia.
Caminaron nuevamente con cuidado por la nieve mientras veían un poco de todo su alrededor. Los ojos de la joven se maravillaban ante la posibilidad de poder comprar un poco de todo. Él solo podía sentirse tranquilo seguirle a donde quiera que ella quisiera ir. A donde sea, pero el estómago tenía otros planes. Empezó a reclamar su primera comida del día y fue mucho peor cuando pasaron por un puesto de comida.
-Isa... -la llamó.
Ella lo siguió con la mirada hasta entender a qué se refería. Solo pudo asentir, no era el único que tenía hambre. Habían decidido ir temprano y desayunar ahí. Así que la joven sacó un poco de dinero y fue a ese puesto. En un inicio el Kim entendió la conversación. Era muy básico el japonés que entendía que la joven pedía dos Okinomiyaki con algo caliente, le señaló la promoción que había en el cartel. Y el comerciante parecía dudar, pero después dijo que no tenía. Hasta ese momento el Kim entendió todo, pero después no entendió nada. Solo podía ver a la joven empezar a gritar con ese señor. Se asustó un poco, pero Isa no paraba de señalar el cartel y el comerciante se negaba. No entendía nada, ¿por qué no quería venderle? Isa sacudía su dinero y el hombre cruzaba los brazos mientras dudaba. Hasta que la joven mostró una sonrisa y le hizo un "OK" con la mano. El hombre parecía molesto, pero terminó por aceptar el dinero y en menos de cinco minutos V traía en sus manos dos bandejas con la comida y las bebidas. La joven lo guio a unas mesas cubiertas contra la nieve que se habían instalado para los comensales.
-¿Q-qué... fue todo eso?
-Ah... -la joven quedó a medio bocado- Solo le estaba diciendo que nos de pollo en vez de pescado. Y que la bebida no sea chocolate. Creo que mejor queda con café, ¿o tú querías chocolate?
-Ah... No, no. Esta bien.
-¿Seguro? Puedo ir y pedirle que me cambie. Él me conoce. No es la primera vez que le compro. -decía mientras tomaba un sorbo de su café.
-¿Segura que solo fue eso? -¿enserio ella decía que solo discutió por la proteína y la bebida?
-Sí... bueno, soy cliente habitual. Así que le pedí un descuento. -dijo mientas sacudía sus palillos- el regateo es básico.
-Parecía...
-¿Parecía?
-Jajaja. Nada. Solo que es la primera vez que veo algo así. -le sonrió para después agradecer la comida y dar su primer bocado- ¡oh! ¡delicioso!
-¿Verdad? Pero no te llenes con eso. -se puso de pie- ¡te traeré algo!
Antes de que él pudiera protestar o decirle que no era necesario la joven ya se había ido en medio de ese tumulto de gente. Su mano quedó en el aire mientras su mirada seguía por donde se perdió. Él estaba en un país extraño, donde conocía poca gente y más que nada solo fue por ella ahí. "Amor", pensó. Sabía que era eso. Lo sentía en cada parte de su cuerpo, con cada movimiento, cada acto. Todo era amor, pero a la vez mucha confusión iba a su cabeza. Él tenía miedo. Por un momento pensó que él miedo era por perderla en ese accidente, o por la depresión en la que estaba, pero fue viendo que ella poco a poco iba emergiendo. Iba saliendo a flote de todo ese dolor. Por eso pensó en ayudarla más. Quería hacer todo lo que estuviera en sus manos por ella que terminó volviendo a Corea, pero como si otra voz hablara en él, terminó llegando a C&R. ¿Qué hacía ahí? ¿por qué estaba ahí? ¿Iba nuevamente a interceder para que Jumin recuerde a Isa? Una opresión en su pecho iba creciendo, un miedo iba recorriendo cada parte de su cuerpo. ¿Él podría dejar ir? ¿Era tan altruista como todos creían? Pero ¿si siempre era Jumin y él solo alguien de paso? Al fin y al cabo, con quien ella se iba a casar era su amigo, no él. Él no era el personaje principal de esa historia. Y entonces, cuando vio al señor Ishiguro sintió que un millón de pesos se iban de su cuerpo. Una confirmación, capaz maldita, que esa relación acabó. Aunque, ¿su amor era adecuado?
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PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]
FanfictionSecuela de "Miles de Pétalos". Ha pasado un tiempo desde esa noche en donde todo acabó, los pétalos en los árboles han caído. Dando paso a unos nuevos, intentando florecer mejor que antes. Porque ante todo; si el tronco se mantiene firme, florecerá...