CAPÍTULO 28: SENTIMIENTOS EMERGENTES

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"Entonces, ya no quiero verte."

¿Qué? ¿Por qué decía eso? ¿por qué esa firmeza en sus palabras? No entendía. Y más que nada, ¿a quién le decía? No entendía. No entendía nada. Simplemente veía cómo aquel ser se desvanecía delante de él. Se perdía en miles de luces para dejarlo completamente solo. ¿Quién? ¿A quién le pidió eso? ¿Por qué?

De un momento todo era oscuridad. Todo era una mezcla entre polvo y escombros. Miró a su alrededor. Todo era caos, llantos, dolor, gritos y sangre. El día antes de lo esperado trajo la noche a él. ¿Qué pasó? ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué su pecho dolía tanto? ¿Por qué estaba llorando tanto?

"¡Por favor! ¡Por favor! ¡Ayúdenme!"

Era él. Se podía ver a él en esos escombros. Gritando y llorando por ayuda. ¿Qué dolía? No tenía herida alguna. Su cuerpo estaba intacto. Entonces, ¿por qué se veía con una expresión de tanto dolor? ¿por qué sus manos empezaron a lastimarse y a llenarse más y más de sangre? El maldito polvo no lo dejaba ver por completo todo. Solo un dolor inmenso que iba creciendo más y más mientras gritaba.

Fue tanto el dolor o el miedo a lo desconocido que sus ojos se abrieron de golpe. De inmediato la realidad llegó a él. ¿Había vuelto? Lo primero que apreció fue aquel techo. Escuchaba el ruido de pasos, de... ¿un carrito? Sus sentidos iban volviendo poco a poco.

Volvía a parpadear una y otra vez. Intentando recordar dónde estaba. Y fue peor que ese sueño que lo terminó despertando. "Becca" pensó. Las imágenes de ese Año Nuevo venían a él como una ola tan grande para llevarlo completamente. Haciendo que su cuerpo chocara con todo lo que había en ella.

La había visto. Recordó que cómo la vio y con quién la vio. "¿Era real?" lo pensó por un momento pidiendo que la duda sea negativa, pero al sentir su cuerpo adolorido entendió que todo fue real. Que lo que vivió esa noche fue real que pedazos de su corazón iban cayendo al frío piso. Sus ojos se fueron nublando. El cuerpo como el alma le dolía demasiado.

-¡¡¡ZEN!!! ¡¡¡ZEN!!! -escuchó cuando aquel techo fue bloqueado por esos ojos café- ¡Despertaste! ¡Despertaste! -ella lloraba- ¡Por fin! ¡Soy tan feliz!

Los ojos rubíes de aquel hombre se encontraba con los de aquella joven. Su mira borrosa la miraba mientras lágrimas de ella caían en sus mejillas.

-B-baby... -logró decir- No... llores...

-¡Espera! ¡Llamaré al doctor! -se secó las lágrimas y limpió las que cayeron en él.

No pudo decir más. Su cuerpo le dolía demasiado. Tanto como su alma. ¿Qué era peor? ¿Cuál dolía más? Su mente batallaba entre el dolor físico y emocional. Podía entender que estaba en el hospital y que eso hacía más real lo que sucedió. Por un breve momento pensó que todo fue un mal sueño y nada de eso pasó, pero la vida le decía lo contrario.

Sintió los pasos de varias personas mientras el doctor iba a él. Sacaba una pequeña linterna para ver sus pupilas, examinaba su pulso como una parte de su cuerpo mientras daba indicaciones a la enfermera. Le hicieron varias preguntas y logró responderlas todas. Era lo de menos. Hasta que aquellas personas se fueron y nuevamente escuchó la voz de su coordinadora.

-Tranquilo. -volvió a su rango de visión- El doctor dice que tienes buena recuperación. En unos... días... -se secó las lágrimas- estarás completamente bien.

-Isa...

-Estoy aquí. -sujetó su mano, apretándola delicadamente para que sintiera su apoyo- Estamos todos aquí para ti, Zenny.

-Princesa... -la miró- ¿Fue... real? -Capaz Isa podía darle la contra a la realidad. Pudo ver en sus ojos un asombro ante esa pregunta. No era necesario una respuesta por parte de ella. Era claro que había pasado. Era real que Becca estaba con otro hombre, que ella cobraba por eso y él fue el idiota que se enamoró de manera ciega.

PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora