PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]

CAPÍTULO 27: DEMOLICIÓN

Mientras nuevos copos de nieve caían y cubrían nuevamente todo. Lo que había y lo nuevo que hay, ella estaba de pie congelada. Con su corazón volviendo a memorias antiguas, memorias tristes y dolorosas. Ella estaba de nuevo ese día lluvioso, pero era peor porque ahora solo podía verlo como un público más mientras otro corazón era el destruido. Mirarlo desde lejos mientras su amigo ya hacía en la nieve sangrando.

Sus ojos miraban a su alrededor. A cado uno de sus seres queridos en el piso y a hombres apuntándolos con sus armas. Mientras veía cómo nuevamente aquel albino se ponía de pie. Los retazos, lo poco que de él quedaba se ponía nuevamente de pie. ¿Por qué? ¿Por qué de nuevo la vida les hacía esto? ¿por qué ella tenía que volver a recuerdos amargos? Y más que nada, ¿Por qué Zen? ¿Por qué su querido Zen?

-Vamos. Sé hombre. -logró escuchar de ese gánster que ordenaba que sujetarán a Zen mientras otro golpe iba a él.

Isa estaba en blanco. Tenía tanto miedo y dolor en todo su cuerpo que temblaba. De un solo golpe que soltó el albino a aquel hombre con Becca, varios hombres aparecieron de los autos apuntándolos con armas. No supo cómo pasó y en un milisegundo Yoosung fue derribado. Seven y Jiro intentaron defenderlo, pero siete hombres fueron a ellos derrumbándolos en la nieve. V quiso ponerla detrás suyo, pero lo hirieron con la cacha de la pistola que terminó en el piso. Solo quedó ella siendo señalada por otras manos. No podía moverse, pero ¿podría?

Estaba congelada, con miedo y horrorizada. Aquellos hombres contuvieron la ira de Zen mientras le gritaba a esa mujer que ni lo miró. Muchas palabras, mucho dolor, mucha desesperación y suplica de él.

"¡¡¡RESPÓNDENME!!! ¡¡¡¿QUÉ TE HICE PARA QUE ME HICIERAS ESTO?!!! ¡¡¡BECCA!!! ¡¡¡¿POR QUÉ?!!!"

Eran las preguntas del albino, pero esa mujer solo seguía al lado de ese hombre. Mientras él se reía de su dolor, de ver esa mirada desesperada pidiendo una esperanza, solo una. Algo que lo mantuviera a flote.

"¡Por favor! ¡No me dejes! ¡No me hagas esto!"

Eran suplicas de antaño que emergían del fondo de su corazón. Pidiendo piedad mientras poco a poco su corazón iba siendo destruido. Dejó que sus lágrimas salieran al verlo. Isa estaba volviendo a vivir esa pesadilla de nuevo, esa horrenda pesadilla y solo podía ver que no pudo evitarla. Que su gran amigo no se desmoronada como un castillo de arena.

-Zen... -decía mientras su voz se perdía al verlo así.

Golpe tras golpe mientras gotas de sangre iban pintando la nieve más. Mientras cada golpe lo regresaba a su realidad. A una que tal vez no vio, una tan dura y cruel donde él no era querido. Donde era un ser feo e indeseable con poco. Recuerdos que prefería dejar atrás venían mientras miraba a la mujer que horas antes había hecho el amor. A la que amaba.

-¿Más tranquilo? -preguntó aquel hombre cuando chasqueó los dedos para que sus hombres se detuvieran.

-Señor... -Lei intentó decir algo, pero sentía el revólver en su sien.

-Niño... -prosiguió el hombre mientras pegaba a Becca a su lado- Si no sabes cómo se manejan las piernas una prostituta, no debiste meterte con ella o... abrirlas. -sujetó más fuerte la nalga de la mujer.

Zen no decía nada. Sus ojos rojos buscaban los de ella. Una explicación, la que fuera. Él la creería. Lo haría, pero que se la diera. Que fuera a él y dejara de permitir que ese hombre la manoseara, que todo era un error.

-¿Acaso... -sonrió- ...creías que esta mujer no es una puta? ¡JAJAJA! -se bufó de él- ¡Qué idiota! ¡Idiota!

-Maldito... -ira. Tanta ira que sabía a sangre.