CAPÍTULO 7: EL VIENTO UNIENDO

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Sus ojos se perdían, mientras miraba a lo lejos cómo las pequeñas formas daban paso a las olas que nunca llegaban a sus pies. El viento corría de manera suave y tranquila. Sin buscar ni querer nada, solo que se quede ahí tranquila, en silencio. Con el único ruido de las aves en pleno vuelo. Cómo extendían sus alas y volaban por todo lo alto. Unas aves que eran capaz de expandirse en pleno cielo, tan ancho e inmenso. Sus ojos cafés seguían ese vuelo, capaz quería ser una como ellos, poder extender sus alas y expandirse en el amplio cielo. Aunque ahora ella no lo sabía qué quería en sí. Sí irse lejos o enterrarse más.

La vergüenza carcomía su mente. Esa noche estuvo tan ebria que hizo un problema tras otro, o así lo veía ella. Dejó de lado su discapacidad y simplemente tomó una copa, después otra y luego otras hasta el punto que tenía una botella en su mano que era cambiada con otra cuando esta se vaciaba. Ya no sabía si era dolor de lo que vivió o era en si placentero dejar las normas de la moral y el decoro. Simplemente hacía lo que quería y eso era tomar más y más. Se reía de ver como Lei mandaba a golpear a un sujeto por no pagarle una deuda de juego, se reía de las mujeres que se peleaban por la atención de los clientes quejándose de las competencias de otros centros de entretenimiento, la comida era lo mejor. Tenía hasta saciarse, o lo terminaba vomitando por el exceso o tenía que ir al baño. No lo recordaba bien. Lo único que pasaba tranquilo era la bebida. Lei no era el mejor para detenerla. Isa terminó compitiendo con él por quién era el que tomaba más copas en un minuto. Era sake y capaz era muy común para los japoneses, así que Lei traía otras bebidas como vino, whisky o coñac. Esa era su forma de renegar de la Isa que era, de esa chica ingenua y tonta que creyó en tantas cosas efímeras. Y claro, el hecho de que los echó de su vida a ellos. A sus queridos amigos. Fue dura o intentó serlo, aún no aprendía bien cómo se hacía, pero lo intentó cuando habló con V. Fue dura y cruel, con palabras duras y de toda mujer que ha cambiado.

Entonces, ¿por qué él volvió? ¿Por qué cuando dio media vuelta él estaba ahí? ¿Por qué sus ojos brillaban como dos gemas que solo la presenciaban a ella? Tuvo miedo. Miedo de mirarse a ella misma y ver el monstruo que se estaba convirtiendo poco a poco. Como cuando esa mujer se acercó a ella y la ofendió. Sus palabras habían sido duras y crueles, pero ella no era ella. Una fuerza que no sabía salió de su ser que quería golpearla hasta ver el miedo en sus ojos. El miedo que ella tuvo ese día del accidente donde todo llegó a su ocaso, pero verse descubierta por él fue peor. Su frágil piso se rompió, si creía que había tocado fondo, no fue así. Poco a poco sintió un pesar en su pecho, una vergüenza y quería alejarlo, pero por más que ella decía algo, él seguía ahí. Después no recordaba bien, solo tenía imágenes de ella golpeando su pecho y diciendo cosas que solo eran como ese sonido del océano, incomprensibles mientras él la cargaba y se iban de ahí. O eso cree. Lo único que sabía es que había despertado en una cama que no era de ella. Se asustó y miró a todos lados, no sabía si gritar o buscar algo como arma. Hasta que vio un juego de cámaras en el escritorio. Las había visto antes, eran de V. Lo llamó esperando su respuesta, pero nada. Así que intentó pararse para buscarlo y saber qué pasó, sabía que estaba con su ropa tal y como estaba y que él no sería capaz de hacerle nada, pero ¿por qué la metió en su cama? No lo sabía, pero sintió todo el peso de alcohol en su ser cuando intentó ponerse de pie. Como si el mundo mismo la tumbara nuevamente.

-Despertaste, baby.

-¿Uh? ¿Zenny? -miró la entrada de la puerta.

-Buenos días. -le sonrió. En esos ojos rojos no había ni reproches ni penas, solo la misma mirada tierna y gentil.

-h...h-hola... -miró al piso.

-¿Mareada? -le preguntó algo divertido.

-Ah... sí... yo...

PÉTALOS CAÍDOS [SEGUNDA TEMPORADA]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora