11.

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Mingi supo que su día sería horrible desde que la alarma de su celular no sonó por alguna razón, causando que se levante tarde para ir hasta la empresa.

Corre por todas partes de su apartamento haciendo todo a la vez; bañarse, lavarse los dientes, vestirse mientras se peina y tomar una simple manzana para desayunar a la vez que sale disparado a su auto.
Pero al parecer, todo se encuentra en su contra pues el tráfico está más congestionado que de costumbre logrando que se atrase aún más al momento de conducir.

Después de soltar muchas maldiciones por lo bajo, logra llegar a su edificio notando a todos en su sitio como de costumbre. Saluda un poco a las personas alrededor subiendo hasta el último piso donde se encuentra su oficina.

—Buenas tardes, señor Song. Le dejaron estas carpetas en la mañana— anuncia una de las trabajadoras.

—Sí, gracias, puedes pasar a dejarlas ahora a mí oficina— responde abriendo la puerta con la mujer detrás haciendo lo que le ordenó.

Pero esta no fue la única que le llegó, era uno de esos días en los cuáles no paraban de entrar responsabilidades. Y ni siquiera llevaba más de media hora sentado cuando ya tenía un montón de actividades.

El peliplata llama a San pero este no contesta, se supone que este debería estar ahí con él ayudándolo y estando al tanto de lo demás, pero simplemente no lo había visto por ningún lado desde que llegó. Continúa marcando al número que ocupa en la empresa pero sigue sin responder, así que opta por salir él mismo para buscarlo sin tener éxito.

—Sebin, ¿Sabes dónde está San?— pregunta al contrario.

—No señor, estuvo alrededor de las nueve por aquí y no lo he visto más— responde pasando saliva al ver la cara de pocos amigos que cargaba su jefe ese día.

—¡¿A las nueve?! ¡Ya es la una! Sabe perfectamente que estamos alcanzados con todo y se va hacia quién sabrá dónde— espeta devolviendose a su lugar.

Levanta el teléfono una vez más sin lograr localizarlo, por lo que baja nuevamente buscando por todas partes al pelinegro siendo esto inútil, era obvio que este no se encuentra allí. Así que toma sus llaves dejando instrucciones al personal mientras se ausenta unos minutos y que le informen cualquier novedad.

Mingi sale esta vez en dirección a industrias Jeong, ya que muy posiblemente Choi esté allá y como esto sea así, estallaría en cualquier segundo.

Llega hasta la recepción bajo la mirada asustada de varios ahí, porque parece que en cualquier momento discutiría con alguien.

—Hola, Yujin ¿San está aquí?— es lo primero que dice al llegar.

—Sí, el señor Choi llegó hace como una hora, me imagino que está en la oficina del jefe— contesta suavemente la contraria.

—Paciencia, Mingi, paciencia... — musita en voz baja caminando pero es detenido por un llamado de la peliroja.

—La oficina del señor Jeong ya está terminada con la remodelación, por lo que ya fue trasladado al último piso— informa —pero el ascensor dos y el cuatro están averiados, me temo que tendrá que utilizar el tres o las escaleras...

—¡¿Y por qué no han llamado un técnico?! Llamen uno lo antes posible para que arregle esto

—Sí señor

Song suspira por milésima vez en el día asintiendo a sus palabras, opta obviamente por tomar el ascensor aunque diera unos pasos de más y al notarlo ya se encuentra en lo más alto del edificio. Sale pisando fuertemente e imponiendo su presencia a todos los de ese piso que mantienen el silencio, incluidos Hongjoong y Jinwoo.

Bitter Sweet (Minjoong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora