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Su día había sido algo agotador como de costumbre. Pero a pesar de esto, Mingi estaciona en frente del edificio donde vive Yunho puesto que ya sabe que el mayor se encuentra en su departamento y necesita hablar con él y resolver de una vez por todas el conflicto que tuvieron hace unos días.

Este baja con tranquilidad de su auto pasando por la recepción ya que claramente lo conocen desde hace tiempo, así que sin más, sube hasta el piso de su novio poniendo la combinación de la puerta a la vez que se abre paso al departamento.

—¿Qué haces aquí?— pregunta el más alto al sentir su presencia. Este aún se encuentra con su ropa de trabajo puesta debido a que hace poco salieron de su turno.

—Vine a hacerte una ofrenda de paz— menciona acercándose a él.

—No quiero, vete— responde dándole la espalda.

—Sabes que tú y yo no podemos continuar mucho tiempo así— dice abrazándolo por la cintura desde la parte de atrás acariciándolo —esto nos hace mal a ambos, luego nos salen arrugas— puede sentir como el mayor se ríe por lo bajo.

El rubio se voltea quedando cara a cara con él y debido a que su fuerza de voluntad es nula cuando se trata de Mingi, lo besa y este le sigue al instante también.

—Me caes pésimo— recrimina aún contra su boca.

—A mí me parece que no— sonríe volviendo a atacar sus labios.

Siguen entre beso y beso tumbandose en el amplio sofá que está en la sala haciéndose mimos y quedando de tal forma acostados sobre el otro.

—¿Ya cenaste?— dice Song conectando sus miradas.

—Aún no, sabes que salimos recién

—Quieres pedir comida, salimos o cocinamos algo, ¿Qué prefieres?

—Pedir, las otras dos conllevan mucho trabajo y no quiero— responde acariciando sus cabellos.

—Como ordene

Yunho de inclina para besar nuevamente a su novio quien lo recibe gustoso acomodándose mejor quedando sentado en el sofá para profundizarlo. Toma su nuca apegandose lo más que puede a él y sin pensarlo mucho, el mayor introduce su lengua explorando todo a su paso. Sin darse cuenta, Mingi con agilidad lo logra colocar encima de su regazo paseando sus manos a lo largo de los muslos del más alto y dando leves apretones.

Las cosas estaban subiéndose cada vez más de tono, pero antes de que siquiera pudieran seguir besándose, el celular de Jeong los interrumpe haciéndolo maldecir por lo bajo hasta que ve de quién se trata.

—Hola mamá— responde poniéndolo en altavoz recostando su cabeza en el hombro del contrario y este se encarga de repartir roces en su espalda baja.

Hola hijo, ¿Cómo estás? ¿Ya estás en casa?

Sí, estoy aquí con Min, pediremos algo de comer

—Así es, si yo no vengo no come, regañalo— acusa obteniendo un golpe como respuesta.

Claro que sí querido— contesta risueña Eunji —bueno, aparte de llamar a Yun para saludarlo y aprovechando que Min está ahí también, les digo que estamos pensando en ir al club mañana ¿Quieren venir?

Al escuchar la palabra "club" salir de la mayor, a Mingi se le borra todo rastro de relajación de su cara haciéndole señas al contrario para que por nada del mundo se le ocurriera aceptar aquella invitación, pero este claramente no le hace caso.

—Por supuesto, mí amor y yo iremos con todo el gusto— acepta sin más.

—Ay, sería un placer acompañarlos, pero recordé que mañana tengo una reunión súper importante con unos clientes, pero vayan ustedes— se excusa el peliplata.

Bitter Sweet (Minjoong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora