24.

340 47 54
                                    

(No tomen tan en cuenta las diferencias horarias y esas cosas, no afecta en nada el orden de la historia).
.
.
.

—Muchas gracias— sonríe Yunho al recibir la botella de agua que había pedido en el avión.

Su estadía en Londres había terminado. Afortunadamente tuvo éxito en los negocios por los que iba principalmente hasta allá, ahora solo deseaba llegar a su casa para poder dormir y descansar. Aunque muy en el fondo sabe que no lo hará porque debe ir a revisar que todo esté en orden en la empresa los dos días que no estuvo.

Aún falta un poco para el vuelo y él se remueve en el asiento buscando comodidad. Pero cuando estuvo por cerrar los ojos, su celular vibra anunciando que le había llegado un mensaje y no puede evitar ebozar una sonrisa al notar de quién se trata.

Choi Jongho.
Espero que tengas un buen viaje y llegues a salvo. Te llamaré cuando estés en Corea, espero verte pronto...
7:00 a.m.

Yunho vuelve a sonreír al leer eso pero enseguida regresa a su semblante serio a la vez que configura el celular en modo vuelo después de enviar una respuesta. Finalmente se recuesta en su asiento suspirando pesadamente, tenía tantas cosas en mente que ya ni sabía en cual de ellas pensar primero.

Esos dos días habían parecido una montaña rusa que cuenta con nombre y apellido, el cuál es Choi Jongho.
Cuando se le comentó que debía viajar hasta Londres para ver al CEO de una de las Industrias más influyentes de allá, nunca se imaginó que terminaría cenando solo en un restaurante junto a él, que intercambiarían números, mucho menos de que sería alguien tan joven y muy, pero muy atractivo. Porque sí, aunque le ponga los nervios de punta, jamás podrá negar lo atractivo que es Jongho.

La platica que había tenido la noche anterior con el mencionado lo hizo sentir demasiado tranquilo, fue como obtener un salvavidas del mar en el cuál se estaba ahogando por no poder expresar lo que siente.
Jamás había conversado tanto con alguien que recién conoce y menos de cosas tan privadas que le afectan como lo es el tema de su madre, la presión con la cuál lidia cada día e incluso llegar a Mingi. Pero Choi posee esa habilidad que te hace entrar en confianza, en ningún momento se sintió juzgado o acorralado, todo lo contrario, pudo estar seguro.

Además de ser muy bueno escuchando, es gracioso, entretenido y amable. Aún trata de lidiar con sus constantes comentarios coquetos y su forma pícara de ser, pero no es algo que le disguste tampoco. Se sintió demasiado bien a su lado, un sentimiento que hace bastante tiempo no tenía.

Eso último lo tiene dando muchas vueltas, ni siquiera sabía que estaba pasando, pero la culpa lo invade de momentos cuando entre todo eso se cruza Mingi y él se siente terriblemente por estar pensando en alguien más que no sea su pareja.
Se sacude un poco centrándose en él y que ya pronto estaría nuevamente con su novio, todo volvería a la normalidad y Jongho simplemente pasaría a ser alguien con quién tratará negocios directamente de vez en cuando.

Pero había algo dentro de todo eso que tampoco dejaba de atormentarlo, y es que lo de ir a terapia jamás se le había cruzado por la cabeza hasta ahora. Aunque cree que no es necesario... Quizás él está malinterpretando las intenciones que tiene su mamá para su relación.

Decide dejar de pensar tanto o se volvería loco, mejor opta por cerrar sus ojos terminando por caer dormido logrando descansar bastante en todo lo que tuvo de vuelo. Y en unas horas que más bien parecieron minutos, ya estaba pronto a aterrizar en su lugar de destino y él se iba preparando mentalmente para todo lo que le espera al llegar.

Bitter Sweet (Minjoong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora