17.

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Hongjoong se mira al espejo después de salir de ducharse y solo podía describirse en una palabra: horrible. Sus ojeras pronunciadas de no haber dormido nada, junto a sus ojos hinchados agregándole su piel más pálida que de costumbre, le dan un aspecto totalmente demacrado.

Suspira por un largo rato reprimiendo sus ganas de seguir llorando. Tenía que arreglarse y aparentar estar bien frente a todo el mundo para no preocupar a nadie, por lo que, se viste, se pone un poco de maquillaje para mejorar todo lo que estaba mal con él ese día y finalmente se peina quedando decente para poder bajar a la cocina.

Nota a su hermano con el desayuno ya hecho para ambos y le brinda una cálida sonrisa cuando recién lo ve bajando.

—Te levantaste muy temprano para hacer todo esto— menciona dejando un suave beso en su frente a manera de saludo.

—Sé que te dormiste tarde, así que no quería que te esforzarse tanto ahora— dice y Hongjoong siente que lloraría, otra vez. Su sensibilidad está al mil.

—No sé qué hice para tener un hermanito tan bueno

—Ya basta— le resta importancia comenzando a comer —solo espero no saber quién te hizo llorar, no creas que no me doy cuenta de las cosas solo porque tengo dieciséis— reprocha y el mayor trata de evitar la conversación.

—Estoy bien, Dae. No te preocupes por mi, no pasa nada, ya vamos a comer que se nos hace tarde

Los dos continúan con su comida para poder irse a sus respectivas actividades. Pero la mente de Kim sigue vuelta un lío, de solamente pensar en llegar a su trabajo y que muy probablemente se encuentre con Mingi, hace que su corazón se acelere y se revuelva todo en su interior.

Intenta ocupar su mente en otros asuntos y suspira por milésima vez desde que se levantó, para poder acompañar a su hermano hasta la puerta y despedirlo. Se dispone a organizar lo poco que ensuciaron pues aún tiene bastante tiempo antes de que empiece su turno.

—Buenos días, Sang— saluda a su mejor amigo desde la otra línea quien lo llamó.

Buen día, Hong ¿Ya saliste para el trabajo?— cuestiona.

—No, aún no. Estaba ordenando un poco, pero ya estoy por salir

Oh vale, es que Hwa me va a llevar hoy porque entra un poco tarde a trabajar, entonces para pasar por ti y nos vamos juntos

—Me cayeron justo, tomar el autobús a esta hora es una locura— dice aliviado para comenzar a tomar sus cosas.

Perfecto, entonces ve saliendo porque estamos literalmente a dos minutos

Bien, nos vemos— cuelga dándose una última mirada al espejo y salir de su casa viendo el auto del mayor parqueado.

Camina hasta ellos para así subir de la parte de atrás saludándolos. Pudo olvidar por un momento toda la tormenta que es su vida.

—Le estaba diciendo a Yeo que deberíamos ir a la playa con Dae, la última vez que fuimos tuvimos que regresar temprano porque llovió— comenta Seonghwa.

—Es cierto, aún quedé con ganas de broncearme— apoya Kang volteando un poco para ver al castaño pero arruga su entrecejo cuando no les pone atención —¿Hong qué tienes? Estás extraño, ¿Todo bien?

—¿Ah? Eh, sí, todo bien ¿A dónde dicen que iremos?— se incorpora mejor tratando de disimular pero ni Yeosang, ni Seonghwa le creen.

—No nos creas tontos, Kim. Algo te está molestando, pero no te vamos a presionar, cuando creas que es el momento puedes hablar con nosotros y lo vamos a entender, recuerda que no tienes por qué lidiar con todo tú solo— le recuerda Park observándolo un poco por el espejo.

Bitter Sweet (Minjoong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora