15.

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El lunes llegó y Hongjoong se dirige a Industrias Song. El trabajo de Yunho con San se había extendido un poco, así que el castaño no sabía hasta cuándo estaría allí, pero sin duda, ese día no tenía ninguna intención de cruzarse ni de casualidad con su jefe después de lo que había sucedido. Lo cuál claramente es imposible pues literalmente trabaja para él.

Afortunadamente el autobús no tardó demasiado esa mañana así que al menos se ahorró un poco de estrés.
Entra tomando el ascensor para ir hasta el último piso, llegó con media hora de anticipación, por ende, aún están algo vacíos los cubículos de sus compañeros a excepción de Sebin que casi siempre estaba ahí muy temprano.

—Buenos días— saluda con amabilidad al contrario que levanta su cabeza para verlo y le sonríe.

—Buenos días, Hong

—¿Ya hay cosas pendientes?— pregunta sentándose en su lugar y encendiendo la computadora.

—Como siempre— suelta algo de aire enseñándole unos papeles —estas son algunas de las reuniones que tiene el señor Song para hoy, tenlas aquí para que puedas avisarle a sus respectivas horas. También hay que ajustar su horario para esta fecha ya que ese día es el evento al que está invitado junto al señor Jeong y necesito que verifiques estos correos— menciona y el más bajo anota mentalmente lo que debe hacer.

En primera instancia toma un café junto al mayor conversando un poco, ambos se agradaron bastante en todos esos días que Kim estuvo con él. Así estuvieron hablando hasta su hora de entrada y se ponen manos a la obra.

Hongjoong toma los correos que tiene por verificar pues para él es lo más tedioso. Cada vez que hacía esto podía tardar incluso dos horas, debido a que son demasiados asuntos que son recibidos por la empresa.

Estuvo distraído en sus cosas que ni siquiera se inmutó cuando el elevador se detuvo en ese piso hasta que escuchó la voz que lo hace estremecer y lo que mas temía de ese día.

—Buen día, señor Song— la primera en hablar es una de sus compañeras y así mismo continúan todos.

—Buen día para todos— saluda mirándolos —Hongjoong, necesito que vaya a mí oficina, ahora— se dirige a él sin dejarlo contestar siquiera. 

Este se levanta lentamente bajo los ojos atentos del resto. Para ser sincero, su corazón quería salirse de su pecho y tiene los nervios a flor de piel, pero claramente no le demostraría esto ni mucho menos. Por eso, respira profundo antes de entrar y cerrar la puerta tras él.

—¿Qué tengo para hoy?— inquiere sin despegarse de unas carpetas que tiene en manos.

A los pocos segundos, pasa a verlo a él. Su rostro se encuentra más serio de lo habitual, su aura es demasiado fuerte e imponente en ese instante, además de la tensión que cualquiera podría notar que hay entre ellos. Solamente que ninguno quería mencionar el tema y no estaban dispuestos a eso, están enojados el uno con el otro inmaduramente sin saber a ciencia cierta el por qué.

—Tiene una cita a las nueve, luego de eso tiene un asunto pendiente con el área de producción, continúa con una reunión a las dos, seguido de otra a las cuatro y por último cerrar un contrato que tiene de la semana pasada— recuerda cada uno de sus compromisos verificando todo en la tablet que lleva en mano.

—Bien, si no hay nada más, puede retirarse joven Kim. Lo llamaré si necesito alguna otra cosa

Hongjoong levanta una ceja con confusión al escuchar el tono con el que le habló. En todo lo que llevaba trabajando en su entorno, nunca se le había dirigido de esa forma, todo lo contrario, discutía con él por la formalidad y ahora estaba siendo igual o peor que en un inicio cuando no se conocían bien.

Bitter Sweet (Minjoong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora