Bitter Sweet (Minjoong)

29.

Advertencia: el capítulo contendrá escena de smut/+18, no está de más recalcar que esto es simplemente ficción. Si no es de su agrado lo pueden saltar porque no afecta en nada con la temática del fic.
Por favor, si no les gusta no lo lean y también abstenerse de dejar feos comentarios, gracias.

Cinco días habían pasado desde que se supo todo. Cinco días en los que Mingi se mantuvo aislado de absolutamente todo sintiéndose miserable. Su entorno se volvió gris y sin sentido, no había podido tener comunicación con Hongjoong y esto lo estaba matando, saber que causó tanto daño a las personas que más quiere le está pesando.

Su mente no lo deja en paz, a cada segundo no para de repetirle lo imbecil que fue por no controlar sus impulsos, por no hacer todo de una forma correcta, por no terminar su relación y conocer con plenitud a quien ama, permitirse explorar todo lo que nunca pudo por estar atado sin darse cuenta.

Aún así, el hecho de perder al castaño para siempre no es lo único que lo atormenta. Pensar en como se debe sentir Yunho también le está doliendo profundo, por más que no lo quiera de una forma romántica y que las cosas entre ellos hayan resultado así por forzar algo que no se debía, él alguna vez fue su mejor amigo, fue quién lo hizo feliz en algún punto y pudo disfrutar de muchas cosas a su lado. Entre sus ideas no estaba transmitirle tal dolor, por lo tanto, ese sentimiento de culpabilidad lo estaba carcomiendo.

Todo aquello atorado en su ser, no lo había dejado levantar de su cama por cinco días. Ha durado encerrado en su departamento hundiéndose en la tristeza dejando a un lado sus obligaciones, esto desencadenó que San se preocupara y lo llamara incontables veces, pero jamás respondió. Incluso el pelinegro fue hasta su departamento sin obtener resultado de poder verlo y hablar, tanto así que el peliplata había cambiado el código de entrada a su casa.

El lugar era deprimente; todas las cortinas cerradas, desorden por todos lados, empaques de comida, botellas de alcohol regadas, papeles de trabajo por toda la mesa sin ánimos de ser vistos al menos. Toda esta situación estaba siendo mucho más grande que él, más al darse cuenta de que quisiera el apoyo de su madre, pero esta es quién primero lo rechazará al saber lo que hizo.

Por su parte, Choi no puede más de la preocupación. Alguien tan comprometido al trabajo como lo es Mingi, faltando días seguidos a su empresa es de preocupar, cargar con toda la responsabilidad se le estaba saliendo de las manos y más allá de eso, está bastante inquieto por la salud de su amigo, lo que menos necesita es tenerlo deprimido, enfermo y sin fuerzas. Sumándole los problemas con su prometido que ni siquiera le dirige la palabra, solo puede definir su vida como un caos.

Es por eso que no le queda más opción y en su hora de almuerzo, se encierra en la oficina para marcar al número de Yuqi e intentar comunicarse con ella. Eso de que ni siquiera pueda ver a Song aún yendo hasta su departamento lo lleva a tomar otras medidas.

—Hola, linda

—Hola Sannie, ¿Cómo estás?— saluda la pelirosa —justo estaba por llamarte, ¿Sabes algo de Min? Hace días que he intentado contactarlo pero no me responde, estaba por ir a verlo— dice preocupada.