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Mingi se remueve lentamente en la cama tallando levemente sus ojos debido a los rayos de sol colándose por su ventana. Logra levantarse con algo de pereza sintiendo automáticamente un vacío a su lado, pero justo cuando estaba por decir algo puede notar a su novio salir del baño con una sonrisa.

—Buenos días, mí amor— saluda Yunho cariñosamente acercándose a él.

—Buenos días, ¿Cómo dormiste, bebé?— pregunta recibiendo con gusto el beso en su mejilla.

—Bastante bien, aunque me duele un poco el cuerpo. Quiero dormir una eternidad

—¿Entonces no quieres repetir lo de anoche?— habla coqueto envolviéndolo en un abrazo pero a su vez obtiene un golpecito.

—Tú no puedes estar quieto un rato— ríe —mejor vamos a desayunar, ¿Qué quieres comer?

—Todo lo que tú hagas es delicioso, sabes que cualquier cosa está bien para mí

—Te espero abajo entonces— le guiña un ojo el rubio para salir de la habitación e ir a la cocina.

Él y el mayor son pareja hace cinco años. Se conocen gracias a sus padres, ambos son dueños de las empresas más reconocidas del país, así que no es de extrañar de que las familias sean realmente cercanas además de ser aliados. Yunho y Mingi se vieron crecer en diferentes etapas de su vida; pudieron graduarse juntos, pasar tiempo de calidad y seguir los pasos de sus mayores para continuar con los negocios hasta la actualidad. A lo largo de todos esos años un cariño más que de amistad surgió entre ellos, dando así a flote una bonita relación que fue realmente bien recibida entre todos.

Aún les queda una semana de vacaciones antes de volver a sus obligaciones. Los dos tienen el mismo poder en sus sedes, trabajan juntos muchas veces y son la envidia de la mayoría.
Por lo tanto, Song invitó a su novio a pasar todo lo que resta de días en su hogar como ya habían hecho en repetidas ocasiones, incluso se podría decir que prácticamente viven juntos, ya que la mayoría de veces ambos se quedan en el apartamento del otro.

Después de darse un baño y asearse, Mingi se dirige hasta dónde su pareja quien ya se encuentra colocando los platos.

—Huele delicioso, ¿En qué te ayudo?

—Sirviendo el chocolate si no es mucha molestia señor Song— juguetea pasando los brazos por sus hombros.

—Como ordene señor Jeong, ¿Algo más en lo que pueda servirle?— continúa su juego atrayendolo a su cuerpo.

—Mm sí, quisiera una sesión de besos

—No soy nadie para desobedecer

Accediendo a su petición acaban con su espacio juntándose dulcemente en un beso que dura los suficientes minutos como para casi quemarse su desayuno, pero afortunadamente no pasó. Deciden continuar sin distracciones para terminar de poner la mesa y así comer en paz.

—No quiero que se acabe esta semana de descanso. Es estresante tener que volver a soportar lo irritantes que son algunos clientes— suspira Yunho sin ganas.

—Es cierto, a veces me da miedo la persona en la que te convierte cuando estás serio, hasta olvido que eres un osito cariñosito— molesta.

—¡¿Pero qué me dices de ti?! Eres igual o peor de serio que yo, asustas. Todos le tienen miedo, señor Mingi— contraataca rodando sus ojos.

—Lo bueno es que luego de esto tendremos un viaje a Londres para nosotros y podremos descansar— admite feliz entrelazando sus manos sobre la mesa.

—Una maravilla. Aunque técnicamente es de negocios pero después de eso podemos hacer lo que queramos— responde con ilusión —amor, te iba a decir que si me prestas tu auto, el mío lo dejé y debo ir a la casa de mis papás a dejar unos documentos— pide con ojos de cachorro.

Bitter Sweet (Minjoong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora