—¡Por favor no me mates! —Suplicó Camila protegiéndose el rostro con las manos—. Haré lo que sea, pero por favor no me hagas daño —la chica estaba tumbada en el suelo, se arrastró hacia una esquina con desesperación y alzó la vista hacia el hijo del Cabruno, quien se notaba más frío y distante que nunca.
—No digas estupideces —respondió el pálido hijo de Krogten tendiéndole la mano. Ella aceptó su ayuda y se levantó riendo.
—Eres un aburrido —Camila se cruzó de brazos.
—No es momento de jugar, si María José o Gregory se despiertan podrían acabar sospechando. —Se dio la vuelta y miró con expresión adusta a María José, a quien minutos antes había cargado y acostado en la cama de Camila.
—¿Crees que regrese? —Preguntó con incredulidad.
—Si no lo hace dejaré de necesitarte —afirmó el chico—, y te devolveré a donde perteneces.
—¡No lo harás! —Arguyó horrorizada, apretando los puños con la fuerza de su miedo y su ira.
—No seas tonta —se volvió hacia ella y alzando su mano derecha con ademán autoritario le ordenó que se arrodillara. La chica no pudo resistir un peso invisible sobre sus hombros y dobló las rodillas involuntariamente—. Que no se te olvide que solo eres mi esclava.
Camila rechinó los dientes intentando drenar su intolerable ira y asintió de mala gana, solo entones se sintió libre y pudo alzarse sobre sus pies. El hijo del Cabrunco permanecía impasible y con un autocontrol escalofriante, jamás podría enfrentarse a un ser tan poderoso, ella no era más que una pieza desechable que él utilizaría a su antojo.
—Camila, ¿estás bien? —Escuchó a Gregory que entró al cuarto dando traspiés, ella le respondió como el hijo del Cabrunco le había ordenado.
—Zuhé me salvó, estoy bien.
—Yo no recuerdo nada —dijo llevándose las manos a la cabeza, le dolía—. Te solté a ti y a María José por la ventana y después no hay nada más. Desperté en el cuarto de tu hermana adolorido y sin fuerzas, a penas logro pararme.
—Chía devoró tu alma —le explicó Zuhé con un tono tan sincero que no dudó que fuera cierto—. Y como también había absorbido la de Camila estaba muy débil y me fue sencillo vencerlo —Zuhé lo miró con gesto compasivo—. Te sientes mal porque te devolví a tu cuerpo, no te preocupes, pronto estarás mejor.
—¿Y María José? —Preguntó mirándola—. ¿Qué pasó con ella?
—Siento que su alma pertenece al lago de esta localidad —dijo Zuhé.
—¡No! —Exclamó llevándose las manos a la cabeza en una expresión de horror—. Dime que puedes salvarla Zuhé, por favor —pidió suplicante.
—Lamentablemente no hay forma humana ni espiritual para sacar de un lago o laguna a alguien que ya se ha convertido en Cabrunco —se agachó de hombros y ensombreció el semblante—. Ahora que María José ha sido elegida puede emerger con alguna forma animal por cinco minutos al día. Pasados diez años el Ches le permitirá volverse humana esos escasos minutos para que atraiga a alguien y lo ofrezca como nuevo Cabrunco. Mientras eso ocurre, será una prisionera y no podrán comunicarse con ella.
—¿No haremos nada? —Gritó enojado—. ¿Nos vamos a sentar aquí y ver cómo se pudre su cuerpo mientras su alma continúa viva en nuestro lago?
—No hay forma, Gregory —respondió afligido—. Ningún Cabrunco ha podido quebrar su esclavitud.
—Te equivocas —contestó sin vacilaciones—. Vi con mis propios ojos que unas palabras de María José liberaron al Cabrunco de la Laguna Negra, es falso que ningún Cabrunco ha podido ser liberado, María José lo hizo, estoy seguro.
ESTÁS LEYENDO
Lagunas y Demonios
FantasyEn los alrededores del parque Sierra Nevada alguien desaparece cada diez años. Los habitantes de la región atribuyen dicho fenómeno a los Cabruncos, encantos de las lagunas capaces de atraerte a ellos y hacerte perder la razón para siempre. Algo así...