Capítulo 4❤️

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Hellfire Club.

—Entonces ¿Te vas a quedar? —preguntó Robin al salir de clases.

—Sí, me quedaré un rato para hacer algunas cosas —sonreí.

—¿Qué cosas? —hizo sus ojos chiquitos, tratando de intimidarme.

—Nada de tu incumbencia —bromeé.

—¡Hola, chicas! —saludó Steve caminando hacia nosotras.

—¡Hola, Steve! Mira, ella es mi amiga Emma —me señaló.

Yo agité mi mano hacia él y le sonreí.

—Ya tuvimos el placer de conocernos ayer —le dije a Robin.

—Sí, ella y su hermana fueron a comer a la nevería —explicó él.

—Que, por cierto, mi hermana terminó vomitando todo el azúcar que se comió —todos reímos.

—Bien entonces nos vemos mañana —concluyó Robin.

—De acuerdo, vayan con cuidado —sonreí al verlos alejarse.

Me di media vuelta y suspiré al mirar el estacionamiento casi vacío y pensar que tenía que esperar una hora más para ver a Eddie.

Caminé hacia la parte trasera de la escuela y me senté en las gradas.

Ese día estaba nublado, no hacía calor y era una tarde agradable, así que saqué uno de mis cuadernos y comencé a dibujar. No era muy buena haciéndolo, pero me gustaba y la práctica me había hecho mejorar bastante.

Llego a mí el recuerdo de Eddie conduciendo su auto mientras sujetaba el volante con sus manos llenas de grandes anillos.

No había cosa que me pareciera más atractiva que ver a un chico con anillos y él traía tres en una sola mano.

Comencé a hacer el boceto de las manos de una chica entrelazadas de las que yo imaginé que eran las de Eddie.

Sonreía como estúpida mientras veía mi dibujo e imaginaba las manos de Eddie sobre las mías.

Era demasiado bobo e inocente para mí estar haciendo eso.

Algunos chicos pasaban a mi lado, pero dejé de prestarles atención para concentrarme en lo mío hasta que lo terminé y me quedé mirándolo un momento. Era precioso, y no porque supiera dibujar muy bien, si no por lo que pasaba por mi cabeza al verlo.

—¿Tú dibujaste eso?

Brinqué del susto y cerré mi libreta.

—¡Me asustaste, Munson! ¿Cuánto tienes ahí parado? —pregunté nerviosa.

—No mucho —se sentó a mi lado—. Realmente dibujas bien.

—Si, bueno... —me acomodé el cabello— sólo lo hice para pasar el rato.

Guardé todo en mi mochila mientras Eddie me miraba sonriente, al parecer había alcanzado a ver bien el dibujo.

—¿Cómo me encontraste? —pregunté cambiando de tema.

—Fui a la banca del bosque a hacer algunos negocios —rodeó los ojos—. Cuando venía de regreso te vi aquí sentada.

—¿Qué negocios hacías en el bosque? —elevé una ceja con diversión.

—Unos que a tu padre no le gustaría saber —me guiñó el ojo— ¿Y tú que hacías aquí sola?

—Vine a pasar un rato en lo que son las cinco de la tarde.

La hija del Policía ﹝+18﹞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora