Capítulo 32❤️

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El fin del mundo.

«¡Te amo, Emma!»

Ni siquiera la primera vez que me dijo que me amaba me había asustado tanto.

Todos en el público se levantaron emocionados y empezaron a aplaudir, excepto nosotros.

—¡Muchas gracias! —dijo Eddie, sonriente, pero sabía que por dentro se sentía igual que yo.

—¡Vámonos! —ordenó mi papá.

—Pero...

—¡Dije «vámonos»! —alzó la voz para interrumpirme.

—Hay que irnos, linda —agregó Joyce, alentándome a levantarme.

Yo me puse de pie, pero no dejaba de ver Eddie. Estaba parado a mitad del escenario, sosteniéndose del micrófono y mirándome atentamente.

—Aquí están las llaves —dijo papá—. Vayan al carro, ahorita voy para allá —se las entregó a Joyce sin mirarnos.

Ella me tomó de los hombros y me movió para que caminara. Avancé como un zombi a su lado, sentía la sangre cuajada y me temblaban las manos.

—¿Tú sabías de esto? —preguntó, ayudándome a subir al asiento trasero del auto.

—¡Por supuesto que no! —reaccioné por fin— ¡NO PUEDE SER! —grité golpeando mi cabeza contra el asiento delantero.

—¡Tranquila! Primero hay que ver cómo reacciona Jim.

—¡¿Cómo va a reaccionar?! —la miré con rabia— ¡De seguro ya debe estar golpeado a Eddie!

Papá se levantó de su silla después de que nos fuimos y se acercó al escenario a esperar a que Eddie bajara

Él estaba hablando con los chicos, pero Gareth le hizo una señal para que viera a mi papá. Se quitó la guitarra de encima y caminó hasta él.

—¡Hola, Jim! —saludó nervioso.

—¿Qué carajos fue todo eso? —se cruzó de brazos con el ceño fruncido.

—Creo que ya escuchó todo —elevó la barbilla y le sostuvo la mirada— Amo a su hija y necesito que me permita ser su novio.

—¿No habíamos hablado de esto, Munson? —entrecerró los ojos.

—Así es, pero si me permite...

Un hombre grande se acercó a Eddie.

—¡Me encantó como tocaron! —gritó y lo abrazó.

—¡SÍÍÍ! ¡Ustedes son estupendos! —gritó otro chico detrás de él.

—¡Muchas gracias! —respondió Eddie, apenado.

Un grupo enorme de personas se acercaron a hablar con él.

Papá lo miró molesto y empezó a alejarse. Eddie lo observó con angustia sin poder abrirse paso entre la multitud.

Joyce estaba tratando de tranquilizarme, parada afuera del carro. Cuando vio mi papá caminar hacia nosotras y mejor decidió irse a meter al asiento del copiloto.

Papá se subió sin pronunciar una sola palabra y nos fuimos a casa.

Me costó respirar durante todo el camino en el que permanecimos hundidos en un profundo silencio, sólo podía escuchar mis latidos y el ruido del auto avanzando.

No sabía si papá había hablado con Eddie, si lo había golpeado o cualquier cosa que podía haber hecho.

Llegamos a casa en el mismo silencio de antes, ya era media noche y yo me limité a caminar hacia mi recámara.

La hija del Policía ﹝+18﹞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora