La hija del Policía ﹝+18﹞

Capítulo 39❤️

El café en sus ojos.

Me sentía muy cansada. Me había dormido después de medianoche por la cena en casa de Eddie y me tuve que levantar muy temprano para alistarme para la escuela, pero algo me mantenía motivada: era miércoles de Hellfire Club. Tenía mucho tiempo sin jugar con los chicos y deseaba que empezara la campaña.

Estábamos a principios de noviembre y los que iban mal en las materias se empezaban a preocupar por salvar el semestre. Billy era uno de ellos. La clase de historia era la única que llevábamos juntos él, Eddie y yo. Durante toda la hora lo vi preocupado, estaba luchando con todas sus fuerzas por no reprobar el semestre después de dos meses de ausencia. Al menos tenía a su favor que era muy inteligente.

Otra que se veía muy preocupada era Edén. De nueva cuenta se sentó al lado de Eddie, pero ya no lo molestó ni lo miró durante toda la clase. No sé si entendió su lugar después de nuestra riña o estaba pensando en lo mismo que Billy: ¿Cómo salvar el semestre? Después de llegar a la escuela a finales de éste.

Al terminar la clase, Eddie me tomó de la mano y salimos juntos del salón. Me sentía orgullosa de caminar a su lado, ambos con la playera de Hellfire Club.

—¿Le avisaste a tu papá de la campaña de hoy? —preguntó.

—Por supuesto. Ya sabe que los miércoles llego tarde a casa por jugar «el juego de ñoños» —imité la voz de mi papá.

—Menos mal —rio.

Vimos pasar a Billy junto a nosotros con mucha prisa y entró al aula de música sin prestarle atención a otra cosa que no fueran sus pensamientos.

—No has aprendido casi nada y ya va a terminar el ciclo, Billy —dijo el maestro.

—¿Qué puedo hacer? No quiero perder el semestre ¡Debe haber algo que pueda hacer! —suplicó.

—Lo siento —suspiró—. No hay más que aprender a tocar algún instrumento, es parte de tu formación académica... Busca a alguien que te ayude.

—¿Sabe de alguien que pueda enseñarme?

—El mejor alumno que tengo es Eddie Munson, podrías pedirle a él que te ayude. Sabe tocar varios instrumentos.

—No lo creo —suspiró—. No me atrevería a pedirle ayuda.

—Pues entonces busca por tu cuenta a alguien para que te ayude, yo no puedo hacer más por ti.

Billy se desplomó en una silla mientras se sobaba la frente. Las demás materias las tenía casi salvadas, sólo le preocupaba esa en particular.

—¿Sabes? Hay una chica nueva —agregó el maestro—. Vino ayer y toca muy bien el teclado, deberías buscarla quizá ella te ayude.

—¿Cómo se llama? —preguntó muy interesado.

—Edén Bingham.

—Sí la conozco... —pensó un momento— ¡Iré a buscarla! —se levantó y salió apresurado del aula.

Caminó entre los alumnos buscando con la vista a la chica nueva de su clase. Era su última esperanza.

La encontró cerca del patio de la escuela, fumando un cigarrillo a escondidas.

—¡Hola! —saludó agitado.

—¿Hola? —respondió extrañada.

—Eres Edén ¿Verdad?

—Sí ¿Qué quieres? —le prestaba más atención a su cigarro que a Billy.

—Soy Billy Hargrove, vamos juntos en una clase... me envió el maestro de música a pedirte ayuda —suspiró—. Me contó que eres muy buena para tocar el teclado.