Capítulo 3❤️

8.2K 549 177
                                    

Starcout Mall.

Al llegar a casa, después de la escuela, me di cuenta de que Jane no estaba y yo estaba tranquila porque no me podía haber visto en el auto de Eddie ya que nos habíamos ido por otra calle. Así que decidí disfrutando la soledad y tranquilidad de mi casa para tomar una ducha. Pase un largo rato ahí metida, era una de las cosas que más disfrutaba y que más me relajaban después de un largo día.

Estaba con los ojos cerrados, simplemente sintiendo el agua recorrer mi cuerpo y no pude evitar pensar en Eddie. Algo de él era sumamente llamativo para mí, no sabía si era su mirada risueña, su atuendo extravagante, su peculiar forma de ser o todo en conjunto.

No tenía la menor idea de qué era lo que hacía él con su dichoso club ni de qué trataba el juego de mesa que tanto me mencionaba, pero el fuego de la curiosidad se prendía en mí entre más lo pensaba.

Quería ir y descubrir su mundo, aunque me negara a aceptarlo.

Una vez que salí del baño, me vestí en mi habitación y salí de mis pensamientos al notar mi botella de perfume vacía. Oler bien era una de mis mayores prioridades y el que la loción se me terminara repentinamente era una completa tragedia para mí.

Necesitaba urgentemente ir a comprar una nueva y cuando escuché la puerta principal de mi casa, esbocé una enorme sonrisa ante de salir de mi habitación

—¡Jane! Hola, hermanita ¿Cómo te fue? —hablé con exageración.

Ella se quedó parada junto a la entrada y entronó los ojos.

—¿Qué me vas a pedir? Tú no me hablas así de gratis.

Me conocía bastante bien.

—¿Me acompañas a Starcourt Mall? Prometo comprarte algo —fingí una gran sonrisa.

—¡Ay, no! —espetó, dejándose caer en el sofá y tirando su mochila por un costado—. Acabo de llegar a la casa.

—¡Por favor! No quiero ir sola —le rogué y ella continuó negando con la cabeza—. Podemos comer de esos Waffles triples que tanto te gustan y sin que papá lo sepa —le guiñé un ojo.

Jane levantó la vista y noté como le brillaron los ojos.

—Sólo si es con una malteada de chocolate —me miró con complicidad.

—Con todo lo que tú quieras, pero acompáñame —chasqueé los dedos frente a ella mientras se ponía de pie nuevamente.

***

—Primero iremos por mi perfume y después a buscar los Waffles —aclaré al entrar al centro comercial.

—Bien —respondió emocionada.

Recorrimos diferentes tiendas, pero no encontramos el perfume que yo usaba y estaba comenzando a desesperarme.

—¿Y si pruebas con uno diferente? —sugirió Jane.

—No lo sé —fruncí la nariz—. El otro es el que uso siempre.

—Deja que yo te escoja uno nuevo y si no te gusta buscas otro —sonrió.

—De acuerdo... —respondí insegura.

La mayoría del tiempo Jane y yo peleábamos, a veces olvidaba que era mi hermanita. La amaba muchísimo, nos divertíamos juntas y aunque nos habíamos separado mucho después de la muerte de mamá, había días como ese en los que la pasábamos increíble.

Al final escogió un perfume muy diferente a lo que yo hubiera agarrado, pero lo acepté solo porque la estaba pasando muy bien con ella.

Cuando salimos del local nos fuimos directo a comprar nuestros Waffles. Era nuestro gusto culposo y lo hacíamos siempre a escondidas de papá. Era nuestro secreto de hermanas.

La hija del Policía ﹝+18﹞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora