La hija del Policía ﹝+18﹞

Capítulo 23❤️

La nueva mamá.

—¡Hola, chicos! —saludó Joyce, seria.

—¡¿Qué haces aquí?! —fue lo primero que pensé en decirle.

—Tu padre me pidió que viniera a prepararles algo de comer, me vino a dejar y se fue por Jane —explicó apretando los labios.

—¡Oh! Yo... Eh... —miré a Eddie. Estaba parado sin parpadear y casi sin respirar, se le había ido el color del rostro—. Él... él es —empecé a tartamudear— es un compañero de mi escuela, sólo vino por una guía de estudios —expliqué con la voz entrecortada.

—Mucho gusto —respondió amable y le ofreció su mano—. Tú debes ser el chico que trae a Emma de la escuela —sonrió.

Eddie se acercó a ella y le respondió al saludo mientras intentaba disimular que le temblaban las manos.

—Soy Eddie Munson —respondió serio.

—Soy Joyce Byers, la novia de Jim —sonrió.

Nos quedamos los tres sin decir nada más y en medio de un silencio muy incómodo.

—Voy a ir por la guía —declaré nerviosa.

Hui hacia mi recámara y alcancé a ver a Eddie parado frente Joyce, con sus manos en los bolsillos traseros de su pantalón y mirando hacia todos lados, tratando de buscar algo de qué hablar, así que regresé lo más pronto que pude con la guía en las manos.

—Aquí está —se la entregué a Eddie, sin mirarlo a los ojos.

—Gracias. Bien, debo irme ¡Un gusto, Joyce! —le dio un apretón de manos—. Nos vemos mañana, Emma —murmuró nervioso caminando hacia la puerta.

—Nos vemos mañana —me limité a responderle.

Mientras salía me miró con insistencia, como queriendo preguntarme mil cosas con la mirada.

Cerré la puerta con suavidad y miré a Joyce.

¿Ahora qué? Sólo tenía ganas de salir corriendo del planeta y no volver nunca.

—Joyce... Yo... Puedo explicarte todo —musité nerviosa— No es lo que piensas.

—Emma —se rascó la cabeza.

—¡Por favor, déjame explicarte todo! —me acerqué a ella y la tomé de las muñecas.

Ella me miró esperando una respuesta. Respuesta que yo no tenía. No sabía qué decirle ni cómo decírselo. No podía fingir nada. Me había escuchado decirle «cariño» a Eddie y me vio besarlo en los labios ¿Qué mentira podría decirle?

Empecé a hiperventilar y no pude detener mi inevitable colapso.

—¡Por favor no le digas a mi padre! —supliqué cayendo de rodillas frente a ella y empecé a llorar.

—¡Emma! —se agachó hasta mí—. No llores, cariño —pidió con ternura.

—Si mi padre se entera ¡Todo se acabó! —exclamé lloriqueando mientras veía el piso.

—¡No digas eso! Ven, vamos a hablar —ordenó tomándome de un brazo y me obligó a levantarme para ir con ella hasta el comedor.

—¡Joyce, perdóname!

—Necesito que te tranquilices —acarició mi cabello.

—Eddie es mi novio —confesé.

—Ya me di cuenta —sonrió.

—Eddie y yo nos amamos y llevamos dos meses saliendo —hablaba haciendo ademanes y veía mis manos temblar—. Nos hemos visto a escondidas todo el tiempo porque mi papá me tiene prohibido tener novio y habló con Eddie para advertirle que no se involucrara conmigo ¡Tengo miedo de que lo golpee o lo meta a la cárcel! —me cubrí el rostro y empecé a llorar más.