Capítulo 28❤️

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La pizza y el hombrecito sin cabeza.

Legué temprano a la escuela y caminaba ansiosa por el estacionamiento buscando alguna señal de Eddie. Papá no me había comentado nada, pero moría por saber que pensaba Eddie de todo lo del sábado.

Lo miré a lo lejos bajando de su auto. Caminé en dirección al bosque, le guiñé un ojo y seguí mi camino. Eddie tomó a su mochila sonriente y me siguió disimuladamente.

En cuanto estuvimos cerca de la banca del bosque lo esperé y me lancé a sus brazos.

—¡Te extrañé, amor! —lo empecé a besar desesperadamente.

Eddie dejó caer su mochila al suelo y me tomó de la cintura para besarme mejor. Todos los besos que nos reprimimos en su fiesta de cumpleaños, nos los dimos en ese momento.

—¿Por qué te pones más hermosa cada día? —sonrió al separarse de mí.

Me tomó de las mejillas y empezó a darme cortos besos mientras sonreía y me miraba a los ojos.

—Te amo muchísimo, Eddie —susurré.

—Y yo a ti, Emma —dijo sin dejar de ahogarme con su ráfaga de besos.

— ¿Cómo te sentiste el sábado?

Detuvo sus besos y abrió sus ojos en grande.

—¡Me sentí el hombre más afortunado del planeta! —exclamó casi gritando—. Pasé un cumpleaños al lado de las personas que más amaba y que mi novia hermosa fuera la que estuviera detrás de todo eso fue la cereza del pastel.

—Eso sin contar lo bien que te trató mi papá —sonreí.

—¡Exacto! Cuando llegué y lo vi en la fiesta, debo admitir que estaba un poco asustado, pero conforme fue pasando el tiempo me sentí más cómodo y en confianza —mordió sus labios.

—¿Y tu tío que dijo de todo esto? —me separé de él para recargarme en la banca.

—Se alegró mucho al saber que me preparaste una fiesta sorpresa —recogió su mochila del suelo y la aventó a la mesa.

—¿Le hablaste de mí? ¿De nosotros?

—Sí, amor —se acercó y me besó—. Guardará el secreto, pero no creo que por mucho tiempo —se recargó en mi cuerpo y empezó a jugar con mi cabello—. En estos días buscaré la manera de hablar con tu padre —me miró muy serio.

Ya no podía decirle que esperara, mi papá se había portado muy bien con él y lo único que yo había estado esperando era que pasara su fiesta de cumpleaños. No era justo pedirle que esperara más tiempo, pero se me torcía el estómago de pensar en la idea.

—¿Cuándo piensas decirle? —pregunté nerviosa.

—Aún no lo sé, pero algo se me ocurrirá.

—De acuerdo —me limité a responder.

Eddie notó que me asustaba hablar de ello así que sólo me dio un cálido abrazo y un beso en la frente, intentando calmar mis nervios.

—Te amo ¿Lo sabías? —susurró.

—Sí, pero me gusta escucharlo —le dediqué una sonrisa.

—Te amo, te amo, te amo —comenzó a susurrar al mismo tiempo que me llenaba la cara de besos.

Lo dejé ser. A mí me costaba más ser así de cariñosa, tenía otras formas de demostrarle mi amor, pero me encantaba cuando él se ponía así de meloso.

Si sus amigos lo hubieran visto, se burlarían de él de por vida.

—¡¿Escuchaste eso?! —brinqué asustada— ¡Es el timbre de entrada!

La hija del Policía ﹝+18﹞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora